Diezmadas y con varios paseos por la calle Real a sus espaldas, las comparsas de carnaval cumplieron este 10 de febrero con el trámite de celebrar el entierro de la sardina, en la que representaron, principalmente, la corrupción, la situación política nacional y otros males antes de echarlas a la hoguera montada al efecto en la plaza Mayor.
La comitiva no aparentaba demasiada tristeza, salvo algún lamento discontinuo elevándose sobre la música de la dulzaina, esta vez sí, protagonista absoluta del pequeño cortejo en una calle Real donde tampoco había espectadores, solo algunos viandantes en una fría noche de miércoles.
Concluido el ritual, el combate entre don Carnal y doña Cuaresma, representado por dos actores enfrentados en un baile de capoeira mientras desde el templete de música, tres actores de la Escuela Municipal de Teatro ponían voz a los versos del Arcipreste de Hita extraídos del Libro del buen amor con el fondo de la percusión de Os Batucones.
Esta vez se mejoró el récord: si el martes de carnaval había durado 150 minutos, el entierro de la sardina, completo, sólo requirió 50. Al programa de carnaval ya sólo le resta la fiesta programada para el domingo de Piñata, con una nueva concentración en la plaza Mayor.
11 febrero, 2016
50 minutos de entierro, más o menos los que estábamos en la Plaza Mayor. Bueno, alguno más en los bares tomando el chato.