Un sumario abierto, una peste antigua y mucho festival

Posted By Justo Verdugo on 11, Jul, 2016

Un capote con crespón marca luto en Sepúlveda.

Pues sí. Como usted estoy impresionado tras ver las imágenes de la terrible cornada que Lorenzo —un toro de hermosa capa y malas intenciones— propinó al segoviano, Víctor Barrio causándole la muerte en Teruel. Es el segundo segoviano que fallece en un mes por asta de toro después de la cogida mortal, en junio, al recortador, Juan Carlos Otero, “El Gallo”, junto al susto que nos dio aquel fotógrafo aficionado empitonado en Zamora hace unos días. Lagarto, lagarto.

Pese al clima de calor y agua —está predicho desde enero que habrá tormentas las primeras quincenas de julio y agosto y de momento, la cosa va clavada— es tiempo de fiestas y eso, en nuestros pueblos, es sinónimo de toros. Por ejemplo en Cuéllar, donde ya se han decidido las ganaderías que servirán los bichos que se encerrarán y lidiarán en las fiestas de Nuestra Señora del Rosario, de la que no se saben los precios pero sí que serán más caros que el año pasado, que dice el concejal del ramo que ha subido el precio del ganado… Mmmm, me sale otra vez la expresión: Lagarto, lagarto.

Whitney Rose en el festival country.

Entre calores y tormentas, los segovianos nos entregamos al ocio, que oferta hay para regalar, como las actuaciones programadas en el Vete al Fresco segoviano, de las que su director, Fernando Martín, no oculta su satisfacción por su crecimiento continuado y por haber logrado que los hosteleros, por fin, se retraten en caja para sufragar gastos; el de Danzas de La Esteva, un clásico que anda solo; las velas de Pedraza —a mi que me parece que el evento se organiza como si el pueblo lo fuera de Madrid y casi de espaldas a los segovianos—; las veladas musicales de Palazuelos, un programa en alza; o el cada vez más potente y referente obligado, Festival Country en Riaza, este de promoción privada por Huercasa, que de momento no andan exigiendo aportaciones a las administraciones y eso si es una cosa rara en esta provincia. ¿O no?

Claro, tanta fiesta requiere más trabajadores dedicados al ocio que parece ser el fondo que justifica un nuevo descenso del paro en junio, con 513 desempleados menos en junio, pero a la vista de los contratos que se han firmado, pues mire, pudiendo parecer muy pesado y reconociendo las sucesivas bajadas de los últimos meses, reitero que en octubre o noviembre hacemos el balance bueno si le parece. De momento, quedan 8.644 apuntados, que siguen siendo muchos.

Las nuevas oficinas de empleo

Mientras, la oficina de empleo está en este momento en pleno traslado a su flamante sede de Vía Roma, ya sabe, aquella que le costó salir de la lista de procuradores al popular Daniel Sobrados por la extraña decisión de Trabajo de ocupar un espacio alejado del centro propiedad de su padre… Aquella tormenta amainó y ahí está la nueva sede tras meses de obras. Este martes estará totalmente operativa.

¿Y nuestros políticos en activo? Pues mire, los que estuvieron en elecciones, recogiendo sus actas en el Congreso y el Senado, preparados para la batalla interna de reparto de las sillas en las distintas comisiones de trabajo —ya le avanzo que en unas se cobra más que en otras— y tratando de prepararse para un verano raro, que todo indica que les tocará currar en agosto buscando ese Gobierno para el que siguen sin salir las cuentas por ningún lado. Veremos.

En la Diputación, el presidente, Francisco Vázquez, justo antes de irse de vacaciones, hizo balance de un año en el que, fíjese, igual que le pasó a Clara Luquero cuando hizo lo mismo en el Ayuntamiento, sale que todo funciona como un reloj suizo: programas cumplidos, cuentas saneadas, departamentos al cien por cien… Todo controlado. ¡Qué tranquilidad, chico!

Parte de los terrenos de la antigua finca de Gallococeado.

Le dije que preguntaría por eso de la nueva potabilizadora que anunció la alcaldesa Luquero y lo que hemos acabado conociendo es la finca de Gallococeado, donde debería instalarse si llega a cumplirse el convenio que ¡en 1996! preveía esa actuación, entre otras. Dicen que en esa zona había un núcleo de población que los franceses habrían arrasado en su retirada de tierras segovianas.

Historias de la historia, como la que cuenta en su último libro el doctor, Javier Mosácula, remontándose a 1.599 cuando se produjo aquel enorme brote de peste que diezmó la población y dibujó la Segovia decadente tras su esplendor industrial de siglos anteriores que casi ha llegado hasta nuestros días. Interesante trabajo, hágame caso.

Que si, que por supuesto que ha habido ración de tribunales en esta semana, que ha trascendido el tocho de investigaciones en torno a las andanzas del señor aquel que nos colocaron como representante segoviano en el Congreso, el conseguidor, Pedro Gómez de la Serna y lo que sale enfada un poco: varios millones repartidos a medias con su socio Arístegui, sobornos a militares y funcionarios extranjeros y contratos ficticios a su esposa, sus hijos y hasta a la señora de la limpieza (no es un recurso literario) en su empresa. Todo “presumiblemente” ¿eh?

Pasajeros esperando el autobús de línea.

Con esta paciencia que demostramos los segovianos, tampoco pasa nada porque los viajeros del autobús corran el riesgo de insolación severa esperando la llegada de sus transportes en plena calle Ezequiel González, unas “molestias” que la alcaldesa, Luquero, dice que son inevitables. Mi jefe preguntó si en ekl Gobierno local han pensado en bancos, sombras o algo más que palíe la dureza del aire libre y sabe qué contestó: “Lo estudiaremos”, que debe ser que hasta ahora no han tenido tiempo. Otra para los técnicos. Lagarto, lagarto.