El que fuera párroco del Cristo del Mercado y profesor del instituto de la Albuera, Domiciano Monjas Ayuso, ha fallecido a los 87 años sde edad a causa de la enfermedad de Parkinson que padecía desde hace años.
Sumamente activo y entregado, Monjas tuvo como primer destino tras su ordenación, en 1955, la localidad de Labajos aunque pronto recaló en la parroquia del Cristo del Mercado, donde permaneció durante toda su vida pastoral y donde ha dejado una profunda huella en un vecindario que conocía a fondo y que se encuentra consternado tras conocerse la noticia de su muerte.
Monjas firmando uno de sus libros.
No obstante, su espíritu inquieto le llevó a realizar multitud de tareas paralelas, tanto evangélicas —entre otras cosas fue Delegado de Ecumenismo en Segovia lo que le dio dimensión, no sólo en el ámbito cristiano, sino también en el resto de las religiones y confesiones que conviven en Segovia entre las que abogaba por el entendimiento— como docentes, ya que fue profesor de filosofía, disciplina en la que era licenciado, e inglés en el actual instituto de La Albuera cuando el centro llevaba el nombre de Ángel del Alcázar.
También escritor, don Domiciano escribió cinco libros, aunque el último, “San Basilio y los problemas sociales en sus homilías” ha quedado pendiente de su presentación prevista, precisamente, para el próximo 17 de febrero. Su bibliografía personal se inició en 2008 (“Un trocito de mi”) y continuó en 2012 con “Versos para andar por casa”. En 2015 publicó “Otro trocito de mi”. Hace dos años vio la luz su trabajo titulado “¿Merece la pena ser cura?”
El funeral por Domiciano Monjas tendrá lugar a las 12.00 horas de este 8 de febrero en la parroquia a la que dedicó su vida, El Cristo del Mercado, enterrándose su cadáver acto seguido en el cementerio del Santo Ángel de la Guarda. Además, el día 9, a las 20.00 horas se celebrará una misa de privilegio en la misma iglesia del Cristo.
7 febrero, 2019
DEP Como una vez me dijo: “Be happy” Hasta Pronto Amigo
17 mayo, 2020
Con él fui monaguillo, alumno, vecino, me dió la confirmación, me casó, bautizó a mi hijo, celebró las bodas de oro de mis padres, acompaño a mi abuela a las puertas del cielo, una persona generosísima, con una bondad extraordinaria, un gran hombre, seguro que es de los favoritos ahí arriba.
Y yo orgullosisimo de haber coincidido con él tantos años, aprendí mucho como persona.
Muchas gracias D. Domiciano.
Le recordaré siempre.