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Ingrid Beck: “Estamos haciendo una revolución”

El VIII Encuentro de Mujeres que Transforman el Mundo nos ha permitido conocer el esfuerzo y trabajo que, desde diferentes lugares del mundo, se está realizando en pro de ubicar a la mujer en el lugar que persigue y le pertenece.

Este ciclo lleva 8 años de recorrido pero en esta ocasión ha tenido un significado especial. La lucha y el trabajo de años ha conseguido hacerse visible de una forma evidente al convocar a miles, a millones de mujeres en el mundo, que simplemente han dejado claro que somos el 50% de la población, o más, y que las cosas, no pueden seguir así.

Ingrid Beck ha llegado desde Argentina y es colíder del movimiento “Ni una menos” contra la violencia de género en aquel país pero, además, dirige la revista “Barcelona” en Argentina. Ingrid Beck, quien por primera vez ha venido a Segovia, ha participado en un coloquio con Marta Gómez Casas para expresar el presente y el futuro del movimiento feminista…

P-¿La mujer ha llegado este año a ese punto en el que simplemente ha dicho “hasta aquí hemos llegado”?

R-Sí, yo creo que estamos haciendo una revolución, creo que las movilizaciones del 8 de marzo, el paro internacional en más de 55 países, la “sonoridad” que han dado a la situación mujeres de distintos países, con problemas comunes …. Creo que sí, este año ha sido un hito en la historia, por lo menos en Argentina lo estamos viviendo así y cuando voy a otros países y veo esta movilización…. Sí…

P-Cual fue el inicio, el germen del movimiento “Ni una menos” con el que estás completamente relacionada…

R-En Argentina hay una larga tradición en la militancia feminista, de activismo feminista pero, lo que ocurrió en 2015 fue algo particular porque se dieron una serie de cuestiones. Todavía no hay una explicación sociológica concreta sobre el “porqué” pero lo cierto es que existía un “hartazgo social” en relación con los asesinatos a mujeres y, a raíz de la aparición del cuerpo de una jovencita de 14 años que había sido asesinada por su novio de 16 años y había sido enterrada en el fondo de la casa del novio con la complicidad de su familia… La chiquita también estaba embarazada… La historia tenía todas las características para que se encendiera una mecha y… una colega (periodista) escribió en las redes sociales: “Nos están matando, ¿No vamos a hacer nada?”.

Esa interpelación hizo que varias de las que estábamos conectadas en ese momento (11 de mayo de 2015), pensamos que ya no era suficiente con la indignación, con los mensajes en redes sociales, con las voces que tenemos en los medios de comunicación y… ¡Había que salir a la calle! Pusimos una fecha, totalmente arbitraria, en una zona céntrica de la ciudad, convocamos a otras mujeres con las que compartíamos las mismas inquietudes y, cada una, comenzó a contactar con “celebridades” que conocía como periodistas más conocidos y, comenzamos a hacer circular la convocatoria que se había fijado el 3 de junio con el lema “basta de femicidios, ni una menos”… que terminó como hemos visto. No fue intencionado pero, una vez que comenzó… Sí.

P-De alguna manera, las mujeres vieron que: “Lo que me pasa a mí… No soy la única”

R-Es que creo que eso es lo más importante de todo lo que está pasando. Lo que pasó con “Ni una menos” o que pasa con otras movilizaciones de mujeres es “no estás sola, le pasa a otras y… no es solo a mí, no tengo yo la culpa, si le pasa a otras es un problema social y no uno de tipo individual que es lo que nos quieren hacer creer”

P- ¿Crees que la situación se ha trasladado completamente desde Argentina a todos los puntos o, cada país tiene sus propios problemas? ¿Se puede comparar?

R-A mí me parece que, a la vez que hay situaciones globales, hay también situaciones particulares de cada lugar. Hoy en Argentina, la pelea es por el aborto legal, que es una pelea que en otros países ya está ganada. En España será por la brecha salarial. Esto tiene que ver con un hartazgo también… Lo vimos en esta edición de los Encuentros de Mujeres que Transforman el Mundo con Isatou Jeng, que viene de Gambia y, está peleando contra la mutilación genital, algo que no es un problema para las que vivimos en este lado del mundo. Son distintos debates pero todas son demandas feministas.

