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El petróleo le lleva por el mundo

Eduardo Vila, Ingeniero de Minas, Gerente de Operaciones del Área Digital de Explotación y Producción de REPSOL.

Aunque ahora lleva unos meses en casa, no es por suerte, por vacaciones, es por la COVID-19 que, como a todos, le ha trastocado la vida impidiendo que su ritmo de coger aviones de acá para allá, siga siendo lo habitual. Eduardo Vila, a quien conozco desde que era un niño, a sus 35 años es un Ingeniero de Minas que desarrolla su labor en una de las más grandes multinacionales españolas, Repsol. El petróleo, la búsqueda de nuevas explotaciones y el estudio de nuevas energías, han convertido la vida, para la gente como él, en un permanente ir y venir por un mundo cada día más pequeño. De su trabajo, del futuro del petróleo y de los cambios que el mundo de la energía está viviendo, él mismo nos habla.

Pregunta.— Ahora estas cerca…

Respuesta.— Sí, estoy en Madrid. A causa de la COVID no viajo nada y se agradece.

P.— Comencemos como se debe ¿Dónde trabajas y en qué?

R.— Soy Ingeniero de Minas y ahora estoy trabajando en Repsol. Soy el Gerente de Operaciones del Área Digital de Exploración y Producción, la primera etapa de conseguir petróleo, justo lo contrario a ir a la gasolinera a llenar el depósito.

P.— En otras palabras…

R.— Sacarlo de la tierra. Nuestra función es la producción de petróleo y de gas en los diferentes lugares y países que operamos

P.— Por lo tanto… viajas muchísimo. Dejando las pandemias a un lado, lo normal es que vivas con la maleta en la mano.

R.— Si, el año pasado, sin ir más lejos, crucé 19 veces “los charcos”. Fueron 11 veces hacia Asía y 8 veces hacia Norte América… y, por desgracia, no me tocó ir a Latino América. Suelo estar viajando el 50 o 60% de mi tiempo.

P.— Cómo te dio por hacer la Ingeniería de Minas y dedicarte a esto…

R.— La ingeniería de Minas, es curioso… estaba dudando entre varias Ingenierías: Navales, Caminos y Minas y, al final, me decidí por las obras del AVE de Madrid a Segovia. Empezaron justo el año antes de empezar la carrera, cuando estaba cursando segundo de Bachillerato. Tuvimos un vecino que trabajaba en aquellas obras. Me hice amigo de él, le consulté, me llevó en muchas ocasiones a ver las obras… y me decidí por la Ingeniería de Minas. Había varios Ingenieros de Minas en la construcción del Túnel y de hecho, algunos fueron profesores míos en la Escuela. Mi primera experiencia laboral fue en ENAGAS… el mundo de la energía relacionado con el petróleo y el gas. Dejé la obra civil y me enfoqué más a la energía.

P.— Del petróleo y la gasolina sabemos lo justo… echar combustible al coche pero, imagino que es todo un mundo.

R.— Es un mundo muy curioso y, muy cambiante… Tengo poca experiencia en el sector, llevo pocos años en esto… desde 2008-2009 pero, en este periodo de 11 años todo ha cambiado mucho. Si nos vamos 20 años atrás esta industria es totalmente diferente. Hemos pasado de ser una industria muy rentable pues, como dijo Rockefeller: “la empresa más importante del mundo era una petrolera bien gestionada y la segunda una petrolera mal gestionada”, a un entorno en el que estamos ahora: “El petróleo no se va a acabar, lo vamos a acabar”. Se agotará. Eso hará que tengamos que ser muy eficientes, hay que pelear el euro cuando antes nos movíamos en unas cantidades… He vivido momentos en los que, por un millón de euros, no tomabas ciertas decisiones complicadas… Ahora, estamos tomando decisiones de mil, dos mil, tres mil… euros o dólares. Todo ha cambiado un montón, estamos en un momento muy interesante.

P.— En otras palabras, hasta en el mundo del petróleo se afina…

R.— Sí. Se afina mucho. Es un reto porque ves empresas a tu alrededor que quiebran, empresas muy grandes, más que Repsol, quiebran. Me ocurrió justo antes de la pandemia: una reunión con una empresa de los EEUU y después, estar volando a Madrid mientras ellos estaban anunciando la quiebra ¡Pero, si yo estaba ayer en sus oficinas! ¡Ayer por la tarde! Todo ha cambiado mucho y ha pasado a ser un entorno más atractivo, mucho más duro, sobre todo porque no vienes de este mundo, estás acostumbrado a mirar el céntimo y la eficiencia y, aquí todo es corriendo… pero tiene mucha vida

P.— Algunos hemos vivido capítulos de la Historia protagonizados por el mundo del petróleo… La OPEP, guerras, permanentes tensiones entre los grandes productores… pero ahora, cuando desde el punto de vista de la energía todo se mueve mucho y deprisa, con las energías alternativas, la electricidad… parece que la historia ha vuelto a empezar.

