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Una restauración chapucera motivó el ’embalaje’ de los pináculos de la vieja cárcel

La actualmente Casa de la Lectura, la vieja cárcel en plena Calle Real de Segovia, ya luce su escudo original y uno de los tres pináculos rescatados de las horripilantes mallas verdes que durante 20 años han tapado estos elementos, mutilando la fachada de uno de los edificios más importantes de la Segovia histórica.

Clara Luquero, acompañada de tres de sus concejales (Andrés Torquemada, Claudia de Santos y Palomo Maroto) presentaba el 29 de enero los primeros elementos rescatados. Iban a ser más, pero el pésimo estado en que se encuentran ha obligado a replantear la restauración, cuya culminación queda pendiente para los próximos meses.

¿Pero por qué han estado tapados estos elementos durante dos décadas? La intervención ha permitido sacar a la luz lo que se intuía. La piedra caliza de estos elementos decorativas está devastada por chapuceras intervenciones anteriores a los años 90. Los técnicos restauradores al cargo de la intervención no se atrevían a poner fecha y se quejaban de la ausencia de una documentación que permita aportar más datos, pero por las resinas empleadas todo indica que la chapuza o conjunto de ellas se acometió cuando el edificio desempeñaba la función de biblioteca. “Barnices y resinas que han impedido la transpiración natural de la caliza, en consecuencia nos hemos encontrado con que la roca estaba prácticamente desintegrada”.  Las mallas verdes, por tanto, no tenían tanto la función de detener la degradación de los ornatos como “contenerlos”, evitar que trozo a trozo cayeran a la calle. Así 20 años.

Los elementos decorativos datan de primeros del siglo XVIII, cuando era cárcel, como da fe el escudo del primer Borbón en la entrada principal. Todos ellos en piedra caliza con una fina labra. En concreto, se trata de cuatro pináculos en las esquinas de la cubierta, por encima de la cornisa, y una hornacina con una escultura de bulto redondo de una virgen en el lado izquierdo de la fachada principal. En el lado derecho está el escudo de armas, y en la parte alta, por encima de la cornisa, una espadaña.

“En principio, el proyecto incluía la retirada de las mallas para realizar un tratamiento conservativo, pero al separarlos del escudo se comprobó que los elementos estaban muy manipulados y que habían estado sometidos a numerosas intervenciones poco acertadas tanto en las técnicas como en los materiales utilizados. Al menos tres capas de pintura recubrían el pináculo ahora recuperado, además de reconstrucciones y sellados realizados con resinas epoxídica y cemento. Las pinturas, al no dejar traspirar la piedra, habían producido serios daños en su estructura, dejándola muy debilitada, en muchos casos literalmente reducida a polvo”, explican fuentes municipales. Teniendo en cuenta estas circunstancias, y la época del año poco apta para estos tipos de intervenciones, se decidió actuar solo en el escudo de armas situado sobre la puerta de entrada al edificio y en uno de los pináculos, intervención valorada en 12.000€. Igualmente se ha restaurado el portalón principal.

147.000€ para hacer accesible el edificio

Eso en el exterior, como informaba acueducto2.com, en el interior se ha procedido a subsanar deficiencias que se arrastraban desde la inauguración de la casa de la lectura y que incidían en la imposibilidad de acceso para minúsvalidos. Cabe recordar que ya como biblioteca y centro cultural, el edificio se abrió sin un ascensor habilitado para sillas de ruedas y sin aseos para minusválidos.  Adaptar estos elementos ha costado un total de 147.000€

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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3 Comments

  1. ¿20 años? La colocación de las mallas se remonta al año 2006. Hagan cuentas

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      • Son de letras y algunos lectores ni eso. Si leen la noticia, su capacidad de comprensión se queda en el uso de la ‘k’ para todo. Eso o tienen tirria al señor Besa. Leo: “…chapuceras intervenciones anteriores a los años 90…”, otra cosa es cuando se colocan las mallas. Pues sí, más de 20 años.

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