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Arahuetes pone fin a la era Arahuetes

Este retrato, que cuelga en la sala de las chimeneas, ya tiene fecha de caducidad.

Este retrato, que cuelga en la sala de las chimeneas, ya tiene fecha de caducidad.

¿Por qué se va a Arahuetes? Solo hay dos provincias en las que el centroderecha ha ganado siempre desde que hay democracia: Segovia y Valladolid. Tras la debacle zapaterista en 2012, apenas un puñado de candidatos del PSOE, antaño el poder municipalista hecho siglas, llegaron a la alcaldía. Pedro Cipriano Frutos Arahuetes García, abogado de 55 años, fue uno de ellos.

No hace ni una semana, el alcalde se paseaba por los medios segovianos anunciando que “en unos días daría a conocer su futuro político”. Arahuetes señalaba no tener aún clara la decisión, pero daba a entender, y así lo titularon los medios (menos Acueducto2), que dejaba la puerta abierta para un cuarto mandato, aunque en realidad, lo que dijo fue que volvería a presentarse si la persona elegida por el PSOE “no fuera digna” (tal cual, así es Arahuetes). Desde el PSOE se apresuraron a bendecir la idea. “Arahuetes es –decían- nuestro candidato natural, en su mano está repetir si quiere”.

Hace unos meses cobró fuerza la especulación de que Arahuetes lo dejaba, se iba. Era hasta cierto punto lógico cuando un alcalde llega al final de su ciclo; dejar un año antes la alcaldía a un delfín de manera que este llegue fogueado a las municipales. Es de manual.

Sin embargo, la pregunta estaba en el aire ¿ha terminado el ciclo político de Arahuetes? Muchos pensábamos que no. No es ni la primera ni la segunda vez que Arahuetes amagaba con irse. Lo hizo hace un año, tal como desvelaba en su primicia del 11 de febrero Fernando Sanjosé desde estas mismas páginas. Lo hizo dos años antes, en plenas negociaciones con IU para conseguir la investidura. Se dice también que amenazó con dimitir cuando el comité seleccionador no incluyó a Segovia en la terna final para la capitalidad cultural.

Con el tiempo, las especulaciones sobre su sucesión quedaron en stand by.

La pasada semana, en una reunión para programar los temas de Acueducto2, Fernando me dijo que le había llegado una onda. “El alcalde se va”. Recibí la información con un manto de escepticismo y casi fastidio. “Ya”. Sanjosé, periodista de raza, no dijo nada. El sábado me dijo. “Lo tengo, se larga esta semana”. Aquel domingo estuvimos a punto de publicarlo bajo el título “Arahuetes pone fin a la era Arahuetes”, pero parecía tan increíble… Acordamos buscar más fuentes. Nos exponíamos al ridículo del siglo, y un medio tan joven como Acueducto2 debe andar sus primeros pasos sobre seguro.

Yo no sé con cuantos habrá hablado Sanjosé. Según nuestros datos, el lunes por la tarde 25 personas sabían ya que el martes Arahuetes anunciaría su cese. Aún así yo no lo veía claro, y no porque recele del buen hacer de Fernando, recelaba de Arahuetes, claro. Le había visto amagar tantas y tantas veces… Pero la noticia era sólida solidísima. Fernando lo tenía atado y bien atado. Lo suficiente como para titular “Arahuetes dejará en marzo la alcaldía”. El día 10 de febrero le dimos al “publicar”. Ya no se me ocurría ningún reparo que poner al trabajo de Fernando. Good Job.

Y con todo, les garantizo que yo sí que me alegré un montón cuando, efectivamente, Arahuetes confirmó al resto de compañeros y punto por punto la información de Acueducto2. Perdonen la inmodestia pero uno sigue pensando que el periodismo es eso: no esperar a que desde un gabinete te digan cuándo y cómo publicar una información. Pero sigo sin entender. ¿Por qué se va?

Una foto histórica. Arahuetes anuncia que se va.

Una foto histórica. Arahuetes anuncia que se va.

En primer lugar, el aún alcalde sabe que no tiene ni la menor opción de renovar mandato. Una cosa es ser candidato del PSOE y otra alcalde. El próximo año, el pleno de Segovia estará marcado por el fin del bipatirdismo; IU, y probablemente UPyD, serán vitales para la investidura. Y una cosa está clara, tanto Frías desde la izquierda como Luciana desde la formación magenta, antes de sentarse a negociar con el PSOE iban a pedir una cuestión de principios: la cabeza de Arahuetes en bandeja de plata. Esto dicho por los dos. Y me los creo.

