Posted By Luis Besa on 17, Sep, 2018

Tengo una fobia personal contra el arte moderno; me resulta tan pretencioso como ñoño. Es algo común en los periodistas de provincias, obligados a cubrir eventos herméticos, vacuos, que encima se revocan con una cháchara intitulable nivel provincia. “El afamado X reflexiona sobre el ser en Segovia” es lo mejor que sale. Pero no soy ningún talibán, y reconozco que si no fuera por los entusiastas concejales de cultura ciudades como la nuestra no saldrían de la feria del jamón y la Alcaldesa de Hontanares, y no tengo nada contra (más bien a favor) del cuadro lírico Julián Gayarre y los productos chacineros. Pero es lo que hay, que alguien intente aproximarnos a la cháchara moderna pues no viene mal. Todo tiene su mercado. Siempre con sobriedad, claro, y procurando que un soplagaitas no te time los cuartos. Que a veces pasa.

Dicho lo cual no entiendo demasiado la red Ciudades del Patrimonio. No sé cuánto habrá costado la Noche del Patrimonio, pero no le veo demasiado sentido a gastar dinero que se supone destinado a la promoción turística para consumo interno. Vale. Dirán que hay que potenciar la pernoctación, y que -astuto plan- cerrando los museos de madrugada se potencia que el visitante haga noche. Dirán que, bueno, en una de malas, al visitante le gustan ciudades ambientadas, con “cosas” curiosas que ver y luego comentar. Dirán que hay que hacer eventos mediáticos, aunque por mediático se entienda salir en algún brumoso programa cultural de La2 con una audiencia bastante por debajo de Radio María.

No sé de qué va. En principio, la red -que nos cuesta a los segovianos 150.000€ y probablemente aporta bastante más- sirve a las veces de captar fondos de algún organismo turístico español para promocionar los quince destinos al alimón. Tendrían sentido así campañas en la China (que supongo que ya hacen), vallas en el metro de Madrid y cosas de estas. Tendría sentido hacer loby en la UE para captar fondos para la conservación.

Y conste que, por más que de vez en cuando tenga razón y que nunca sobra un Pepito Grillo patrimonial, no voy a comprar la campaña en redes de cierto señor que gusta de disparar contra Clara Luquero con todo matojo que se asoma entre las venerables piedras de la ciudad (ignorando o más bien callando que muchas competencias en la materia son de la Junta). Es totalmente cierto que el patrimonio de Segovia se debería conservar más y mejor, pero es incierta la imagen que se da de una ciudad con los monumentos devastados por la negligencia municipal.

No es verdad. Comparo y veo que lo que cuadra a Segovia es “razonable estado de conservación”. Voy a Cuéllar, y reconociendo las mejoras que procedan, la Villa da cierta pena. La proliferación de casas abandonadas, ruinas por doquier. Y ni se me ocurre considerar que la culpa es del señor alcalde, que con un menguado presupuesto tiene lo que tiene para mantener servicios esenciales y luchar mal que bien contra el abandono. Ni se me ocurre pensar que la Junta es la culpable, pues estamos en lo mismo, los recursos son limitados y hay que abrir escuelas a diario, hospitales, universidades, siendo secundario mantener el inmenso patrimonio regional como a todos nos gustaría. Hay otras prioridades, desgraciadamente. Y en general, enfocar este tema por la vía de la “culpa política” carece de sentido.

Pero lo que es, es. Los viejos palacios, las iglesias, se degradan; es muy caro “ponerlos en valor” y probablemente poco rentable. También. Dicho lo cual algunas sugerencias, además de sacar adelante el plan de gestión del Acueducto. Pienso que tarde o temprano habrá que interconectar el eje Acueducto-Catedral-Alcázar con otra verdadera joya segoviana, la ribera del Eresma. Creo que eso no se ha trabajado bien, creo que la Casa de la Moneda no tira,  y que habría que analizar una conjunción de medidas, desde experiencias turísticas de mayor calidad, a espinosas implementaciones de ascensores, rampas, que mejoren la interconectividad. Habrá que jugársela algún día.

También pienso que nos precipitamos hablando de “gerintrificación” y apuntándonos a la moda del “turismo mata”. Los apartamentos turísticos, siempre que sean legales, me da que son preferibles a edificios arruinados. ¿Que molaría más tenerlos llenos todo el año de familias numerosas de programadores 3D madrileños super bien pagados que se matan por vivir en Segovia? Pues magnífico. No siendo ese el caso, y si hay un cierto mercado en el turismo low cost y ese mercado sirve para mantener y rehabilitar lo que ni se mantiene ni se rehabilita, ojo, no nos apresuremos a demonizarlo solo porque en Berlín están hasta el gorro de turistas y Ada Colau ha dicho esto y lo otro, o el típico Jeremías de la ciudad vieja se indigna por los turistas cutres.  Ya le gustaría a Ada Colau, por ejemplo, gerintrificar el Raval, en lugar de tenerlo lleno de narco-pisos. Entre gerintrificar y el abandono, gerintrificar. Es lo que pasa, o al menos eso me parece que pasa, en muchas ciudades históricas europeas comparables a Segovia. Las casas se rehabilitan para los turistas. ¿Que sería mejor población estable todo el año? sin duda. ¿Pero hay alguien ahí?

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