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Homenaje necesario al “Batallón de costura”

El Teatro Juan Bravo acogía el 22 de junio la gala de entrega la primera edición del premio Cope Segovia que se estrena con un más que merecido homenaje al Batallón de Costura.

Hay que ponerse en situación, las mascarillas que hoy nos sobran y básicas para controlar la epidemia, especialmente en una primera línea huérfana de todo, valían entonces a euro la pieza. Y no es que valieran 30 veces más que en circunstancias normales; lo peor es que no las había. En su política industrial de externalizar en Asia las manufacturas industriales, la prepotente Europa nunca pensó que un pequeño virus pudiera poner contra las cuerdas toda la economía continental y las vidas de millones de ciudadanos. No había EPIs, ni mascarillas… En los hospitales los equipos reciclaban ese material y los traficantes internacionales subastaban al mejor postor, en los aeropuertos y  a pie de pista, las contadas partidas que llegaban desde China. En las residencias los gerentes lloraban, y no es ninguna metáfora, implorando una caja de mascarillas, guantes, cualquier elemento que minimizase el devastador impacto de un virus letal.

En ese primer momento, mediados de marzo de 2020, la solidaridad ciudadana salió al paso salvando decenas, quien sabe si centenas de vida, a partir del esfuerzo personal de otros tantos voluntarios y, muy especialmente voluntaria. Costureras contra el virus. Mujeres con máquinas de coses que, encerradas en casa, recosían trozos de tela para improvisar el material vital. Tras ellas, todo un esfuerzo logístico para hacerles llegar telas esterilizadas, para recoger las pequeñas partidas y llevarlas a las residencias. No eran mascarillas homologadas, pero actuaron como una primera barrera contra el virus en un esfuerzo colectivo sin precedentes. Fue el batallón de costura, la primera vacuna contra el covid.

Aunque fueron cientos los voluntarios y voluntarias (y por una vez el lenguaje inclusiva cobra todo su sentido) los que participaron en la iniciativa, tres coordinadores descollaron en ese momento crítico de la pandemia poniéndose al frente del batallón, fueron el político José María Bravo, el empresario Jorge Miguel Peña (empresario), María de Pablos (presidenta de Aspace y Neurofuturo). Los tres subieron a las tablas del teatro para recoger un homenaje que, a decir verdad, ha tardado demasiado.

Una voluntaria del batallón. Arriba, vídeo homenaje a la iniciativa premiada.

Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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6 Comments

  1. Maravillosa iniciativa de este colectivo. Un gran aplauso para ellos.

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  2. Superados por la realidad. Mientras la mayoría nos cobijábamos en casa, ellos dieron un paso de GIGANTE y fueron ejemplo de SOLIDARIDAD con mayúsculas.
    No eran un colectivo, se agruparon para hacerlo, lo que les da más mérito aún.
    Nunca será suficientemente agradecido. Si hay algún reconocimiento para la sociedad civil ellos lo merecen más que nadie.

    Me sorprendería que este Ayuntamiento les hubiera felicitado. Sólo están para perroflautadas, apesebraos a nómina y cosas por el estilo

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    • La alcaldesa ni siquiera agradeció jamas el trabajo del Batallón. Estaba en casa practicando selfies para dar mejor a camara en las mil fotos que cuelga semanalmente diciendo lo buena que es y lo mucho que trabaja.

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  3. Excelente iniciativa. La unión y solidaridad de muchos segovianos salvaron muchas vidas.

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  4. Voy a añadir la distribución, cada por cada de mascarillas gratis, por parte de protección civil de san ildefonso, localidad en la que también funcionaron estas personas haciendo y distribuyendo las, tan preciadas mascarillas.
    Agradezco infinitamente esta labor.

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  5. Casa por casa y puerta por puerta. Quise decir

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