Fuente: Nota de prensa del grupo municipal de Izquierda Unida.
El grupo municipal de Izquierda Unida lamenta la actitud del Ayto ante la concesión de una licencia de terraza de bar ubicada en las escaleras de la bajada de la Canaleja. Los residentes de esa zona, tras enterarse de que se iba a instalar esta terraza, remitieron un escrito al Ayuntamiento el día 6 de junio, con el que alertaban de que en esa ubicación hay ventanas de viviendas a la altura de las mesas de la terraza, lo que supondría una situación incómoda tanto para los vecinos del bajo como para los clientes del establecimiento. Pocos días después también trasladaron su preocupación al defensor del Ciudadano. La asociación de vecinos de San Millán también realizó un escrito para interesarse por el tema.
En la comisión de urbanismo de junio, el edil Ángel Galindo insistió en este asunto y solicitó que antes de que se ubicara la terraza se buscase la mejor opción tanto para el vecindario como para los propietarios del bar. Aunque el equipo de Gobierno se comprometió a buscar una solución, el 29 del mismo mes se ubicó la terraza, sin que se hiciera ningún caso a la petición realizada. El equipo de Gobierno acabó respondiendo al escrito de los vecinos a finales de julio, casi dos meses después de haberse presentado, y un mes depués de la colocación de dicha terraza.
Más allá del fondo de la cuestión, la forma de actuar del Ayto denota dejadez y falta de interés hacia los problemas de los vecinos de Segovia, a quienes representa y ha de prestar servicio. Es incomprensible que se haga caso omiso a la preocupación de los residentes, a los que ni siquiera se comunicó la decisión, ya que se encontraron con la terraza instalada sin más información. Aunque el Ayto ha empezado recientemente a proponer alguna alternativa, debería haberse puesto en contacto con los vecinos mucho antes, y más cuando habían hecho llegar escritos y nuestro grupo lo advirtió en la comisión de urbanismo.
Esta dejadez por parte del equipo de Gobierno ha hecho que se genere un conflicto entre vecinos y hosteleros, cuando su función debería ser mediar para buscar soluciones consensuadas y mantener informados a los interesados en todo momento sobre las decisiones que se tomen. Al no suceder esto, el malestar de los vecinos es muy comprensible, sin olvidar los posibles perjuicios que puedan causarse al establecimiento.
El espacio público ocupado por los negocios de hostelería al montar terrazas a pie de calle debe respetar a peatones y vecinos del entorno, teniendo en cuenta que se está ocupando un espacio que no les pertenece. La calle es de todas las personas, y aunque el Ayuntamiento deba permitir y fomentar la actividad comercial y empresarial del sector de la hostelería, esto no debe exceder en ningún caso los parámetros del sentido común ni suponer un perjuicio para viandantes y residentes.
17 agosto, 2017
Vecinos de la Canaleja, les damos la bienvenida al problema que ya padecemos miles de vecinos de la ciudad de la hostelería. Se terminó el descanso.
17 agosto, 2017
¿Y quien vive precisamente allí, para que se preocupen los new-podemitas de una licencia de terraza? Adivina-adivinanza.