El sistema de autobuses recupera todas sus líneas y servicios desde el 8 de junio.
Según se explica en una nota emitida por la Alcaldía, la reposición del transporte público con todos sus servicios y frecuencias será posible gracias a que los vehículos ya cuentan con una mampara de separación para el conductor y están señalados los asientos que si pueden usarse y los que no.
No obstante, la comunicación subraya que “restablecer el cien por cien del servicio del transporte urbano supone un esfuerzo económico para el Consistorio que asume en beneficio de la movilidad de la ciudadanía” derivada del bajo número de usuarios que hay actualmente. Claro, que el Gobierno local también ha exhibido la misma factura, cuando el servicio ha estado funcionando bajo mínimos.
En el mismo paquete de medidas relacionadas con la movilidad se incluye el restablecimiento del aparcamiento de pago en todas las zonas sujetas a la ORA, otro servicio cuyo parón, tras varios titubeos, se decidió al principio de la crisis sanitaria y también ha supuesto costes adicionales a la ciudad. Ahora regresa a la normalidad previa al estado de alarma. En este sentido, las tarjetas que se facilitaron a trabajadores y usuarios de esos aparcamientos durante la crisis dejarán de tener validez.
Sorpresa en el casco antiguo
Si la reposición de los autobuses y la ORA eran decisiones esperadas llegando el grado de aproximación a la normalidad que propicia la fase 2, menos previsible ha sido la decisión adoptada acerca de los cortes al tráfico del casco antiguo, que ya solo se producirán los fines de semana despareciendo a diario, según la última decisión del Gobierno local al respecto.
La medida sorprende más aún si se tiene en cuenta que la regidora, Clara Luquero, había hecho una cerrada defensa de los cortes durante toda la semana solo unas horas antes, la misma mañana del día 4, en una conferencia de prensa celebrada tras la Junta de Gobierno local.
En esa comparecencia, Luquero había sostenido con firmeza la teoría —lanzada sólo una semana antes— de que los cortes servían para impedir que los conductores usaran el casco antiguo como puente de unión entre los dos lados de la ciudad, mientras que consideraba que la intensidad de los cortes era tan “laxa” que no influía a otros aspectos de la vida ciudadana. Por eso, aseguró que la medida iba a mantenerse sin fecha de caducidad a la vista.
Sin embargo, sólo unas horas después se ha producido el cambio de criterio. En ese momento, la fatal tendencia de los conductores de buscar la transversalidad de la ciudad recorriendo los callejones del casco antiguo durante unos dos kilómetros parecía haber desaparecido aunque, eso si, solamente los días de diario. Durante los fines de semana se mantiene el corte… al menos hasta el próximo cambio de criterio.
5 junio, 2020
Como pollos o pollas sin cabeza. Así andamos ¡Menuda tropa sin rumbo! Y nos lo queríamos perder y anda que nos queda mandato.
5 junio, 2020
Como vacas sin cencerros. Luquero dixit. Y lo mejor es que mañana puede opinar al revés sin inmutarse. Coherencia y criterio.
5 junio, 2020
… Y cuando pasemos a la fase que permita a los madrileños venir a comer, fin a la peatonalización de fin de semana.