Alcaldía del Real Sitio de San Ildefonso informaba el 16 de diciembre del restablecimiento del servicio de agua potable, después de que el 14 de diciembre los niveles de turbidez la inhabilitaran para el consumo humano. Las lecturas de este miércoles vuelven a dar lecturas normales por lo que se ha levantado la proscripción.
Según la información difundida por el consistorio, las fuertes lluvias del pasado fin de semana, el desbordamiento de los arroyos y los arrastres por el deshielo de gran cantidad de materia al estanque de “El Mar”, principal fuente de abastecimiento de La Granja, dejaban fuera de parámetros de salubridad el agua de boca. Sin embargo, desde la oposición, y si bien admitiendo el carácter excepcional del temporal, Juan Carlos Gómez, del PP, recordaba lo obsoleto de las instalaciones de potabilización. “Tenemos un sistema de potabilización dignos del tercer mundo, con una bomba que va soltando cloro y nada más. Son los sistemas que se usan donde hay terremotos, en situación de guerra y poco más”, señalaba, al tiempo que vincula esta debilidad de infraestructuras a la incapacidad del equipo de Gobierno de asumir una problemática “que se remonta a hace más de 10 años”.
Hace 10 años Patrimonio Nacional, con apoyo de la Confederación, invirtió cientos de miles de euros para separar el agua del Mar destinada a los jardines y la destinada a la población. Entre otros aspectos, se habilitó una estación de bombeo que permite acarrear agua de El Pontón con destino a los jardines, lo que obligaba a separar los dos usos del Mar y a disponer de un sistema alternativo por cuanto el nuevo sistema ya no garantizaba agua de El Mar durante todo el año, sino solamente en los periodos de abundancia. En paralelo se construía una nueva estación potabilizadora, El Chato 2, que sin embargo, sigue sin ser recepcionada.
No se recepciona porque el ayuntamiento teme el incremento de costes que supondría pasar de un suministro por gravedad, como el que tiene ahora, por otro de bombeo, con un anillo que permitiría contar también con el agua de la ETA del Maderuelo. “Y así llevamos diez años sin que el problema de fondo se resuelva”, se queja Gómez.
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