Los concejales de Tráfico, Ramón Muñoz-Torrero, y de Obras, Paloma Maroto, asistieron este 30 de enero a las pruebas realizadas con dos autobuses, de 10 metros cada uno, con los que se trató de escenificar todo tipo de encuentros y maniobras que puedan producirse durante la actividad ordinaria “que han salido muy bien”, de acuerdo con el responsable de Movilidad.
El edil también se mostró confiado en que los nuevos pernos introducidos para anclar la estructura metálica al suelo —con, aproximadamente, el doble de grosor y longitud de los que se habían usado en un primer momento— afianzarán “con total seguridad” el entramado de columnas sin riesgo.
“Se ha generado más alarma de lo que es la realidad”, afirmó en referencia al obligado cambio de pernos tras las primeras pruebas de resistencia porque “es muy difícil, casi imposible, que eso lo pueda levantar el viento” incluso cuando toda la tela esté instalada, de acuerdo con su criterio.
En el recinto hay, además, un importante movimiento de obreros tratando de rematar las tareas aún pendientes como la instalación de los cristales que, en forma de caja transparente, dan acceso a las dársenas, mientras que aún no se ha comenzado a echar el hormigón impreso, también en zonas de tránsito peatonal y otras tareas de remate, como la pintura.
O todo, o nada.
Así las cosas y aún pendientes de esos remates y, sobre todo, de los coeficientes de resistencia de la estructura —las pruebas se están haciendo sobre algunos pilares que ya soportan parte de la tela— los concejales implicados directamente en esta actuación son aún incapaces de fijar una fecha para la terminación de los trabajos y la inauguración de la infraestructura. “Esperamos que sea pronto, pero no se puede hablar aún de una fecha determinada”, reconocieron.
Muños-Torrero se mostró contrario a la posibilidad, insinuada por la alcaldesa, de que la nueva estación se abra solo parcialmente mientras se acaban las obras en otros puntos cerrados al público. “Personalmente, prefiero acabar todos los trabajos y evitar cualquier problema de seguridad”, declaró a acueducto2.com aunque matizando que esa decisión aún debía discutirse en el seno del equipo de Gobierno.
Los trabajos, que han transformado la vieja instalación, con categoría de apeadero, en una estación de autobuses acorde con los requerimientos técnicos para serlo, comenzaron a ejecutarse en los primeros días del pasado mes de julio y tenían que haberse terminado a primeros de este enero, un compromiso que mantuvo la alcaldesa, Clara Luquero, hasta que hace diez días desvelo los problemas de resistencia de la estructura.
31 enero, 2017
¿He leído que alguien: “se mostro confiado” de que la cosa esté segura? Apaga y vámonos. No sólo tiramos del dinero público a espuertas para solucionar y pagar pellas, sino que encima nos toman por pardillos.