La empresa adjudicataria de la obra de la cuesta de San Juan , iniciadas hace algo más de un mes, trata de minimizar la ralentización de los trabajos de instalación de tuberías de abastecimiento en la calle derivados de la aparición de distintos hallazgos arqueológicos durante los trabajos y mantiene la actividad en la zona incluso los sábados, con un pequeño grupo de unos ocho operarios haciendo trabajo extra, incluido el movimiento de maquinaria.
Un operario afianza las vallas de la obra en la parte alta de San Juan, el pasado sábado.
La posibilidad de incrementar las jornadas de trabajo a los sábados ya se planteó en el mismo momento del inicio de las obras aunque entonces se matizó que sólo se barajaba como una opción que en principio no se aplicaría salvo que el cumplimiento de los plazos —siete meses para toda la actuación— estuviera en riesgo. De hecho, el departamento municipal de Obras no ha comunicado oficialmente la ampliación de horarios, que sin embargo estaban en marcha el pasado fin de semana.
Tras salir a la luz los restos de la puerta y la muralla de la ciudad en la parte alta de la calle, con los que sí se contaban, los responsables municipales se apresuraron a aclarar que la aparición no generaría retrasos. Pocos días después los obreros se toparon con otro hallazgo inesperado, una bóveda de piedra caliza aparentemente construida como elemento de contención del terreno, justo en la trayectoria prevista para las conducciones de saneamiento y otros servicios pendientes de instalación en esta obra y que aún está siendo documentada por los arqueólogos y que por tanto impide el avance de los trabajos en ese punto.
No obstante, los trabajos continúan en otras zonas y el incremento de los horarios parece justificarse con un intento de compensar con otros avances los retrasos en la colocación de las canalizaciones.
Diputación
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