El entrenador gimnástico, Abraham García. (Foto: Gimnástica Segoviana. Juan Martín)
Lo mejor de la jornada para la Gimnástica Segoviana es que todos sus rivales en la parte baja de la tabla juegan esta semana con los de la parte alta y eso puede mantener comprimido el cada vez más reducido grupo de conjuntos embarcados en la lucha por la permanencia en Segunda B. Lo peor es que la Ponferradina ha endosado este 23 de marzo a los de Abraham García una goleada (4-0) que, en el mejor de los casos seguirá una semana más en la antepenúltima plaza (29 puntos), eso si al Ferrol (19º, 28 puntos) no le da por hacer una machada ante el Bouzas (5º, 52 puntos) y le arrebata la plaza.
Mal partido para los de Segovia el disputado bajo un chaparrón, climatológico y de goles, ante la Ponferradina (12º, 39 puntos) que se escapa casi definitivamente de la pelea por evitar el descenso a costa de los de la Albuera, incapaces de contener, con cinco defensas en su dibujo táctico, las internadas de sus rivales a los que aguantó como pudo en la primera parte (0-1 al descanso) pero que entregó la cuchara antes de cumplirse el minuto 65 cuando ya lucía en el marcador el 4-0 con el que acabó el encuentro.
Más malas noticias para un equipo al que se le acaban las jornadas de esta liga: en la próxima programada viene el Deportivo Fabril, tercero en la tabla, luego hay que ir a Talavera (8º en este momento) y recibir al Navalcarnero (5º). Si la épica no funciona en esas tres jornadas frente a rivales sobre el papel —y la práctica— muy superiores , quizá sea tarde cuando lleguen los rivales directos, Pontevedra y Valladolid B. Y encima la temporada acaba en casa de los madrileños del Adarve.
La salvación comienza a ser cosa sólo para los muy creyentes.
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