Posted By Redacción on 7, Abr, 2017

Se esperaba que Clara Luquero, en su habitual comparecencia de los jueves tras la junta local de gobierno, se sumara al coro de críticas que desde el PSOE se han lanzado contra el proyecto de Presupuestos del Gobierno. Unos presupuestos que si bien es cierto que concentran buena parte de la inversión provincial en la capital, no es menos cierto que no recogen ninguna de las peticiones efectuadas por la alcaldesa, como fondos para recuperar el Cervantes o el vial de conexión a la estación AVE. Sin embargo, y acaso como ella mismo dijo porque la decepción no es tal “cuando no hay expectativas”, la alcaldesa centró sus críticas en una novedad de la ley de Estabilidad Presupuestaria: las restricciones para el uso de remanentes.

Los remanentes son los dineros del presupuesto municipal que a lo largo del ejercicio no se emplean. Porque las adjudicaciones son inferiores a lo previsto, porque la inversión prevista no se sustancia… por las razones que sean, a lo largo del año se van generando “sobrantes” presupuestarios que en toda administración local, y a final de año, se destinan a reforzar otras partidas. Cosa de cuatro millones de euros en el caso de Segovia, explicó la alcaldesa, aunque conviene poner esta cifra en “cuarentena”, como la misma Luquero advirtió (está en duda si los PGE afectan a remanentes de 2016 o los acumulados en más ejercicios).

El caso es por la ley de Estabilidad Montoro obligaba a los ayuntamientos a utilizar esos sobrantes, no para cualquier inversión o gasto, sino exclusivamente al pago de deuda pendiente. La ley, sin embargo, establecía una “puerta trasera”, las inversiones “financieramente sostenibles“. Se trata de obras que no rompan el equilibrio prespuestario y con un beneficio social a largo plazo, por ejemplo, mejorar alumbrado, jardines, eficiencia energética, colectores, y que además pasan por un control estatal añadido.

“El problema es que con lo retrasado que va el presupuesto no hay forma de cumplir las condiciones, por lo que ese dinero se perderá”, explicaba Luquero. Algo que ha motivado la protesta de la Federación de Municipios y Provincias y “de alcaldes de todos los colores”, añadía la alcaldesa, que hizo votos para que estas restricciones se modifiquen durante el tránsito parlamentario.

Nuevo pago de 1,5M€ para el talud de Padre Claret

Pero tiene mala pinta. Montoro se ha aplicado con saña al control del déficit de las administraciones locales (siendo enormemente más laxo con las autonomías), de hecho, la contención del déficit público de los últimos dos años se ha conseguido, en gran medida, gracias a escatimar en lo local mediante la ley de Estabilidad, que limita contraer deuda, disciplina la inversión, y pone coto al uso de remanentes de los ayuntamientos.

La idea es guardar ese dinero solo para amortizar deuda o, también, para pagar indemnizaciones. De hecho, en el caso de Segovia, las millonarias facturas por el talud de Padre Claret o los terrenos del futuro instituto de San Lorenzo se han costeado gracias a los remanentes. Y hablando del Rey de Roma -el talud más caro del mundo- citar que también en la junta de Gobierno se acordó un nuevo pago de 1.575.000€ a los expropietarios del talud, la familia de Moisés López. Con este ya van tres. Un primer pago de un millón en y oro de medio en 2016, el de ahora de 2017, por lo que “solo falta por pagar otro último pago”, decía Luquero. Otro último pago de 1,5M€ a lo que hay que añadir, los intereses de demora, claro, que pueden subir fácilmente a una cantidad análoga.

Ferias, cuestión de cables

Mucho rato invirtió Luquero en la polémica del momento. ¿Habrá ferias este año por San Juan? Tampoco tiene buena pinta. El principal obstáculo, siempre según la alcadesa (que mañana se entrevista con los feriantes en un último intento), es que no hay en toda la ciudad una explanada dotada de la potencia eléctrica suficiente como para cubrir el suministro eléctrico generado por los 80 caravanas de los feriantes. “Hemos intentando incluso alquilar por entero el cámping Acueducto, pero nos han dicho que ellos tampoco tiene esa potencia. El caso es que las caravanas de feriantes no son como las autocaravanas, tienen todos los elementos de una casa”. En su lugar, la alcaldesa se ofreció a habilitar un “macrogenerador”, tipo los que usa la UME cuando hay desastres de los gordos. Aunque también hay que estudiar los costes.

Lo que está claro es que la alcaldesa no quiere saber nada de cómo se viene suministrando en la mayoría de ciudades todo ese poderío eléctrico, con improvisadas tomas de “luz de obra”. Por razones de seguridad, dijo Luquero. “No estoy dispuesta a poner en riesgo a la gente de las ferias, por ahí hay críos, familias…”, dijo, y recordó que hace unos años ya hubo un siniestro por este motivo (un incendio).

De hecho este es el talón de Aquiles de las ferias. Para estar en condiciones adecuadas, las campas feriales deberían tener instalaciones homologadas (en muy pocas ciudades las hay). Algo que el ayuntamiento cifra en 800.000€ (añadiendo costes de explanación). “Cuando decidimos no efectuar ese gasto, lo hicimos con todas las consecuencias, a sabiendas que eso puede suponer que no haya ferias”, concluyó Luquero. Como se suele decir: continuará…

Comparte en tu WhatsApp