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Despropósito accidental en el Ayuntamiento

La experiencia, que ya ve que no siempre vale, apuntaba a que sería una rueda de prensa sin demasiado contenido: mes de agosto, con la alcaldesa de vacaciones y con contenidos de trámite en la Junta de Gobierno Local, que es lo que justifica una rueda de prensa cada jueves. Pues no. En su papel de alcaldesa en funciones, Claudia de Santos decidió no pasar desapercibida y sirvió dos titulares: a paseo con el ciclo de cine judío, aparentemente por un “quítame allá unos correos electrónicos” y bofetón a su compañero en el Gobierno por el asunto del Pabellón de La Albuera, un conflicto en el que, hasta ahora, el papel del Ayuntamiento era mejor comprendido que el de la Junta.

Mire, durante el imperio (2003-2014) del que emana nuestro actual Gobierno local, cuando el regidor faltaba, su suplente sabía que no debía tomar decisiones más allá de la ratificación o de la oportuna firma de un decreto o expediente incómodo que así no tendría que rubricar el titular. En la misma época, las fisuras internas se quedaban dentro y el que no acatara aquello… fuera. Y punto. En esos años, salir como un miura para empitonar a la Junta con cualquier motivo, valía tres puntos. Ahora es momento de buenrollismo y la cornada penaliza…

No sé si por inercia o para mantener tensa la cuerda en un asunto en el que ya toca recoger réditos electorales (o eso creen las partes) Arranz soltó su ultimato el miércoles, 6 de agosto, en su tono habitual de “todo o nada” ­-ese que sus amigos le recomiendan abandonar, aunque me dicen que no hace ni caso- del que la alcaldesa accidental podía optar por no hacer comentarios (algunos de su entorno se lo recomendaron antes de la rueda de prensa); poner paños calientes y esperar a la reunión de la comisión de seguimiento, o hacerse protagonista y golpear a Arranz.

Optó por lo último y así, ya sabemos que el de Deportes no habla desde hace tiempo con su compañero Alfonso Reguera ni, más recientemente, con De Santos. Dicen que la de Patrimonio tenía apuntada la foto de la campña de las motos voladoras de Red Bull con el Acueducto de fondo, a la que se opuso con uñas y dientes, aunque entonces perdió. Claro, que si estas motivaciones rigen el comportamiento de los integrantes de nuestro Gobierno local, pues usted dirá. Nivelazo.

No creo yo que De Santos, incluso siendo teniente de Alcalde, conozca a fondo el asunto del pabellón del Peñascal (no me imagino yo a Arranz profundizando, yo qué sé, en el desarrollo de los ARI a través de los años), ni entiendo por ello su cainita comparecencia.

Sin embargo, sí suponía que conocería a fondo las relaciones de esta ciudad con el mundo judío o que somos una de las fundadoras de la Red de Juderías, además de volcar esfuerzos, dinero y programas en promocionar nuestro antiguo barrio judío y el hecho de que la cultura de esas gentes impregna lo segoviano, quizá hasta las venas de muchos.

¿Qué impulsó a la alcaldesa provisional a suspender, con ese tono, con esa rabia, con esa soberbia, con esas frases desafortunadas, con ese salto olímpico sobre lo dicho por su grupo durante una moción específica sobre este asunto en el pleno celebrado una semana antes? Pues mire, no encuentro explicación lógica más allá del calentón por la presión recibida, como demostraría que un rato después se viera obligada a pedir perdón por sus palabras –concretamente por el uso de “holocausto”- que de nuevo debió haber llamadas y presión, estas desde el lado contrario. Lo que la edil considera “mis amigos judíos que se han sentido doblemente traicionados”.

No me obligue a meterme en charcos que no son objeto de esta entrada. Me limito a condenar de frente lo que está pasando en Gaza, que es un conflicto desigual y desproporcionado que debería acabar en este instante, pero no entendería mezclar en esto la Cultura judía y su difusión en Segovia. Ya está.

Lo que yo quería apuntar en este post es que no tengo claro si De Santos está tratando de tomar posiciones de cara a una próxima lista electoral –si es así, lo cierto es que no parece que lo esté haciendo demasiado bien- o justamente lo contrario y por eso se ha lanzado sin frenos por una cuesta de autodescarte. Hay quien llega a susurrarme próximas dimisiones que evitarían malos tragos posteriores, pero no acabo de creérmelo aunque se lo cuento, que la fuente ha sido buena otras veces.

Pero lo que me pregunto de verdad es con qué ánimos llegará el lunes –en realidad volvió, apresuradamente, el sábado- la alcaldesa, Clara Luquero. Que ella se fue de vacaciones dejando las cosas más o menos colocadas y ahora se encuentra varios focos de fuego en su propio despacho fruto del baile de los ratones en ausencia del gato.

Además de colocar de cara a la opinión pública la postura del Gobierno en los asuntos que le he contado, parecería lógico algún gesto que reafirme su autoridad interna, me parece a mi que cuestionada en las últimas jornadas, y una postura clara para afrontar el final de su mandato con un equipo lleno de grietas y con miembros aparentemente irreconciliables.

La cosa puede ser peor. Quizá no pase nada.

Author: Fernando Sanjosé

Segovia (1967). Periodista.

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1 Comment

  1. Ya sabe señor Sanjosé,la Ley de Murphy… “si algo puede fallar, fallará”. Eso sí lo de dimitir, con sueldete tontorrón, no se lo cree usted ni beodo 😉

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