La masiva celebración de la “tardebuena” en la plaza Mayor y otras calles del casco antiguo, el pasado 24 de diciembre, cuando miles de ciudadanos se concentraron en las horas previas a la cena de Nochebuena ha generado una riada de quejas de residentes de esa zona de la ciudad, molestos por las dificultades de acceso a sus domicilios pero también por los ruidos, la suciedad y, según varios comentarios, el uso de las calles como aseos públicos.
Lo cierto es que pese a que esa situación se produjo, la respuesta municipal no fue demasiado contundente. La Policía local ha dado cuenta de una sola denuncia en base a la Ordenanza Municipal de Convivencia Ciudadana “por realizar necesidades fisiológicas en la vía pública”, según el parte oficial de actividad durante el día 24 y 25 de diciembre. No se tiene constancia tampoco de que se impusieran sanciones por el consumo de bebida en la vía pública, para lo que no se había decretado ningún permiso especial.
Por otra parte, durante esa jornada previa a Navidad, algunos establecimientos apoyaron su actividad en actuaciones musicales o sesiones de pinchadiscos. No obstante, el mismo parte de actividad policial refleja también una sola denuncia en base a la Ley de Espectáculos públicos.
Mientras, dos establecimientos de la plaza Mayor que acueducto2.com ha constatado que contaban con los preceptivos permisos para esa actividad llevaban unida a la autorización la obligación de abonar cantidades cercanas a los 500 euros en concepto de “limpieza” de la vía tras los actos.
Una vieja polémica
Que las concentraciones festivas en fechas como San Juan o San Pedro, San Frutos, Carnaval o Navidad, entre otras se lleven a cabo en la plaza Mayor y su entorno genera desde hace años una polémica sin resolución entre buena parte de los residentes y el común de los ciudadanos que entiende la plaza Mayor con el concepto clásico de foro, un lugar de reunión y encuentro. De hecho, las Corporaciones que han tratado de “forzar” el cambio de ubicación llevando verbenas y convocatorias “clave” a otros puntos de la ciudad simplemente se han estrellado en el intento.
Además, estas celebraciones masivas suelen producirse espontáneamente y acompañadas decisivamente por el hecho de que la climatología sea favorable, como ocurrió el pasado lunes cuando la hora del vermouth se prolongó hasta más allá de las 20.00 horas con un excelente ambiente festivo que, sin embargo, pilló de nuevo con el pie cambiado a las autoridades municipales que no habían previsto ningún refuerzo especial de vigilancia o de prevención que habría aparejado, por ejemplo, el montaje de urinarios públicos portátiles.
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27 diciembre, 2018
Supongo que el tipo sería denunciado, por salpicar al Policía Local mientras realizaba su placentera meada callejera.
Ya se sabe, que estamos en época pre-electoral, y que no se puede importunar a los tiernos yogurines (y no tan yogurines) de vejiga inquieta, pero al menos podían no ser tan torpes y al menos hacer “caja” a base de multas.
Ya lo he dicho varias veces. Es fácil.
Tanto en “botellones” como en “pipicalles”, es “trincar” a 200 ó 250 “meones-meonas” cada tarde-noche, a 200 ó 500 € la tirada, y nos sale la bonita cantidad de 40.000 a 125.000 €. Suficiente para dejar el casco urbano “niquelao” todos los días. Verás como funciona el “boca a boca” y las redes sociales.
Pero en este Pais, lo que faltan son “huevos”, y lo que sobra es postureo y la llamada “corrección política”.
28 diciembre, 2018
Una denuncia !!! … Me quedo absorto ante la sagacidad del agente, su minuciosidad para recabar las pruebas oportunas y su celo para localizar al infractor. Todo un alarde por el que bien merece ser distinguido como agente del año.