El Alcázar no se quema

Posted By Redacción on 7, Mar, 2020

El suceso está grabado a fuego, y nunca mejor dicho, en la memoria de Segovia. Un 6 de marzo, hace 157 años, alguien no hizo bien su trabajo. El fuego de una estufa que prendió en los artesonados de madera del entonces Colegio Militar de Artillería. En dos horas las llamas envolvían el histórico Alcázar de Segovia, dos días duró el incendio.

Así que nada mejor para recordar la efeméride que trabajar para que no vuelva a suceder, y esto pasa por un simulacro general. El de 2020 fue especialmente masivo, con más de 180 personas movilizadas, entre ellas 110 visitantes. Como en cada ejercicio, se parte de un supuesto potencialmente real, en este caso, un operario pone a cargar un teléfono móvil en una de las salas depósito del archivo general militar. La batería se recalienta, estalla, y las llamas se propagan rápidamente por anaqueles de madera cargados de legajos de papel. El personal intenta entonces apagar el siniestro con los extintores, así como socorrer a un herido. El fuego se extiende. Se pone entonces en marcha la cadena de mando, declarando el nivel 3 de alerta (el más alto), se avisa al 112 y empieza el desfile, esta vez bomberos, ambulancias, policía… Desde megafonía se informa a los visitantes de los protocolos de evacuación, donde deben concentrarse para ser guiados por el personal de la casa hasta el exterior.

Congelar legajos para protegerlos

El protocolo sigue, prueba de hidrantes, prueba de búsqueda de un operario que ha quedado aislado. Montaje de una carpa de emergencias… Es especialmente importante la evacuación de legajos, un triaje y un protocolo que, en su caso, si el legajo está empapado por el agua de los servicios de extinción, pasa por un proceso de congelación con nitrógeno líquido. El agua diluye la tinta y es preferible congelarla. Posteriormente, ya fuera del Alcázar y con máquinas especiales y técnicas de vacío, se sublima el hielo (se hace pasar directamente de sólido a gas).