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Opinión: Rajoy, fuera del marco del debate de investidura

El senador socialista por Segovia, Félix Montes, analiza en el presente artículo de opinión el debate de investidura celebrado en el Congreso.

Es muy probable que dentro de un tiempo se recuerde a Mariano Rajoy como el Presidente del Gobierno que escribió un SMS a un individuo –Bárcenas-, compañero suyo, en la cárcel, en el que le animaba a “ser fuerte”. También será recordado como el Presidente que abusó de su mayoría absoluta para ahondar en la desigualdad de nuestro país con sus recortes y que hizo crecer de manera alarmante el independentismo en Cataluña.

Rajoy, que hace tiempo se definió, con cierto orgullo, como un hombre “previsible” ha hecho del inmovilismo su principal divisa. Ese inmovilismo se ha evidenciado de forma notable en su forma de responder ante los casos de corrupción que han asolado a su partido durante los últimos años. Los escándalos por la contabilidad en B han acompañado a los populares durante toda la legislatura y en el Senado hemos sido testigos de ello, pasando de la B de Bárcenas a la B de Barberá.

A la tibieza de Rajoy con la corrupción se ha unido el uso de su mayoría parlamentaria, más absolutista que absoluta, y su arrogante forma de gobernar a espaldas de todo y de todos, que han provocado que los ciudadanos alzaran la voz el 20 de diciembre.

El mensaje que han trasladado los españoles y españolas es claro y nítido y sugiere que, a partir de ahora, el cambio es necesario y el diálogo y el consenso deben presidir los debates en el Parlamento.

Pese a esa evidencia, Rajoy, que rechazó de forma inaudita la posibilidad de formar Gobierno, se ha aferrado a su silla, mantiene su agenda “muy libre” y prefiere pasar el tiempo descalificando las propuestas de otros candidatos esperando a que se despeje el horizonte y se caigan las hojas del calendario hasta la celebración de unas nuevas elecciones generales.

Mientras tanto, Pedro Sánchez refuerza su figura de hombre de Estado proponiendo un Gobierno de cambio y se esfuerza en aunar proyectos y buscar acuerdos con las distintas formaciones políticas. Frente al bloqueo que promueve el PP, Sánchez tiende la mano, propone medidas de cambio y se reúne con las distintas formaciones políticas para articular un Gobierno de progreso primando el “para qué” queremos gobernar y dejando a un lado colores y sillones.

Más de dos meses después de las elecciones, los socialistas creemos que lo importante es arrancar y empezar a legislar y no dejar a este país bloqueado, como pretende Mariano Rajoy.

La nueva política habla de pactar y dialogar, de implementar medidas contra los desahucios, para rescatar la Ley de Dependencia, para elaborar un nuevo pacto educativo, derogar la reforma laboral o subir el salario mínimo.
El PP parece no querer darse cuenta pero lo cierto es que ya se pasó el tiempo de las mayorías absolutas. Ahora las mayorías hay que buscarlas. Resulta paradójico que la fuerza política más votada es la que está más aislada y que su líder, Mariano Rajoy, esté totalmente fuera del marco del debate de investidura.

La nueva etapa que se nos presenta requiere un nuevo proyecto político de cambio que supere el bloqueo institucional que pretende el Partido Popular que, conscientes de que sólo el horizonte de unas nuevas elecciones generales les permitiría airear su situación actual, han ignorado las propuestas de otros partidos políticos y han decidido apostar por el reproche, la crítica y una táctica tan vieja como efectiva para la derecha: la estrategia del miedo.

En el PP de Segovia sus parlamentarios –no sabemos si entre ellos el señor Gómez de la Serna– han seguido fielmente las líneas marcadas desde Génova y hablan de peligroso retroceso económico, de políticas rancias y trasnochadas de la izquierda, de que aceptaremos un referéndum en Cataluña que rompería España, de pactos inservibles y de cerrar un acuerdo con Ciudadanos que, a su juicio, es un “sainete”.

También, intentando utilizarlas una vez más partidistamente, se refieren a las diputaciones obviando que el PSOE ya ha aclarado que las diputaciones se transformarán en otro tipo de organismos más modernos y que van a seguir ejerciendo servicios fundamentales y teniendo competencias.

Ante la incapacidad o desinterés por negociar y desbloquear la situación actual, el PP se aferra al discurso de “nosotros o el caos” y acusa a Sánchez de “engañar a todos con tal de llegar a la Moncloa”, pero en el horizonte los socialistas vemos un Gobierno mestizo, progresista y de cambio. Esta nueva etapa democrática que se nos presenta requiere de altura de miras, de tender la mano y construir puentes de entendimiento. Rajoy ha hecho bandera de un control absolutista del poder y de una forma de instrumentalizar las instituciones en su propio beneficio y hoy se está convirtiendo en el tapón para la renovación y la regeneración de este país y del propio Partido Popular.

Artículo de opinión de Félix Montes, senador del PSOE por Segovia

Author: Opinion

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3 Comments

  1. ¿y que parte del “NO” es la que no ha entendido el Sr. Montes?

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  2. Donde este senador, que lo unico que hace es sacar uno o dos articulos cuando se avecinan elecciones, ve un gobierno mestizo , progresista y de cambio (donde escuche yo esto del cambio) yo veo un individuo que fue parlamentario de rebote, que saco los peores resultados de la historia del psoe y que en madrid, donde quito por decreto a los que estaban alli quedo como tercera fuerza politica, que ha dicho NO al que gano las elecciones y esta dispuesto a pactar con cualquiera con tal de pillar el SUELDO DE NESCAFE, ya lo dijo en los goyas AHORA O NUNCA.

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  3. No entiendo que un partido socialdemocrata intente pactar con la extrema extrema izquierda, aprendan de los países mas sensatos de Europa

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