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Glenn Murray: matar al mensajero

Glenn Murray

Murray recibe el Premio Europa Nostra 2009.

Todos aquellos que antes y después hemos seguido las actividades de Glenn Murray en Facebook podemos dar fe de la inquina del numismático para con el periodista Sergio Arribas, cuya demanda por injurias ha sido desestimada por la Audiencia Provincial.

Ya puede publicar Arribas cualquier cosa por inocua que sea que rápidamente Glenn Murray la utiliza para atacar al periodista siempre en la línea de desacreditar sus informaciones acusando a Arribas de vocero del alcalde Arahuetes, y de ahí arriba. Para un periodista, eso duele; quieras que no, un elemento tan activo en FB como Glenn termina sombreando la reputación de uno. Más cuando Glenn no para mientes en extender el menoscabo a familiares, solo por el hecho de trabajar para entidades beneficiarias de la Ceca, sugerir extrañas componendas, y en una palabra, irse de la olla.

Acoso y derribo

Quienes conocemos los entresijos de la profesión en Segovia no podemos por menos que calificar de injustas y desproporcionadas estas críticas a Arribas. Sergio Arribas es probablemente el periodista que más noticias “incómodas” para con los intereses del alcalde ha publicado en los últimos años. Que, como todos los medios de Segovia, dé cancha a las notas de prensa distribuidas por alcaldía, a menudo cargadas de sesgos o medias verdades (algo igualmente común a toda administración), cabe contextualizar en una práctica extendida entre los medios locales, poco proclives en general a practicar un periodismo agresivo. Para mayor mortificación, el medio de Arribas, El Adelantado, es el medio segoviano que más temas propios genera sin comparación posible. No suele ir a degüello El Adelantado (no es su línea editorial ni nunca lo ha sido), cierto, pero resulta patético insultar obsesivamente al “decano de la prensa provincial” cuando prácticamente es el único medio que crea noticias (hay alguna otra excepción, pero pocas), sin parar mientes en que al lado, hay radios, digitales y semanales que exclusivamente se proveen de noticias al dictado para vergüenza de esta nuestra profesión y en demostración de la precariedad de medios en que nos desenvolvemos.

La sentencia viene a decir que Murray está en su derecho para, dentro de un orden, aprovechar Facebook y ventilar sus inquinas, poner en duda la objetividad de un periodista o directamente  burlarse de él. La sentencia no entra, en cambio, en si alguien desde una red social puede dedicarse a menoscabar la reputación de otro alguien, que es lo que yo creo debiera haberse enjuiciado. Porque si atendemos a lo segundo está claro que Arribas lleva razón; si nos atenemos solo a lo primero, en cambio, es claro que Glenn anda sobrado de motivos para cabrearse con el mundo, y con Segovia en especial.

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La ingrata Segovia

Murray, premio Europa Nostra 2009 por su labor en la recuperación de la Ceca segoviana,  y que se ha dejado  media vida para evitar primero la demolición y luego el rescate de la casa de la Moneda, hace años que ha convertido la preservación de la Ceca en una misión cuasi divina. En 2004, con Arahuetes ya en la alcaldía, Murray obtuvo un modesto puesto de asesor en los trabajos de rehabilitación de la Ceca. Aquello fue aplaudido como un acto de justicia necesaria (lo era). Pero como no podía ser de otra forma conociendo el caracter del californiano, lejos de acomodarse y decir amén a todo (que es en lo que suelen quedar los asesores nombrados por los políticos), Murray ejerció su empleo mostrando su disconformidad con las trazas que tomaba la obra de rehabilitación y proponiendo, primero alternativas, luego abiertas críticas. El colmo llegó con ocasión de la entrega a Glenn Murray del premio San Frutos, concedido por la Asociación de la Prensa de Segovia. Eso fue en enero de 2005. La fortuna quiso que Glenn compartiera mantel con su entonces jefe, Arahuetes.

Todo iba bien hasta que Murray lanzó su discurso. Ironizó sobre la lentitud burocrática española y la acriticidad de los medios. No ahorró tampoco alguna puya menor para con su entonces jefe, Arahuetes. Aquello le supo a rayos al alcalde, que visiblemente alterado, se retorcía en el asiento mascullando barbaridades. Justo es decir que precisamente Arahuetes había sido el alcalde que desatascó el complejísimo problema judicial de la Ceca, movió cielo y tierra para obtener fondos para la recuperación y la puso en marcha. Que un “empleado” como Murray se permitiera ni levemente sugeri que él estaba en el mismo saco que a los alcaldes anteriores era tres veces más de lo que puede soportar.

A los pocos días Murray fue relegado a una mesa sin teléfono ni ordenador. Un año después, puesto de patitas en la calle con sonrojantes argumentos y alejado él y su asociación, con la anuencia de otras entidades serviles hasta lo ruin, de todo lo que tuviera que ver con la Ceca. Le prohibieron la entrada en la casa de la Moneda y no le echaron del pueblo porque no pudieron. Empezó un calvario para Murray, a quien ya ni siquiera le daban permiso para enseñar la obra a colegas numismáticos llegados desde medio mundo para ver la “fábrica moderna más antigua que se conserva”. Peor. Su proyecto de dinamización de la rehabilitada Ceca, bastante más molón que el que se proyecta, fue completamente desvirtuado. Y la guinda, trabajos del propio Glenn se usaron, sin su permiso ni su autoría, para documentar los plafones en lo que pretendía ser un centro de interpretación de la acuñación de moneda. De manera expresa, desde alcaldía se vetó y se veta la venta en la librería de la Ceca de los  libros sobre la Ceca escritos por el máximo conocedor mundial de la Ceca, Murray. De algún modo, a los segovianos alguien les ha dicho: o conmigo y contra Glenn, o contra mí.

¿Extraña a alguien que Arahuetes y los responsables de cultura y de patrimonio de Segovia sean el blanco del ácido sarcasmo de Murray en Facebook? El problema es que, instalado en esta comprensible dialéctica justiciera, Murray no ha parado mientes en arrear también al mensajero y a la sufrida y pobre prensa local, con Arribas de cabeza de turco.

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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