P- ¿Como ha vivido el sector masculino lo ocurrido? (movilización global, en todo el mundo, sin “recato”)

R-El patriarcado, mal. Estamos limándole la columna vertebral pero, hay diferentes clases de reacciones dentro de los hombres. Hay algunos, pocos pero los hay, que se están repensando su masculinidad y se dan cuenta de que también ellos sufren los mandatos del machismo y, están revisando sus actitudes. Luego están los que se ponen… y reaccionan mal y… peor pero me parece que todo movimiento de cambio tiene reacciones, incluso aquellas que son violentas

P-Han sido en España más de 700 mujeres las que han muerto en los últimos 10 años… Se ha comentado que si en ese periodo, en España, hubieran muerto 700 futbolistas… esto habría estallado pero, al ser mujeres…

R-No, no somos prioridad, se ha naturalizado la violencia contra las mujeres. En Argentina, la mujer vota desde 1940, es muy reciente la demanda del feminismo. Nosotras decimos que si los hombres quedaran embarazados, el aborto se practicaría en los cajeros automáticos y, en cambio, en Argentina, estamos peleando para que se pueda practicar de manera legal, sin ser un delito. Sí, estamos discriminadas, somos una mayoría discriminada, no ocupamos los lugares que debemos ocupar, tenemos que sobrellevar muchos más obstáculos y somos juzgadas por cada una de las cosas que hacemos.

P-¿Crees que lo ocurrido el 8 de marzo ha sido una sorpresa o era ya esperado?

R- Para las feministas no es una sorpresa porque es algo que venimos “oliendo” y activando desde hace un tiempo. Creo que ha sido una sorpresa para los Gobiernos, para los Estados, para los poderes públicos y, eso está muy bien, no que se sorprendan pero sí que les impongamos agenda, no pueden mirar para el costado, hay una multitud en la calle, podrían mirar para otro lado pero, se supone que en una democracia no deben hacerlo.

P-Quieran o no, es la mitad, o más, de la población.

R- Sí, y si nosotras paramos… El lema es “Nosotras paramos, produzcan sin nosotras”… Si de verdad paramos, se para el mundo. No es un chiste, no es una broma.

P-Para terminar, ¿Qué queda por hacer? ¿Qué pasos quedan por dar?

R-Un trabajo que debemos hacer las mujeres que estamos en los medios de comunicación. Como el objetivo es construir una sociedad más igualitaria, ese es el mensaje que a partir de hoy debemos transmitir. Empezar a hablar de feminismo en todos los espacios donde podamos y seguir construyendo esta herramienta política que es la “sonoridad” que implica ser aliadas, que no es igual que ser amigas, nadie nos impone eso, nos criaron para ser rivales y no para hacer alianzas y, en cambio, esas alianzas son las que van a mover el mundo.

Este no es, ni mucho menos, el resumen de una edición del ciclo. Es el resumen de una lucha de años que en esta ocasión ha sido algo diferente. Se ha materializado la lucha de las mujeres por ocupar nuestro lugar, no el que nos asignan. Una lucha que aún debe continuar…

 

Author: Editor

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1 Comment

  1. Según un artículo publicado el domigo 18 de marzo de 2018 en El Mundo eran al menos 28 los menores asesinados por sus MADRES en los últimos cinco años frente a 24 asesinados por los padres. Creo no equivocarme en las cifras, lo mejor es conseguir un ejemplar de dicho periódico de ayer y leer el artículo porque merece la pena, por cierto escrito por una mujer.

    La autora del artículo tuvo que realizar un exhaustivo trabajo de investigación para contabilizar los menores asesinados por sus madres ya que no hay estadísticas oficiales (o si las hay parece que no las facilitan.)

    Es decir, las mujeres también asesinan, en más de un caso a sus propios hijos recién nacidos. Pero sólo hay estadísticas (o eso parece) de menores asesinados por los padres. Es más, cuando se habla de este tema se habla de forma genérica diciendo que los padres (englobando con este término a padres y a madres) han acabado con la vida de tantos menores sin aclarar cuántos fueron muertos a manos de los padres o de las madres (es decir, no utilizan el lenguaje inclusivo porque en estos casos no interesa para la causa feminista radical para seguir culpabilizando al varón de todos los males de este mundo.)

    ¿Por qué no hay estadísticas al alcance del ciudadano donde podamos ver los menores asesinados por sus madres? Al menos 28 en los últimos cinco años según la escritora del artículo de El Mundo, pero parece que sólo se cuentan los asesinados por los padres. Es decir, víctimas de primera y de segunda clase a efectos estadísticos y de la prensa según el sexo del asesino o asesina. Lamentable, y casi nadie dice nada.

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