El día de san Pedro es la puerta para el cierre definitivo de las fiestas de la ciudad, pero también es una de las jornadas que más actividad concentra, especialmente en la plaza Mayor por donde circulan concejales presumiendo de medalla y hasta de bastón, damas con peineta, gigantes y cabezudos, las charangas y los vecinos de San Andrés repartiendo la tajada. Sonó la música y se cantó aquello de que Segovia, como es Castilla hace a sus hombres… y los gasta. Por la tarde, Taxungueiras, los fuegos y la última verbena. El tiempo ayudó, que ya se sabe que cuando acaban las fiestas, empieza el verano real en Segovia.
Siempre con cierto runrún de polémica, en el programa de Fiestas se ha mantenido otro año la asistencia de miembros de la Corporación, con la alcaldesa y la alcaldesa de fiestas bajo mazas, a una misa en honor a San Pedro. Estaban casi todos los del PSOE, los del PP y la portavoz de Cs. Los de la izquierda de la izquierda, IU y Podemos, se lo saltaron.
Los que no entraron en la catedral ya se encontraban a la misma hora la comitiva de residentes de San Andrés repartiendo tajada y bebida desde la carroza a la que se siguieron no pocos ciudadanos en su tradicional recorrido. Es un clásico más de este día, como los son las charangas populares en jornada intensiva de mañana y tarde y a las que quizá se ha echado en falta más días este año en el que su presencia en el programa se ha reducido a unos pocos días.
La Unión Musical Segoviana puso la música, ocasionalmente bajo la batuta prestada a Fernando Ortiz y también del director titular, Fran Cabanillas, todo para llegar al momento culminante, ese en el que se cantó el Himno a Segovia, algunos en puro play back, otros con la letra en la mano y los más, de memoria y a voz en grito. No se haga ilusiones: la mayoría de los que estaban allí eran segovianos de Segovia, así que se limitaron a mirar con curiosidad y la boca cerrada al corrillo de cantantes situado a la sombra del quiosco de música de la plaza Mayor.
Frutos, Fuencisla y el resto de gigantes y cabezudos —de nuevo el custodio, Juan Antonio Sanz en el recuerdo— han bailado y “corrido” a jovencitos —ya no se usan vejigas hinchadas y se tira de escobas pequeñas para azotar a los perseguidos— pero también han sido decenas los ciudadanos que buscaban la foto posando ante las seculares figuras inmóviles.
Quedaba un concierto, el de Taxungueiras, un grupo idóneo en el marco de Folk Segovia pero que difícilmente pueden cubrir las expectativas de los que acudieron al Azoguejo atraídos sólo por “el asunto de Eurovisión” y con un sólo tema oído —Terra— de las gallegas. El lugar estuvo lleno, a pesar de todo.
La actuación estaba limitada en el tiempo, que la media noche de San Pedro es, de toda la vida, para los fuegos artificiales desde la Piedad, con sus casi 15 minutos de duración al final de los que llega esa traca de medio minuto que justifica la espera para los del año que viene. La cosa termino en verbena, la última verbena a cargo de Ocho y medio band, antes de que alguien soltara el último “Viva San Juan”, “Viva San Pedro”.
30 junio, 2022
Buen video, así seguimos en el pasado más rancio… Por el ego y cabezoneria de algún iluminado, seguro.
30 junio, 2022
Deja a la gente divertirse como quiere. Para rancio protestando hasta por esto, tú.