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Viviendo en la calle DUI, 155

La gente no se quería creer esto del choque de trenes. Sin embargo, a poco que conocieses el percal estaba cantado:  Junts Pel Si, con el etanol en el tanque que supone ir de la mano de la CUP, jugaría la partida hasta el final… Aunque no quisiera. Demasiados años vendiendo la moto, demasiadas Diadas haciendo el nota, demasiados rufianes destilando populismo en 140 caracteres. Dret a Decidir. Así, que por unas horas Valsaín ha sido el centro geográfico de España.

Es cierto que en varias ocasiones Puigdemont, y a su manera, ha abierto la puerta falsa para que una acción de Rajoy, o del Estado Español, o de Europa, le ofreciera una falsa salida. Pero Rajoy (con demasiados errores de bulto) no quiso entrar o  Puigdemont no despejó la puerta lo suficiente para dejarle pasar. O las dos cosas.

Así que desde hace meses lo tengo claro: DUI, República de Catalunya. 155. Cristo al Canto. ¿Y ahora qué?

Ceses. Escucho a Rajoy en la radio: cierre de las “embajadas”, a la calle el Gobern y la cúpula de los Mossos, clausura de la oficina de presidencia y de vicepresidencia. Disolución del Parlament y elecciones el 21 de diciembre. Está bien. Entraba en el plan. ¿Querías votar? Pues a votar en jueves.

¿Se va a ir tan pichi Puigdemont a su casa (y posiblemente, en breve, a la trena por rebelión)? ¿O se repetirá un 1-O a la inversa, con alcaldes en rebeldía negando locales para las urnas y votantes mañaneros investidos en presidentes de mesa por inasistencia del titular?

No creo. Pinta que Puigdemont ha llegado ya al fin de su trayecto. Lo contrario, encastillarse en una república de papel y abrir una legalidad paralela sustentada en la movilización callejera, sería superdramático. Demasiado salvaje y, sobre todo, con las empresas cruzando el Cinca con cara de espanto, enormemente costoso en votos. Volverá, pues, a efectuar una pirueta dialéctica. Dimitiendo él (no me echan, me voy) aguantando un par de días el postureo para mantener el cartel ante la parroquia, y apelando a supeditar la ideología al bien mayor de salvaguardar la convivencia.

¿Y el 22 de diciembre? El 22, como siempre, no pasará nada nuevo. Junqueras será el nuevo President. Volverá el forcejeo pero desde un plano más institucional, con un ojo puesto en Europa y el otro en Podemos, que alguna ventaja tendrá esto de ser birujo. También podemos soñar con que nos toque el Gordo. Que las empresas, principal aliado ahora del unionismo, tomen el mando. Que la economía, la estabilidad, el empleo, la prosperidad se conviertan en lo que siempre debieron ser: el centro del debate. Pues fuera de eso… ¿qué hay?

Ya sé. El 23 de diciembre: Madrid-Barça.

 

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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1 Comment

  1. Xacto! señor Besa.

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