R.— Una de las mejores cosas de mi trabajo, y también de las peores, es que te hace viajar. Te abre mucho la mente trabajar con otras culturas, con otro tipo de gente. Trabajar con un americano es totalmente diferente a trabajar con un canadiense y, a ratos, solo les separan 200 Kilómetros. Trabajar con un americano de Texas no tiene nada que ver con trabajar con uno de Pensilvania o de Nueva York… pero, si te vas a trabajar con un libio, un indonesio o un argelino… son mundos totalmente separados. Es verdad que viajar me gusta pero, adoro estar en casa, soy muy hogareño. Viajo casi siempre a países “complicados”, el petróleo no suele estar en países fáciles. Algunas veces viajamos a EEUU o Canadá pero, en otras ocasiones hemos tenido proyectos en el Kurdistán Iraquí, en Indonesia

P.— ¿Dónde están las mayores reservas de petróleo en el mundo?

R.— Las mayores reservas están en Venezuela pero, es complicado de extraer y de tratar. Siempre se nos ha vendido el falso mensaje de que quedaban 40 años de petróleo, llevo desde el colegio escuchándolo y es verdad porque las reservas, como tales, hay para mucho más de 40 años pero, lo que realmente se considera reserva es lo que somos capaces de explotar técnicamente. Hace 20 o 30 años era imposible de explotar el petróleo que se encontraba en mitad del océano, ahora ya se puede hacer. Siempre quedarán 40 años de reservas, pasará como con el carbón, pasaremos a otro tipo de energía antes de agotar el petróleo

P.— ¿Veis el momento, de aquí a un número determinado de años, de que el petróleo pase a un segundo plano como forma de energía?

P.— Sí. De hecho, quizás por el trabajo que hago en Repsol, unido a la otra gran tendencia que es la digitalización, estoy muy mentalizado en que las cosas cambian muy rápido y la energía va a cambiar. Nuestra empresa se está transformando y publicaremos en breve un Plan Estratégico nuevo, enfocado a esa transición energética. Seguirá habiendo gas pero, en el año 2100, o incluso en 2050, es posible que ya no exista un mercado de petróleo como para que tengamos tantas compañías como ahora. O te transformas o mueres, igual que está pasando con la digitalización, o te digitalizas o mueres. Además, a medida que aumenta la digitalización, diversas actividades, diversos puestos de trabajo, van dejando de tener sentido.

Es una transformación constante, igual que le ha ocurrido a otras empresas. La única diferencia con un Corte Inglés o cualquier otro comercio, a los que les ha venido Amazón, es que tenemos más tiempo. Esa transición nos da un margen de 5 o 10 años mientras, a esas otras empresas, llegó Amazón y en un año… nuestra transformación es más lenta porque impacta mucho en la sociedad. No podemos esperar que los países en vías de desarrollo evolucionen con energías verdes, necesitan algo más barato. No va a desaparecer al cien por cien pero, va a ir desapareciendo.

P.— Ya que estas metido en este mundo, ahora se han puesto de moda los coches eléctricos pero dicen que la autonomía, las baterías…. tienen que mejorar. Por su parte, los vehículos de gasolina o diesel… los comentarios indican que tienen los días contados…

R.— Correcto, ahora mismo no tendría claro que elegir aunque hace poco me compré un coche diesel porque no sé si el futuro son los coches eléctricos. Creo que tienen más posibilidades los coches de hidrógeno que los coches eléctricos. Lo único que se sabe es que el diesel y la gasolina van a ir desapareciendo pero no es algo rápido. Inglaterra ha anunciado que en el año 2035 dejarán de vender coches de combustión, eso quiere decir que como a la gente le dura 10 años un coche… hasta 2045 o 2050 habrá un número importante de vehículos diesel y gasolina pero, a partir de esa fecha, el parque de vehículos será completamente diferente.

