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Opinión: Las cosas claras… Mejor para todos

En el presente artículo de opinón, Guillermo San Juan, de Podemos Segovia, analiza la debilidad del tejido laboral segoviano y las pautas que interactúan para que la falta de empleos redunde en una mayor desigualdad social.

 

Si nos dejamos guiar por la frialdad de las cifras parecería que el desempleo no es el mayor problema de la provincia de Segovia. Una tasa de un 15,75% y 12.200 desempleados en la provincia. Para parte de nuestra clase politica, no parece un “mal dato” en relación al 21% de la media nacional. Más allá de los datos de la EPA y el paro registrado se evidencia cómo el triangulo desempleo-subempleo- precariedad laboral  es una realidad perversa, hiriente y palpable que destaca en el paisaje social de nuestra provincia.

Efectivamente la tasa de desempleo es más baja que la media, pero lo es en la medida en que se ha reducido muy sustancialmente nuestra población activa. Es decir, desde 2011, 7.400 segovianos han sido expulsados del mercado laboral, 5.000 de ellos han emigrado al extranjero o a otras provincias.

Nuestra tasa de paro es menor en la medida en que perdemos población. Muchos de ellos procedentes de los pueblos de nuestra provincia, y todos o casi todos jóvenes y adultos en su edad más productiva. El desempleo en nuestra provincia, está en proceso de cronificación, en proceso de convertirse en estructural. El 74% de las personas que lo sufren llevan más de un año buscando empleo. Y el desempleo sigue la misma dinámica que la riqueza, tiende a concentrarse…y ya se sabe, a perro flaco…

El desempleo forzado es un drama. La pérdida de empleo, más allá de las consecuencias laborales o económicas supone un profundo impacto desestructurador en la persona y su entorno: perdida de rol social, rutinas diarias, disfunciones familiares y de pareja  etc.

El empleo asalariado es un recurso cada vez más escaso, y se mueve, se distribuye a través de círculos de relaciones cada vez más reducidos. La mayor parte del empleo que se genera no llega ni siquiera a ser ofertado formalmente a través de los medios habituales (prensa, portales de internet, Ecyl…) se mueve con el boca a boca en los círculos de relaciones personales o familiares de los dueños, encargados y empleados de la empresa demandante: todo el mundo tiene un primo, un amigo o un cuñado que necesita trabajo.

De esta manera, el escaso empleo que se genera o el que se mantiene tiende a concentrarse en familias y entornos sociales donde la mayor parte de sus miembros ya tienen empleo.  Sin embargo, en el caso de los desempleados que tienen redes familiares y sociales donde el desempleo es la tónica general, se produce el efecto contrario: las oportunidades de trabajo no circulan, no llegan, no acceden a esas ofertas laborales porque siempre llegan tarde, el trabajo ya estaba dado. Se produce así una estratificación social “por casas, o por familias”.

El circuito entre el desempleo, la precariedad laboral (1/3 de los trabajadores segovianos sobreviviendo por menos del salario minimo) y el subempleo en la economía sumergida (cuidado de niños y personas mayores, limpieza, pequeñas reparaciones y trabajos de albañilería…) conforman la realidad en la que sobreviven miles de vecinos de nuestra provincia. El proceso de empobrecimiento de este sector de la población activa es independiente del hecho de estar desempleado. Muchos se han empobrecido sin dejar de trabajar. Este empobrecimiento se traduce en que tienen dificultades para costearse los gastos para buscar un trabajo fuera de su localidad de residencia porque apenas pueden mantener su vehículo: seguro obligatorio, combustible, ITV, mantenimiento etc. Para estos vecinos las contrataciones temporales que realizan los Ayuntamientos a través de los diferentes Planes de empleo suponen una de las pocas oportunidades de trabajo en su localidad sin gastos añadidos y con cierto nivel de protección (derecho a prestación, cotización a la S.S, horarios y condiciones etc)

La oferta pública laboral, una especie en estado de extinción

En este contexto el empleo público que generan los ayuntamiento, a pesar de sus limitaciones, es una de las pocas oportunidades de empleo formal para importantes sectores de la población activa de nuestros pueblos. Las ofertas de empleo público en los ayuntamientos de nuestra provincia son una especie en peligro de extinción por el impacto de las políticas de austeridad. Se convocan con cuenta gotas al ritmo de las subvenciones de los Planes de Empleo y resultan  escasas e insuficientes para las necesidades que presentan los municipios. Pero, a pesar de todo, suponen una de las pocas oportunidades para todos aquellos vecinos que trabajan de manera temporal, precaria, que se marchitan en el paro, o que se encuentran cada vez mas atrapados en procesos de exclusión social.

