Posted By Redacción on 5, Ago, 2014

Dos son los problemas que, fundamentalmente, se pretenden atajar con la nueva fase de obras urgentes en el acueducto: las palomas y las filtraciones motivadas por una mal concebida canalización de plomo.

Para el segundo finalmente los ingenieros ya tienen la solución, volver a la tecnología de los romanos y aplicar mortero a la cal, el material que “de toda la vida” revestía la canal del acueducto en su tramo aéreo.

Paradójicamente pues, será una solución del siglo II la que se aplique para resolver un problema generado por la estupidez del siglo XXI, que fue habilitar un canal de plomo para que el acueducto retomara su primigenea función (“solución” que costó centenares de miles de euros). En estos catorce años transcurridos, se ha constatado que la conducción de plomo, mal hecha y peor concebida, genera embalsamientos de agua de lluvia que producen obturamientos. El plomo se convierte entonces en una especie de macetero que acoge todo tipo de semillas y el agua se filtra por las piedras de granito. La situación es especialmente grave en el tramo medieval (en la calle Almira), allí el acueducto no es de piedra, sino que consiste en dos paredes de piedra rellenada con tierra. Claudia de Santos, alcaldesa en funciones explicó que “en este tramo las filtraciones son especialmente preocupantes y sino se corrigen ya, podrían afectar al equilibrio del monumento”. Precisamente en esta zona es donde se concentrarán los trabajos de arrancado del plomo y sus sustitución por mortera de cal.

Tramo medieval de la calle Almira, el de estado más preocupante.

Vuelta a la cal

La cal se conoce desde el neolítico. Se tritura piedra caliza y se cuece (se calcina, de ahí el nombre), facilitando una drástica deshidratación del mineral. Se obtiene entonces cal viva que hay que “apagar” o “matar”. Para este procesa se deja el óxido de calcio en los “pudrideros”, donde se mantiene durante años para que vaya apagándose. “Cuantos más años, más fácil de usar, para el acueducto usaremos una cal con 7 años de envejecimiento, sino más”, explicaban empleados de Jaime Barrero, el taller encargado de esta parte de las obras.

Finalmente, la cal muerta se vuelve a mezclar con arena y agua de manera que al secarse la pasta resultante cristaliza y adquiere de nuevo la textura pétrea. Resultado, una especie de silicona mineral que impermeabiliza completamente la zona de flujo y por cientos de años. Algo que los romanos sabían y utilizaban y que, a lo que se ve, algunos arquitectos modernos han “descubierto” recientemente.

Guerra a las palomas

Si para atajar el problema de las filtraciones se usarán tencologías del tiempo de Trajano, para lo de las palomas poco más o menos. El problema aquí es que las aves usan las hoquedades del milenario acueducto para nidificar, van profundizando en los huecos al tiempo que la palomina acumulada, altamente ácida, va corroyendo la piedra. La solución estándar pasaba por deshabilitar los agujeros taponándolos con bolas de hilo. Las aves se enredan en los hilos y no pueden acceder a los nidos. Sin embargo, y siguiendo los consejos de SEO Bird Life, se aplicará una solución bastante más rupestre: obturar los agujeros con piedras pequeñas. “La razón es que con el sedal se afecta también a otras especies como vencejos y chovas pitirrojas -que en Segovia tienen a la única colonia urbana que se conoce-; con las piedras se evita la acción de las palomas, que es la más destructiva”, explicaba la alcaldesa.

Habra qué ver. El de las palomas era un problema que los romanos no consideraron; para ellos nada mejor que un buen guiso de pichón, uno de los manjares de la gastronomía romana y que, de cundir el ejemplo, sería también solución definitiva.

Publicidad ¿temporal?

Las obras durarán tres meses, tiempo durante el cual el patrocinador único, Bankia, que pone los 30.000€ de la actuación, lucirá unos cuantos anuncios. Cabe decir que los de marketing de la antigua Caja Madrid han andado listos, en el año 99 anunciarse en el acueducto les costó dos millones, bien es cierto que con aparataje bastante más cantón; esta vez se han decantado por anuncios más pequeños y discretos pero en mayor número.

Una publicidad que podría convertirse en cuasi permanente. Al respecto, Claudio de Santos señaló la voluntad del consistorio de negociar con Bankia la renovación del convenio para los próximos ejercicios y continuar con la retirada del canal de plomo y el sellado de nidos. A falta aún de un plan gestor, el mantenimiento del emblema y motor turístico de la ciudad se lleva unos 13.000€ año, si bien la gran mayoría se destinan a preservar la cacera del acueducto, la que discurre de la Aceveda de Revenga al Rancho del Feo, y que aún hoy -dos mil años después que se dice pronto- sigue cumpliendo su función de llevar agua a Segovia.

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