free web stats

El CAT…acrack

(O como fumarse 20 millones)

CatGiraldezconchinos

Chinos, de visita de obras al CAT en diciembre.

Corría 2005 que me presentaron el CAT por primera vez. Hubo dos reuniones, tres, cuatro veinticuatro y yo seguía sin enteder que era aquello de Circulo (Ciudad?) de las Artes y la Tecnología. ¿Un barrio que pretende integrar la nueva estación? ¿Zona de equipamientos de alto copete? ¿Una paja mental? Ha terminado por ser esto último. Ha terminado por ser el emblema de un tiempo y de un país. Una obra tirada en un solar.

Tiempos en que el alcalde que no tenía un CAT bajo el culo era un pringado. Que si Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, que si Forum de la Castañas que si Centro Niemeyer, museos del viento, de la moda, palacios de la ópera y de los congresos… De repente, los alcaldes querían un edificio modernete y caro a la altura de su ego. ¿A qué fin? Se verá…

Arahuetes no iba a ser menos. De la mano de Zapatero llegaron -¡pásmense!- 20.143.731 eurazos. Se dirá que lo normal hubiera sido ponerse a construir la obra y luego contratar a los que trabajan dentro. Pues no. En Segovia fue justo al revés. Primero se compran las sillas, luego la pared.

El regalo segoviano del amigo ZP vino en forma de 9.711.300€ a “fondo perdido” destinado a promover el CAT, así en general. La segunda era un crédito al 0% a devolver en 12 años y por 10.432.000€, o lo que es igual, un adelanto a devolver a razón de 870.000€ al año.

En honor al rigor de las cuentas municipales, y sobre la primera partida de 9,7 millones, hay que decir que nunca la expresión”fondo perdido” fue tan justamente empleada. ¿Saben en que se gastó Arahuetes ese caudal? En un rosario de fantasmadas varias vagamente interconectadas por el rollo tecnológico. Que si un congreso de animación 3D, que si campañas de sensibilización de lo digital, que si probaturas para un canal de televisión municipal. Las fiestas de aquellos años, con el Ayuntamienbto liberado de la partida de chorradas, fueron gloriosas.

Cierto, no todo quedó en petardos. La parte del león, 1,5 millones, fueron para contratar unos planos al típico arquitecto de nombre extranjero, porque no comparemos un García cualquiera habiendo a tiro todo un señor Chipperfield (¿se han fijado que se escribe con dos “pes”?). Es lo que los arquitectos llaman “el timo del edificio emblemático”, algo así como la estampita pero con alcalde. Sin embargo, no seamos duros con Arahuetes, ¿a qué alcalde no le han timado así? Bajan del autobús en Castellana con las gallinas bajo el sobaco, les cala un arquitecto, les entra con el “anda majo… ¿no querrás un Guggenheim para tu pueblo?” y les encoloman un proyecto por 1,5 millones.

El mal está hecho. Naturalmente, una obra tal que así suscita preguntas… ¿Para qué sirve? Al objeto de responder a tamaña cuestión, se contrató a un gerente, enchufados, secretarias, oficinas, concursos de diseñadores, programadores… Y ya cuando se tuvo todo eso, se pasó a contratar peones, albañiles, yeseros y a despedir gerentes, diseñadores y secretarias… Para entonces -2009- de los 9,7 millones no quedaban ni las ñañas, de dónde hubo que tirar de la segunda pata de financiación del CAT, el crédito al 0%, especifamente creado para la fase constructiva.

Catobras

Pero claro, en el Ayuntamiento no habían tenido tiempo aún para tramitar el expediente, de donde se empezaron las obras no en 2009, ni 2010, sino en 2011, de suerte que en 2012 lo que había del CAT eran tapial con escaleras en medio de un prado. Llega mayo y Arahuetes solicita entonces un prórroga; el edificio se acabará en 2013, prórroga que se firma en vísperas de la suspensión de pagos de la empresa adjudicataria de la obra, Volconsa. ¡Pasa nada… Pasa nada… lo arreglo en dos meses! se jactaba el alcalde a gritos en los plenos. Y así llegamos a julio de 2013, plazo de entrega de la obra. Mire señor secretario de Estado, pagano del asunto, ya sé que le dije que se lo entregaba a usted en 2012 y que luego le dije que no, y que en el 2013, pero ahora, se lo juro, pero no se lo juro-juro, se lo juro de verdad, lo tenemos a pique de acabar, nos hemos gastado 6,8 millones, deje que sigamos tirando del crédito hasta los 10 y un añito más.

Y a este punto llegamos hoy, en la secretaria de Estado dicen que hay que seguir justificando los gastos ya efectuados, que hay números que no cuadran. En el ayuntamiento ya no saben qué más justificar. Dicen que no tienen noticias, cuando no hace ni cuatro semanas se reunieron con el propio Víctor Calvo-Sotelo. En un alarde, y como es fama que solo falta el 10% de la obra por terminar (para lo cual se requiere el 30% de la pasta, ya digo que los números cuadran poco), Reguera va y dice que que lo acaba de sus propios medios, porque de lo contrario el edificio peligra, para desdecirse a la semana: no, si lo gastamos en el CAT no podremos gastar en cosas que necesitamos más. ¿Está claro no? Si hay que poner 1.6 millones más los 860.000 de lo que toca devolver, considerando que la inversión en presupuestos toda ella no llega a 5 kilos… (y ya puede decir Postigo que él si lo haría, así, con un par) ergo: el edificio ya no corre peligro, puede esperar. Eso sí, la culpa es del baranda ese de Madrid. De este gobierno malvado que impide a los alcaldes seguir empufándose en aeropuertos, zoos, museos y cuchipandas.

Dice Arahuetes que esto de Burgos es un aviso. Contribuyentes ya hasta la angina de ver cómo sus munícipes se gastan la pasta que no tienen en fumadas.  Bien que lo sabe quien se ha gastado 20 millones en un bloque a medio acabar y tirado en el prado.

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

Share This Post On

Responder a Anónimo Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *