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Un plano de metro para andar por Segovia

 

Al británico Henry Beck , creador del mapa del metro de Londres de 1933, le deben la mayoría de las ciudades del mundo el diseño de sus mapas de metro, además de los de otros transportes como autobuses o trenes: líneas rectas o en ángulos concretos, identificación de estas por colores y pocos símbolos para simplificar la comprensión del sistema. 86 años después del primer plano diseñado por Beck, Segovia ya tiene uno parecido pero no sirve para moverse bajo tierra sino todo lo contrario.

El plano del proyecto Segoviandante, diseñado por estudiantes del IES Catalina de Láncaster de Santa María la Real de Nieva que el Ayuntamiento capitalino va a hacer propio, es para caminar por la ciudad, de punta a punta si se quiere —del Conservatorio de música hasta la Fuencisla, por ejemplo, en unos 70 minutos, según la ruta escogida— pero no de cualquier modo sino conociendo exactamente las distancias entre los puntos y el tiempo estimado para recorrerlo a una media de 5 kilómetros hora. El plano ofrece 42 “paradas” equivalentes a los puntos de interés que son referencias de la ciudad y permite infinidad de recorridos marcados por tramos que son, siempre, inferiores a los dos kilómetros.

Bueno, salvo la desalentadora propuesta de ir andando desde la rotonda del Pastor hasta la estación de Alta Velocidad, Guiomar: 3.500 metros, 40 minutos. Es la excepción. Las líneas verdes unen puntos separados por distancias que se recorren en un máximo de cuatro minutos, por ejemplo, de la plaza Mayor a Correos; para andar dos puntos unidos con una línea azul se emplean entre 5 y 6 minutos, como es el caso del trayecto Hospital de la Misericordia-Plaza Mayor. Entre siete y nueve minutos de paseo está marcado con color naranja, que es, por ejemplo, el que marca el trazado entre la Casa de la Moneda y la Fuencisla o del Conservatorio al pabellón Pedro Delgado. De “largo recorrido” podrían tacharse los trayectos marcados en rojo, que requieren más de diez minutos a pie. Por ejemplo, del mirador del Último Pino al inicio del Pinarillo o del Acueducto al convento de Santa Cruz.

Con la ayuda del plano cualquiera puede diseñarse la ruta que más le convenga calculando exactamente cuánto va a caminar y el tiempo que empleará para ello. Lo mejor de todo es que tras un rato mirando el esquema es fácil caer en la cuenta de que las distancias en Segovia no son demasiado largas. Quizá con él en el bolsillo sea más fácil animarse.

De aprendizaje escolar a proyecto de servicio

El plano es parte del proyecto “Segoviandante” que han desarrollado los doce alumnos de segundo de la ESO del instituto Catalina de Láncaster, de Santa María la Real de Nieva, dirigido por Isabel García, empeñados en la tarea de concienciación sobre el medio ambiente, el fomento de la vida saludable y la movilidad de base peatonal que sustituya el uso excesivo de medio motorizados. Y todo en un ámbito del aprendizaje que para desarrollarlo se han implicado las clases de matemáticas de las profesoras Leonor Aragón y Margarita García; Educación Física, que imparte Raquel Aceves; y Plástica, en la que el profesor Javier Peña remató el diseño gráfico sobre el trabajo de los alumnos convertido al final en la aplicación práctica de un proceso de aprendizaje a un proyecto de servicio.

Alumnos y educadores del Catalina de Láncaster, con Clara Luquero y Claudia de Santos.

“Menudo trabajazo”, trataba de resumir uno de los estudiantes durante la presentación del trabajo en el Ayuntamiento, que convertirá, en virtud de un acuerdo con el centro, el plano en folletos, publicaciones promocionales, volatinas y hasta en una lona informativa que se colgará en el Centro de Recepción de Visitantes y que tiene previsto convertirlo en eje del Decálogo de Uso y Disfrute de la ciudad.

Lógico era por tanto que el alumno en cuestión mostrara su orgullo por el resultado final, fruto de un intenso trabajo iniciado en marzo en el que el grupo seleccionó los 42 puntos de interés, planificó las rutas más prácticas entre ellos. Los estudiantes realizaron las primeras mediciones de tiempos y distancias tirando de Google Maps y luego de Geoebra para hacer los primeros esbozos del plano y después se patearon todas las rutas para afinar las mediciones antes de convertir el trabajo en definitivo.

Author: Fernando Sanjosé

Segovia (1967). Periodista.

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