P.— Esto va a cambiar…

R.— Aunque sea tirar piedras contra mi propio tejado, sí. Esto va a cambiar. Todas las petroleras, como Repsol, están cambiando. Se están metiendo en el sector de la luz, en el sector de las renovables… vamos hacia ese mercado. Ha llegado el momento de reinventarse o morir

P.— Para dejar un mundo mejor a los que vienen detrás…

R.— Eso es muy importante. Todas las decisiones que se tomen deben venir con el enfoque de sostenibilidad. Es algo que en Repsol nos meten en la cabeza desde el primer día. Cualquier decisión debe tomarse contando con dos puntos básicos: la seguridad y el medio ambiente, llegando a rechazar acciones por incumplir alguna de estas premisas. Si tenemos la duda de tomar o no una decisión, debemos pensar si perjudicamos a alguien o al medio ambiente. A veces pensamos que alguna acción sería súper rentable pero, no nos lo podemos permitir porque emitimos más CO2 de lo que toca o, ponemos en riesgo el bienestar de la gente…

P.— Según me estás contando esto estoy recordando el método de extracción del petróleo… el fracking. Es un sistema con mala fama…

R.— Hay mucha polémica alrededor de este sistema de extracción. Hay cosas ciertas y otras que no lo son tanto. Si se hace y gestiona bien, el fracking es una operación limpia y segura. Nosotros tenemos un montón de operaciones de fracking en EEUU y, haciéndolo dentro de unos parámetros de seguridad fuertes, no hay problema. Es verdad que en el momento del boom, cuando esto se vendía muy caro y lo que importaba era sacar y sacar…para vender y forrarse, es cuando se pierde la ética y cuando se pone en peligro la sostenibilidad de la que ya hemos hablado.

El problema comienza al no tratar el agua que has utilizado, o cuando comienzas a malgastarlo, entonces el fracking se convierte en el diablo. Pero no es el fracking en sí, el diablo es cualquier práctica empresarial que se aleja de la ética… eso pasó con las hipotecas subprime y con un montón de cosas. Cuando se pierde la visión de que trabajas para la sociedad y lo que te interesa es trabajar para tú bolsillo, cualquier práctica empresarial, es malísima.

P.— Sobre la vuelta a España, a casa…

R.— Ya va tocando. Hemos tenido unos años muy agitados con la transformación, lo que ha hecho que nos moviéramos mucho. Mi objetivo es ir reduciendo al máximo posible la actividad y dar paso a las nuevas generaciones que entran en la empresa, para que disfruten lo mismo que he disfrutado yo. A mí me toca estar en casa, con la familia… y, cumplir con mi principal reto ahora, tener hijos y completar la familia.

En principio me asentaría en España, creo que me he encontrado pocos países en el mundo en los que me importaría vivir. A casi todos los países y ciudades les veo algo positivo. Hubo un momento en el que estuve a punto de irme a Colombia, me hubiera ido encantado a Bogotá, es una ciudad que me encanta. En otro momento me plantearon irme durante un tiempo a Canadá y también dije que sí, lo hablé con mi mujer y estábamos dispuestos pero, surgieron otras necesidades y no fuimos. No me cierro a irme a otro sitio pero, es verdad que me encanta España. Esta es una de las cosas que te da el viajar, valoras muchísimo más lo que tenemos aquí.

P.— ¿Cómo se ve a España por el mundo? ¿Qué imagen tenemos fuera?

R.— En Asia, prácticamente ni nos conocen. Conocen al Real Madrid, futbol y… poco más. En EEUU y en Norteamérica en general, son muy suyos: lo primero es EEUU y lo demás…pero, cuando comienzan a trabajar con nosotros se les caen muchos clichés que muchas veces nos ponemos nosotros de fiesteros. Los americanos reconocen que trabajamos mucho y bien cuando trabajan junto a nosotros, cuando nos conocen. Ven que hay mucho trabajo en este país pero, de entrada, nos consideran “vagoncetes”, ineficientes… lo peor es que nos vendemos muy mal. En Hispanoamérica, hay de todo. Hay gente que nos adora y hay otros que no nos quieren demasiado. Nos ven muy prepotentes. El mayor problema que tenemos los españoles son los complejos que tenemos, vamos por el mundo acomplejados y eso nos quita mucho valor.

Author: Editor

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3 Comments

  1. ¡Chapó! por Eduardo Vila. Mi admiración por él y por lo que nos cuenta. También reconocer el trabajo que la entrevistadora Pilar de Miguel, que nos trae todos los domingos a segovianos por el mundo dignos de admirar. ¡Bravo!

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  2. Eduardo,muy buena entrevista, en el éxito algo tienen que ver Pedro y
    Acacia.Pilar sigue entrevistando a estos Segovianos anónimos para saber lo que tenemos repartido por el mundo, enhorabuena
    por tu sección.

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  3. Maravillosa entrevista. Quizás los estudiantes de bachillerato se animen a estudiar ingeniería de minas.

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