¿Pero por qué se va ahora Arahuetes? ¿Por qué no esperar al último trimestre? ¿Para hacer un último favor al PSOE? No va con el Arahuetes que yo conozco, desde luego, pero puede ser.

Pero si el no repetir es la condición de posibilidad del qué, las razones tradicionales para cuándo irse pasan, o bien por tener a tiro un retiro chollo, el senado, o bien un destino profesional al que no se puede decir que no.

Se jacta Arahuetes de nunca haber pedido (pese a tener a tiro varios, dice él) ningún cargo político fuera del sillón de primer edil. Todos hemos oído exactamente lo contrario (que si las europeas, que si el senado). Pero, atención, todos lo hemos oído de segunda mano. No conozco a ningún periodista que pueda decir, “sí, me consta que pidió esto y lo otro”. Nuevamente, por ahí no encuentro motivos. Ningún destino político de relumbrón espera a Arahuetes. Y dudo que el PSOE se planteara nunca seriamente meterle a esto o a lo otro. Para ellos es un independiente de lujo, una chincheta roja en una pizarra llena de chinchetas azules. Hay cientos de “compañeros” a los que aposentar en alguna poltrona por delante del segoviano.

Entonces –la teoría de las puertas giratorias-, una empresa ha fichado al alcalde. No será el primero que se va a Urbaser, a Aquagest o la típica muñidora de dinero público. Puede ser, en ese caso pronto lo sabremos.

Pero tampoco me convence esta tercera razón (y tiene mucho sentido). Hay un cuarto motivo: Estrategia. Esto linda ya con la teoría de la conspiración. Arahuetes no se va, se repliega. Dejará que la pelea entre rubalcabistas y renovadores se encabrone y, en el último momento, volverá como la gran esperanza blanca de la izquierda castellana.

Pssse… Muy retorcido. “Parece ser que es cosa de Caja Segovia, allí hay algo gordo”, sugería un socialista de los 25. No sé qué decir, tampoco me cuadra. Desde luego, si lo de Caja Segovia afecta a Arahuetes no sé en que va a quedar el PP, a fin de cuentas, partido bastante más implicado en la gestión de la llorada caja segoviana.

El caso es que estoy tan acostumbrado a que Arahuetes nos tome el pelo a los periodistas que no caí en la Hipótesis Final. Sherlock Holmes: “Cuando se elimina lo imposible, lo que queda, por improbable que sea, ha de ser la verdad”.

¿Y que es improbable en el caso de Arahuetes? Pues que diga la verdad. Que se va por estrictas razones personales, por la familia, por higiene mental, porque ya tiene bastante y se aburre. Es la más improbable y, a la vez, la más verosímil de las razones.

Desconcertante Arahuetes. Pero por una vez, pienso que ha hecho lo sensato, lo correcto: Irse. Y no pienso darle más vueltas. Felicitarle la decisión y felicitar a Clara Luquero. Que encuentre tanta paz como descanso deja.

 

 

Postdata. Oído por ahí: “Arahuetes se va porque se abre un McDonalds”… epa, que conste que también lo adelantó Fernando Sanjosé.

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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3 Comments

  1. Excelente Luis. Solo te falta una posibilidad, que haya sido el PSOE , el que haya exigido a Arahuetes que lo deje. Pero para Eo debería haber tenido algún tipo de palanca

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  2. Muy bien traído lo del centro-derecha. Siempre ha sido asi. Salvo, quizá, el alcalde Trapero en época de efervescencia transicional, siempre centro o derecha. Incluido el señor Arahuetes que era, como bien apunta usted, la chincheta roja independiente del PSOE. Nada más y nada menos, claro. Eso sí, le digo desde esta tribuna abierta que nos conceden, gracias, otra opción de su espantada, se va porque no le queda nadie con quien enemistarse o pleitear en Segovia, España y me atrevería a decir la UE. Enhorabuena por la primicia a Fernando Sanjosé y al ‘acueducto2.com’, por supuesto.

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  3. Cuídese señor Arahuetes, ante todo tranquilidad y descanso, la salud es lo primero. Y no esté usted intranquilo ni angustiado por la PREOCUPACIÓN que deja para los próximos meses (según parece por lo que los medios de comunicación indican). No creo que interese de modo especial al personal ni que quite el sueño o sea difícil admitir o pensar en otras cosas, con el paro que tenemos en Segovia. Ya dimitió usted de Consejero de la Caja, cuando las cosas empezaban a oler mal, y ya ve ni fú ni fá. Así es la vida al final un nombre en una cartela del despacho de alcaldía con la relación de los primeros ediles de la ciudad. Lo dicho ¡Salud!

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