Posted By Opinion on 24, Abr, 2014

Entre el respeto y la gracia de los primeros 100 días de gobierno, la nueva Alcaldesa va haciéndose poco a poco al mando de la situación intentando marcar su impronta con un importante cambio de estilo en las formas y en las declaraciones “Valoro más hechos que palabras”, lo cual es de agradecer tras los últimos y alborotados tiempos en los que gobernaba el anterior regidor.

Sin embargo va a hacer falta algo más que actitud para dejar encarrilados los graves problemas de gestión que le ha dejado su antecesor encima de la mesa, donde además Segovia tiene comprometidos mucho dinero, el CAT, el polideportivo Carlos Melero, el pabellón del Peñascal, el teatro Cervantes, la Estación de Autobuses, la aprobación del Peahis, la renovación de la maltrecha Flota de Autobuses, toda la retahíla de asuntos judiciales pendientes, muchos de mayor cuantía, relacionados con las indemnizaciones por expropiación de la calle Jerónimo Aliaga, la Casa de la Parra, Padre Claret… en fin, muchos frentes para los apenas 500 días de gobierno que le quedan a la Alcaldesa.

Con todo, ella ha empezado con medidas populistas de perfil bajo con esos plenos en los barrios, y también intentando recomponer el dialogo institucional que tan bloqueado estaba, y lubricando un poco la maquinaria para que de aquí al final de la legislatura el Ayuntamiento pueda avanzar en alguno de los numerosos frentes.

Al tiempo, el “run run” en su propio partido no cesa, y aunque Luquero parece ponerse de perfil ante los problemas del PSOE segoviano, no puede obviar la lucha intestina entre sus concejales Reguera y Arranz, con el lío de un expediente inconcluso por medio, y con la gente del propio partido un poco mosca con estos asuntos. Pero todo esto tiene su importancia para proclamar un futuro candidato del PSOE al Ayuntamiento.

 La conclusión a todo esto no puede ser más evidente, Luquero tiene muy poco margen de maniobra, y solo puede pretender acabar la legislatura sin que alguno de todos estos turbios asuntos le explote en las manos. Por eso podemos entender que no suelte su apartado favorito, Cultura, al fin y al cabo ella lo ha gestionado razonablemente bien, aunque no tengamos claras las cuentas del MUCES. Por ello, va a intentar desesperadamente que los 100 días de gracia se prorroguen hasta los 500 días aproximados que le quedan de mandato, en ello está, dada la “herencia” que ha recibido del ex Alcalde que dimitió por razones personales cuando tenía mas de 100 razones objetivas para hacerlo. En fin, otro día si quieren las enumeramos.

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