Salió como un Mihura el Castilla dispuesto a comerse a la Gimnástica Segovia en el Alfredo Di Stéfano de la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Y si no lo consiguió en los primeros compases fue por la providencial labor de Pablo, y el poste, a tiro de Óscar. No daban una los de Abraham, presionados muy arriba por el filial del Real Madrid y con muchas dificultades para mantener la pelota. Los blancos, desbocados, se estiraban por las bandas, llegando con facilidad y peligro. En una de estas Pablo salvó un uno contra uno cuando el gol estaba ya cantado.
Pero el empuje inicial fue dando paso a un encuentro más igualado, donde finalmente la Sego empezó a trenzar pases, meter cabeza, romper las contras con faltas tácticas, domando al potro en suma, e incluso, tanteando la puerta rival desde lanzamiento lejano.
Partido muy exigente en el que los azules debían suplir a golpe de riñones y oficio la mayor calidad técnica de los cachorros del Madrid. Finalizó la primera mitad con un esperanzador 0-0 y en la segunda las cosas se igualaron. El esfuerzo empezó a pasar factura a los canteranos y, aunque se plantaban con facilidad en la frontal no daban con el pase final, en tanto la Segoviana empezaba a buscar córners, a cercar la meta de Belman y a transmitir peligro de verdad, en tanto atrás Anel y Javi Marcos se manejaban sin complejos frente a los escurridizos puntas. La tuvo Fidalgo en un remate de segunda jugada desviado por Pablo, y acto seguido, peleada contra de un batallador Ayrton para arrancar un nuevo córner que remató impecablemente Anel, tal vez la ocasión más clara de la Sego.
Trabajadísimo empate, en suma, con la Gimnástica haciéndose valer táctica y físicamente para conseguir un punto que sabe a dos. Magnífico.
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