Respecto al profesorado no estoy de acuerdo, buenos y malos los hay en todos los sitios, trabajadores de la privada concertada, funcionarios de carrera e interinos.

Con respecto al resto de su comentario totalmente de acuerdo, a un gran porcentaje de los padres que llevan a sus hijos a la privada concertada, mayoritariamente católica, les importa un pimiento lo que ellos llaman el ideario, de hecho no pisan una iglesia ni por casualidad, por no hablar de los exalumnos de este tipo de centros, los más rebotados con la Iglesia Católica.

Simplemente se trata de un quiero y no puedo alentado y favorecido por la Consejería de Educación.

Estoy seguro de que si se dejara de subvencionar la educación concertada, muchos estudiantes irían a la escuela pública. De lo que no estoy tan seguro es de que el gasto fuera el mismo ya que, por ejemplo, las instalaciones, que en los colegios concertados no los pagan las administraciones regionales, habría que ampliarlas.

Unir calidad del profesorado a haber aprobado unas oposiciones me parece una temeridad. Del profesorado o de cualquier otro funcionario. El que es bueno, lo es con independencia de un aprobado. Y qué decir de aquellos profesores que empiezan en la concertada y aprueban: de la noche a la mañana pasarían de ser malos docentes a estupendos maestros.

No sé si opinar de manera generalizada sobre un colectivo de personas proviene del conocimiento de casos concretos o de prejuicios. Pero tengo la sensación de que optar por una educación u otra va más allá de qué compañeros de clase te tocan.

¿En la educación pública todos los maestros y profesores tienen la oposición aprobada? De risa. Mira la cantidad de interinos que llevan años presentándose para firmar y que van a “estabilizar” (eufemismo de regalarles la plaza por su cara bonita o por un buen enchufito). No sirve de nada aprobar la oposición en Educación ni Sanidad, solo trabajan los interinos año tras año tras año