En los últimos meses y más recientemente desde que funciona la Oficina de Atención a Derechos Sociales estamos constatando la sensación de arbitrariedad, de injusticia, de discriminación que muchos vecinos sienten ante la forma en la que se contrata en sus ayuntamientos. Esta inseguridad, desconfianza e incertidumbre ante los procesos de contratación se debe, en gran medida, a que en la mayoría de los ayuntamientos carecen de criterios claros, explícitos, homogéneos, y consensuados y publicitados para ponderar a los candidatos a la contratación.

En los pueblos nos conocemos todos. Una de las quejas más habituales por parte de la gente del mundo rural es el sistema de adjudicación de estos contratos laborales por parte de los ayuntamientos. Se podría suponer, que nunca llueve a gusto de todos, que las personas no seleccionadas para el desarrollo de estos puestos de trabajo siempre se van a quejar y se van a sentir perjudicadas cuando no han resultado contratadas y esto evidentemente puede ser una parte de la  realidad. Pero es verdad que en la inmensa mayoría de los municipios de nuestra provincia no existen procedimientos de selección y bolsas de empleo con un sistema claro, sistemático, publico y transparente de adjudicación de contratos. Existe una discrecionalidad inmensa en estas decisiones. En ocasiones esta discrecionalidad se utiliza con un cierto criterio de discriminación positiva hacia ciertos sectores (desempleados de larga duración, con cargas familiares, en situaciones de riesgo de exclusión…) pero en otras muchas simple y llanamente, se utilizan para  beneficiar a personas y familias que independientemente de su situación forman parte del sector social y político afin al color del gobierno municipal. Por desgracia esta práctica resulta habitual en muchos municipios y resultan perjudicados decenas de vecinos. Desde nuestra oficina se han constatado casos concretos en los Ayuntamientos de Fuentepelayo y Cantalejo, pero sabemos que también ocurre en otros. En este sentido sería fundamental generalizar la práctica, que ya se hace en diferentes corporaciones, de que sean tribunales formados por funcionarios de otras administraciones – incluso el Ecyl directamente- los que realicen esta función y descarguen al Ayuntamiento de estos procesos de selección.

La mayor parte de las contrataciones laborales que desarrollan los ayuntamientos de nuestra provincia viene definida y subvencionada por los diferentes Planes de Empleo de la Junta de Castila y León, bien en convenio directo o a través de la Diputación Provincial. Cierto es que en la mayoría de los casos los criterios de contratación de desempleados vienen ya predefinidos por la Junta de Castilla y León, a través  del ECYL, en las bases legales de cada convocatoria. Pero no es menos cierto que el Ayuntamiento tiene un amplio margen de interpretación de la normativa y en la aplicación de la misma, lo que en la mayoría de los casos genera un sistema de selección de candidatos y contratación discrecional por parte del equipo de gobierno en función de diferentes criterios y circunstancias: situaciones de vulnerabilidad informadas desde los servicios sociales, competencias profesionales y adecuación al puesto, interés especial de la corporación, necesidades del Ayuntamiento etc. Este procedimiento de contratación tan discrecional y poco sistemático no ofrece garantías ni un mínimo de seguridad a las personas interesadas. Es más, este sistema tan poco transparente, arroja multitud de dudas, desconfianzas y suspicacias en los procesos de contratación. Se requiere por tanto, el diseño de un procedimiento homogéneo y generalizable a todas las corporaciones municipales que llenaría de trasparencia estos procesos y generaría confianza y seguridad a quien demanda trabajo y a los Ayuntamientos que lo ofertan.

Lo mínimo exigible en este caso a nuestros ayuntamientos es que desarrollen un sistema de selección de candidatos y de acceso a estas convocatorias de empleo público que se ajuste a los principios constitucionales: El acceso al empleo público debe llevarse a  cabo conforme a los principios de igualdad, mérito, capacidad y publicidad (art. 103 CE) y el derecho a ser contratado como empleado público mediante los principios de igualdad, mérito y capacidad art, 23.2 CE.

En este sentido, solo planteamos lo evidente, lo que resulta de sentido común: que se cumpla la ley. Que nuestros vecinos y vecinas que necesiten y estén interesados en trabajar en nuestros ayuntamientos tengan la seguridad y la confianza de que se les va a contratar con unos criterios claros, previa y públicamente definidos, transparentes, equilibrados, socialmente responsables, y que valoren sus capacidades y competencias y no solo su pertenencia a una familia, uno u otro sector social, su carné de afiliado o cualquier otra circunstancia.

