El congreso del PP en Valladolid, tal como estaba previsto, devino una teatralización de la entrega del aparato del partido al nuevo hombre fuerte de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. Con Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, Cospedal, Feijoo y la cúpula nacional del partido de testigos, el salmantino recibió las llaves del cofre popular, durante décadas, perfectamente custodiado por Juan Vicente Herrera, y que pesa 18 diputados, casi un 20% del aforo del grupo en Madrid, en otras palabras, si el PPCyL tuviera grupo propio en Madrid sería el cuarto en número de escaños, superando incluso la suma de ERC y la antigua CiU.
Y en la cocina de este formidable patrimonio electoral está, desde el 1 de abril, un segoviano, Francisco Vázquez, elegido a propuesta de Mañueco secretario general. El número dos. Y lo que son las cosas, el super-ascenso del tímido y tecnócrata presidente de la Diputación de Segovia, ha supuesto un verdadero desembarco de segovianos en el aparato autonómico del partido.
Escabechina general, pero Clemente ya es “la tres”
Más allá de las liturgias del PP, los congresos autonómicos tienen en la confección de su comité ejecutivo el verdadero termómetro de cómo queda la cosa. Y aquí ha pasado que de la mano del nuevo secretario general, el PP de Segovia pasa de contar con apenas cuatro miembros en el comité ejecutivo -además de Vázquez, Silvia Clemente, Miguel Ángel de Vicente y Juan José Sanz Vitorio- a nada menos que 11. Es decir, de viajar en un solo coche, el PP de Segovia pasa a plantearse ahora si le sale a cuenta alquilar un autobús.
Empezando por la que se perfila (o perfilaba) como sucesora del propio Vázquez en la presidencia del PP segoviano, Silvia Clemente. Y es que en el congreso se ha materializado una verdadera escabechina respecto a la ejecutiva anterior. El organigrama apenas refleja cambios estructurales, tres figuras de coordinador pasan a tener rango de vicesecretarias. En cualquier caso, trece eran y trece siguen siendo. Pero con el nuevo congreso han cambiado 7 nombres (como puede verse en el gráfic comparativo, con el organigrama anterior), siete que caen del todo o quedan relegados a áreas secundarias. Es el bloque herreriano, los de Silván, incluyendo claro, a su delegado en Segovia, Juan José Sanz Vitorio. Clemencia, poca.
En cambio Silvia Clemente no solo ha sobrevivido sino que se coloca como virtual número tres del partido en Castilla y León y se le encarga la crucial coordinación del programa “Castilla y León 2019”, es decir, la responsable de preparar listas y programas. ¿Compatible con la presidencia del PP en Segovia? Estatutariamente tal vez, operativamente no tanto. No está nada claro, pues, y la sustitución de Vázquez como jefe del partido en Segovia se antoja todo un misterio que deberá resolverse en Semana Santa.
No hay más segovianos en esta primera línea de mando, pero sí aparecen en las diferentes secretarías. Allí el nuevo secretario general ha colocado “oídos” tirando de los de casa, y en concreto, de su más inmediato círculo de colaboradores. Así, su mano derecha en la Diputación, Jose Luis Sanz Merino, pasa a ocuparse de la secretaría de iniciativas municipales, en el ámbito de la siempre compleja política municipal. El procurador José María Bravo ha sido designado Secretario de Educación, Cultura y Deportes, en la vicesecretaria de políticas sectoriales. La responsable de comunicación del partido en Segovia, Noelia Gómez, sin responsablidades representativas relevantes hasta la fecha, pasa a la secretaría de comunicación interna, dentro de la vicesecretaría de comunicación. Los tres son “extensiones” de Vázquez en áreas clave.
Y a ellos hay que añadir Miguel Ángel de Vicente, Paloma Sanz e Inés Escudero (alcaldesa de Cantimpalos), que se integran también en el comité ejecutivo, en tanto en la junta directiva estarán de refuerzo Sara Dueñas, José Mazarías y Ascensión Llorente. En definitiva, Vázquez recluta para Valladolid a gente de la casa de toda confianza. Será porque intuye que las va a necesitar.
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