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“El problema en el transporte marítimo por la covid es muy complejo, va a durar mucho más”

Francisco Esteban Lefler, Ingeniero de Caminos, Consultor en Gestión de Infraestructuras Marítimas y Terrestres. Presidente de PIANC (Word Association for Waterborne Transportbinfraestructure)

No es la primera vez que Francisco Esteban Lefler acude a nuestras páginas. Sí en otra ocasión, antes del comienzo de la pandemia,  hablo de su trabajo tanto en Bruselas como en Segovia, donde reside,  hoy lo hace para comentar la importancia que tiene lo que ocurre con el transporte de mercancías por mar, el retraso que se empieza a observar en la llegada de ciertos productos y componentes y de la posible duración del problema. Por su labor diaria, Esteban Lefler está acostumbrado a valorar y organizar lo que se refiere a puertos e infraestructuras de transporte en el mundo y, cuando a causa de una crisis provocada por una pandemia el mundo se para, nos ayuda a comprender lo que ha ocurrido  y cómo se prevé el futuro.

Pregunta.— ¿Que está pasando en el mundo con el transporte de mercancías?

Respuesta.— Lo que está ocurriendo tiene una explicación sencilla: En los últimos dos años hemos vivido dos pruebas de vulnerabilidad en los sistemas logísticos que todos dábamos por seguros. Antes pedíamos algo en Amazón y en 24 horas lo teníamos en casa y los suministros de componentes para los vehículos llegaban a las fábricas.  La pandemia nos ha enseñado que algunas hipótesis que teníamos, estaban basadas en sistemas más vulnerables de lo que pensábamos. Un caso muy sencillo se puso de manifiesto cuando el carguero Ever Given quedó cruzado en el Canal de Suez en el mes de marzo. En aquel momento, el impacto que se produjo fue brutal. En aquel caso, fue solo un evento en una ruta muy transitada… algo puntual, eso da mucho que pensar. El problema causado por la pandemia es mucho más complejo y por ello va a durar mucho más. La característica principal de este problema es que las redes logísticas que están repartidas por el mundo, están formadas por una serie de nudos (puertos, estaciones de clasificación…) y una serie de líneas logísticas (barcos, ferrocarril, camiones…). La gestión empresarial, por su parte, se ha basado hasta ahora en “logística de Tiempo Real” y, las empresas no han tenido prácticamente stocks pues las mercancías venían desde diferentes lugares y todo se basaba en que, ante la petición de un determinado producto, este llegaba a tiempo favoreciendo así a las fábricas y a los consumidores, con un mínimo coste y una gran eficiencia.

P.— Imagino que así las empresas eliminaban el coste del almacenamiento.

R.— Claro. El almacenamiento es un coste y, financieramente hablando, un dinero “quieto”, por lo que reducirlo es clave ¿Qué ha pasado durante la pandemia? Que en esa red que se extiende por el mundo, de repente, ocurre algo que va afectando a los diferentes nudos y enlaces de la red de una manera perversa porque, afecta en momentos diferentes y en cada parte del mundo, muy variable en el tiempo y en el espacio. Esta situación hace que todo se revuelva y que quien estaba en una fábrica en Europa esperando componentes que venían de China, de Taiwán  o de USA, si en un momento dado en ese lugar hay un rebrote de Covid,  empiece a recibir piezas a las que no puede dar salida porque no tiene la totalidad de las que necesita.

Cuando estos problemas comienzan,  se da una tensión de almacenamiento tremenda. Los puntos de almacenamiento se saturan y en algunos puertos se ha llegado a sancionar a quien dejara depositado algún contenedor… porque los problemas al transporte marítimo se unieron a los problemas del transporte por carretera. Esta descompensación logística llevará mucho tiempo volver a ponerla en su situación normal. En las líneas marítimas, sobre todo de contenedores, se ha demostrado que el sistema portuario español ha funcionado de maravilla a pesar del desafío, porque lo que ha fallado no es el sistema sino el concepto general. En la crisis financiera de 2008, los grandes transportistas  de contenedores sufrieron  un impacto económico brutal. Después de 2008 eso se tradujo en alianzas entre esos transportistas  hasta el punto de que el mapa de 2005 y el de 2010 no tienen nada que ver. Se van agrupando los operadores, se crea una concentración del sector que, con la capacidad de transportes alta, los márgenes comerciales son escasos ¿Qué ocurrió al llegar la pandemia? Que las operadoras reaccionaron rápidamente adaptándose a la nueva situación.

P.— Estos últimos dos años nos han enseñado que podían ocurrir cosas que nunca hubiéramos imaginado.

R.— Había “mucho elefante en la habitación”, que está ahí pero nadie lo ve. Hoy estamos en un mundo distinto. La Covid ha acelerado muchos procesos como, por ejemplo, el tema del comercio electrónico que es uno de los que se ha acelerado hasta el punto de crear “vías rápidas” para este comercio porque lo que vende mucho es la inmediatez. Creo que estamos en una revolución total que ha acelerado un proceso que era inevitable como la digitalización en todo: En el transporte, en las relaciones de trabajo…

P.— Las reuniones online…

R.— Yo llevo una semana en la que he participado en actos en Chile. La semana que viene tengo una cosa en Los Ángeles y otra en Londres pero, todo sin salir de aquí, de momento, espero recuperar pronto la “tercera dimensión”, la normalidad.

P.— Y poder acudir al despacho en Bruselas

R.— Sí pero, el otro día estuve hablando con el secretario general y este me comentó que en el Ministerio Flamenco de Transporte, donde tenemos las oficinas y despachos, todavía  no autorizan reuniones… en cuanto al acto previsto en Londres, voy a desistir por lo complicado que es actualmente a causa de Covid. A la vacunación completa se une que piden PCR y que nadie de positivo porque, de lo contrario, pasaría la cuarentena allí. Y todo por una presencia en la capital británica de unas cinco horas… mejor online.

P.— Como siempre, cuando se dan situaciones así, aparecen montones de expertos. Sobre los problemas en el transporte marítimo, en el transporte de mercancías ¿La gente está suficientemente informada?

R.— Este asunto es de una complejidad tremenda y cada persona lo percibe de modo diferente, según como le afecta el asunto. Algunos se han enterado cuando, al querer comprarse un coche, le han dado un plazo de seis meses hasta la entrega ¿A qué se debe algo así? A los micro chips necesarios en la fabricación de los vehículos pero, aún existe quien piensa que todo se debe a la Guerra Comercial.

P.— Lo fácil es pensar en la Guerra entre China y USA…

R.— Si, porque esa guerra existe. Lo que no sabemos es si esa guerra tiene algo que ver concretamente con el problema que estamos viviendo, aunque no es descartable que sea así.

P.— En otras palabras “el bicho” nos va a cambiar la vida

R.— Nos la ha cambiado ya y no necesariamente para bien. En lo que veremos ventajas, pero no de modo inmediato, es en el avance en la digitalización que tendrá un impacto muy positivo en la vida de la gente, en las reuniones, en el menor número de viajes… aunque, algunas actividades, personales o profesionales, deberán seguir siendo presenciales.

Author: Editor

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