Posted By Fernando Sanjosé on 29, Mar, 2015

Clara Luquero ha sido la primera en mostrar su lista completa para el Ayuntamiento de Segovia, que supongo que en este juego de estrategias busca consolidar el equipo, evitar especulaciones a través de las filtraciones y de paso, advertir a sus rivales, más lentos: “Yo hago las tareas. ¿Y tu?”.

Otra cosa es el contenido de la oferta. La socialista mantiene su núcleo duro con los primeros puestos copados por un fortalecido Alfonso Reguera (la lista está plagada de personas de su confianza directa), Andrés Torquemada y, primera sorpresa, Paloma Maroto.

La concejala, al parecer llamada a ser teniente de alcalde, además de cercana al dos, ha desarrollado en los últimos meses una enorme campaña de autopromoción interna y externa, esta al estilo tradicional de tener presencia masiva en las fotos, en cualquier foto, que parece haber dado sus frutos, tanto que ha intercambiado el puesto en la candidatura con Claudia de Santos, relegada al siete, que no está mal, pero que tiene lectura.

Como lo tiene que Marisa Delgado siga en el once, Marta Gutiérrez pase al 13 —ya sabe, en esa posición, si sales, vas a un gobierno de mayoría absoluta, aunque claro, hay que salir— o que Lirio Martín, pese a los intentos de promoción de las últimas semanas, haya acabado en el banquillo, tanto para el Ayuntamiento (número 15), como para la Junta (la sexta). Justificar la posición de los repetidores llevó pocas explicaciones y preguntas de la asamblea socialista. Luquero considera que “merecen” el número asignado y ya está.

Hay novedades interesantes. La principal, el fichaje “estrella” de Marife Santiago, otrora excelente colaboradora con los proyectos de la propia Luquero en Cultura incluyendo aquel sueño desmesurado de Segovia 2016 que a pesar del fiasco —ya sabe que la cosa, al final, es San Sebastián 2016— otorgó tantos réditos electorales a los socialistas en base a cierto dinamismo de la cultura local.

Será por eso que uno no puede evitar pensar que en esta incorporación a la lista hay algo de ese “hoy por ti, mañana por mi” que se da en la excelente relación entre ambas. De hecho, digo yo que el equipo de Luquero ya tendrá prevista la respuesta cuando sus rivales subrayen (ya lo hacen) que en los puestos 5 y 6 se han colocado dos ex asesores en la Moncloa de Zapatero. Y lo peor es que a José Bayón, un hombre de partido, le lucía menos el trabajo. Quiero decir que era menos visible para el ciudadano porque se hacía en la trastienda.

También otorga potencia a la propuesta el nombre de Marian Rueda, que si bien no tiene ninguna experiencia política, en su entorno se empeñan en definirla como “firme pero dialogante”, que suena muy bien y se corresponde con su trayectoria profesional. Es importante también el simbolismo, que trabaja en el Instituto de La Albuera, el barrio del díscolo Arranz, cuyo recuerdo quieren olvidar cuanto antes en el PSOE.

Menos conocido, pero hombre de partido y uno de los ejecutivos de Reguera en la Asamblea municipal del partido es el ingeniero e inspector de calidad en Agricultura, Ramón Muñoz-Torrero, para el que aún no soy capaz de imaginar un departamento concreto en un eventual Gobierno.

Claro, que esa dificultad se reproduce con un numeroso grupo de candidatos a los que, a falta de más datos, se les ha presentado como poseedores de “un magnífico currículo” académico, que no laboral (el índice de parados en la propuesta es significativo, por encima de la media del país en los 15 primeros puestos).

Con ese aval se ha conocido la presencia del secretario de Juventudes, Álvaro Serrano, del que la alcaldesa dice que leyó su currículo sólo unas horas antes de presentarlo, así qué alguien se lo habría leído antes; de su compañero en la organización juvenil, Sergio Iglesias; y sobre todo, de Virginia de la Calle, una joven desconocida hasta para los de la casa, donde no tiene ficha de militante.

De la Calle ha sido incrustada en el puesto doce provocando con ello una excepción al sistema de cremallera —ya sabe, chico, chica, chico, chica, ad infinitum, una norma muy rígida en el PSOE— además de echar para atrás a Gutiérrez e Iglesias con algunas protestas en la asamblea local.

Por cierto, para justificar la ruptura del diente de la cremallera, Luquero echó mano de un discurso en defensa de la mujer que quizá sería bueno modernizar. Que trabajen los asesores, que en campaña el candidato es maleable.

Para el anecdotario, destacar que Ángel Berbel —ha estado calentando en la banda en los últimos meses por si le tocaba entrar— vuelve al 16, o que la concejala de Tráfico, María José Andrés ha decidido aparecer en el testimonial puesto 22.

Luquero dice que esta es una lista “para ganar”.

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