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El Ayuntamiento dejará las terrazas “ampliadas” hasta que acabe el año

Las terrazas de hostelería a las que, en verano de 2020, se permitió ampliar el espacio que ocupan en la vía pública para poder mantener las distancias entre mesas seguirán en la misma situación, al menos hasta final de año, según ha señalado la alcaldesa, Clara Luquero, que confirmó que tampoco se levantarán, de momento, las mesas que se permitieron, de manera extraordinaria, en aparcamientos y otros espacios.

“Hay ciudades que ya lo han hecho y otras que han optado por dejarlo aún unos meses más. En el caso de Segovia hemos optado por esperar a que acabe este ejercicio”, cuando se prevé que caduquen las licencias excepcionales, señaló a preguntas de los periodistas. Ciertamente, en esta cuestión, los ayuntamientos de toda España están optando por diversas soluciones y plazos para ejecutarlas en un amplio abanico que va desde la posibilidad prórroga sin fecha de la actual situación a las que ya han desecho todas las medidas que adoptaron en este sentido durante la pandemia.

Después de año y medio de excepcionalidad con terrazas ocupando más espacio del que se corresponde con sus licencias y otras encajadas en zonas a las que no les corresponde ese uso y con la pandemia en situación de riesgo controlado, el Ayuntamiento de la capital esperará a enero para acometer la vuelta a la regulación “ordinaria”.

Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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1 Comment

  1. Confiemos en que no haya ningún accidente, porque hay extensión de terrazas que son un auténtico despropósito, como las de Conde Sepúlveda a la altura del Niágara y Bar Niza. Como venga un otoño con lluvia o con nieve, no sería raro que un vehículo se desviara o resbalara, y se llevara consigo unas cuantas mesas puestas a nivel de la calzada, con una protección insuficiente. En este mismo periódico, viene un accidente por desvío de un de un automóvil en Padre claret; imagínese que en vez de una farola fuera una mesa de terraza. Y eso puede suceder en cualquier momento. Y todo eso sin contar que tiene que resultar muy refrescante tomarte una cerveza y comer una tapa con los humos de los tubos de escape en tus mismas narices. Eso sí, el bar no tiene la culpa, ni siquiera el ayuntamiento, la culpa la tiene el propio cliente que decide sentarse ahí mismo. Igual que los de la Calle Sta Engracia-Cervantes, que se sientan entre contenedores de basura. Yo no lo haría, por muchas ganas que tuviera de tomarme una cerveza, por temor a ser acompañado por un roedor desagradable, que los hay. ¡Allá ellos!. Muchas veces no es el ayuntamiento el que autoriza una barbaridad, es el ciudadano el que acepta dicha barbaridad, y la consiente. Y es que muchas veces llegamos a comprender que haya gente que, después de dos años usando mascarilla, aún no sepan ponérsela. Habrá que recordarles aquello de “póntela, pónsela” (He cambiado deliberadamente la vocal).

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