La mayor parte de la gente agradecemos que se nos hable claro, saber lo que hay, saber a qué atenernos. Por eso cuando alguien esta malviviendo en el paro o sobreviviendo con un empleo precario o en el subempleo lo mínimo que se exige es que sea tratado con  justicia independientemente de que caiga mejor o peor al alcalde.

Artículo de opinión de Guillermo San Juan remitido por Podemos Segovia

Author: Opinion

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4 Comments

  1. Pues vale. Un podemita “analizando la debilidad del tejido laboral segoviano y las pautas que interactúan para que la falta de empleos redunde en una mayor desigualdad social”.
    Y después del “análisis”, ¿que?.
    Mucha palabrería, pero soluciones, nada de nada.
    Parece ser que su única “solución” es, que te contrate algún Ayuntamiento (eso si, de acuerdo a los “méritos”, como está ocurriendo en el Ayuntamiento de Madrid).
    Mire Usted, Señor San Juan, menos palabrería y más acción. Menos “análisis” y mas “mojarse”. Demuestre Ud. y todos sus amiguetes podemitas lo listos que son. Monten cada uno de Ustedes una Empresita de lo que sea (“analice” Ud. el mercado), contraten a 15 personas cada uno (eso si, por méritos, ¿eh?), les pagan Ustedes el sueldo mínimo que tanto “cacarean”, y verán que bien nos va a todos, y como se reduce esa tasa de paro del 15,75%.

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  2. Me parece que, por encima de la reivindicación del empleo público como motor de contratación digna (y así debe de seguir siendo), el artículo acierta de lleno en algo muy relevante.

    Me refiero a la práctica inutilidad de los servicios públicos de empleo, dado que el empleador acude directamente a redes informales (familia, amigos, conocidos, conocidos de amigos). ¿Por qué?. Porque eso le da más números para prácticas fraudulentas de abuso laboral. Si te contrato por amiguetismo, te hago sentir más la sensación de que te estoy haciendo un favor, y puedo pedir de tí más favores en contraprestación (admitir sueldos ridículos, acceder a horas extras sin cobrar o cobrándolas como las horas normales…). El germen del cacique que tanto venimos sufriendo aquí desde tiempos inmemoriales.

    Y esto es especialmente relevante en ciudades pequeñas como nuestra Segovia, donde tener un par de buenos amigos o conocidos en algún lado es mucho más importante a la hora de encontrar un empleo que el hecho de ser muy competente. Así de triste.

    De hecho, justo ése es uno de los motivos de la mansedumbre reivindicativa. Viene a ser algo así como: “mejor adopto un perfil bajo porque los 4 gatos que me pueden ofrecer empleo sabrán si he reivindicado mis derechos enérgicamente en la empresa A, el dueño de la empresa B sin duda lo sabrá y me ignorará a la hora de contratarme…”

    Así que mejor, agachar la cabeza y tragar.

    Una pena

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  3. Si tan bien conocen la solución al problema del empleo, se supone que es porque conocen el bien común y el interés general. Con esos conocimientos, seguro que mediante la aplicación de su iniciativa a su experiencia CON SUS RECURSOS y en su caso, sus deudas con las que financiar, cualquier proyecto empresarial que emprendan, será del tal éxito que podrán pagar los salarios mínimos que propugnan y todos los impuestos al trabajo que existen incrementados por n. Completamente de acuerdo con Juan, ale adelante vosotros que tanto sabeis y “podeis” solucionarnos lo problemas, hacerlo con vuestro dinero y riesgo primero y luego os dejamos el de todos para gestionar…

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  4. No te preocupes, amigo Ca-Cirulo, que en unos días nos contestará el Sr. San Juan, otro “revolucionario de salón”, diciéndonos que por supuesto que tienen la “formula” para crear empleo en Segovia, pero que por este medio no nos la pueden decir,…… que tienes que ir a su sede, los martes de 6 a 8 de la tarde.
    Tengo mucha curiosidad en saber cuantos de los que forman la “directiva” podemita en Segovia, tienen algún empleado a su cargo, y lo que es más importante, cual es el sueldo de dicho empleado, en el hipotético caso que lo tenga.
    Se admiten apuestas.
    Mi apuesta es 0,00001.

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