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Un largo descanso, un mercachifle topógrafo y un mirlo primaveral

Me he hecho todas las estaciones. He ido al Alcázar, la Catedral y he pasado por el Acueducto. Me acerque a San Antonio el Real pasé por la zona verde de Segovia vi la casa de Machado y la de la Moneda… ¡He visto la Semana Santa segoviana! Y a sus miles de visitantes a cuyo servicio exclusivo ha vivido toda una ciudad durante cuatro días de pasión asumida con resignación por el ciudadano medio.

Y claro, ante tanta gente, alguna cara conocida me he encontrado en la calle. Destaca, como no, la de la hermana del rey, doña Elena (está es la que sí se enteraba de lo que hacía su marido), que no tuvo que preocuparse por donde aparcar el coche porque la dejaron plaza en el estacionamiento de la comisaría, que está céntrico. Y eso que la visita —la repite a menudo que hace unos días estuvo en San Marcos viendo arte— era privada y el coche no tenía nada de oficial. Chico, lo que es tener mano.

Qué curioso. La infanta vino a visitarnos justo el víspera de la celebración de la conmemoración del día de la República que varios concejales del Ayuntamiento también celebraron con acto público y oficial, que no le digo yo —al margen de mi criterio, que lo tengo muy clarito, sobre aquella parte de nuestra historia— que me parezca muy oportuno por aquello de que un concejal representa a todos Claro, que me parecían igual de descolocados los mismos ediles o parecidos formados detrás de las procesiones y actos religiosos de Semana Santa demostrando que es fácil poder ir a setas y a Rolex al mismo tiempo si la foto lo merece.

¡Ay, la foto! Mire la de la celebración del éxito del NaturpelletNaturpel lo llamó la alcaldesa— de fútbol sala. En la del Ayuntamiento se ve a la regidora rodeada por un equipo de deportistas y los de la Corporación como incómodos espectadores y fuera del encuadre, claro. En la Diputación mejoró algo la cosa, que se ve a una Corporación que recibe a un equipo y en la foto salen todos los que estaban. Pues nada, esta vez tengo claro a quien le doy el premio a la elegancia y a quien la regañina por la cosa del oportunismo

Ya le contaré cuando llegue la celebración de la Gimnástica Segoviana como campeón de liga… Si de decide a llegar, porque el equipo se están haciendo de rogar y después de una temporada sin fallos ahora se empeñan en el empate reiterado que mantiene abierta la emoción. Probablemente sea la próxima semana y ya entonces me fijo otra vez en la foto de las celebraciones en los balcones a ver si la regañina sirve de algo.

Bueno. Confirma la Audiencia Nacional —nadie dudaba de que lo hiciera— que el Ayuntamiento tiene que devolver lo que aún guardaba de los 11 millones que le prestaron y subvencionaron para hacer el CAT y la alcaldesa Luquero, ni una sola señal de autocrítica por haber dejado escapar la millonada por no haber logrado acabar el edificio, dice que se puede afrontar, que las arcas están saneadas y que “el que paga descansa”. Debe andar muy descasada, quizá hasta lasa, últimamente, deduzco.

Los que parecen empezar a cansarse son los feriantes, dedicados esta semana a la tarea de medir la parcela que les han ofrecido como ferial para tratar de colocar ellos solitos los cacharritos en el angosto espacio. Claro, que tras seis horas tirando de cinta métrica los chamarileros se habían cansado y pedían explicaciones en Urbanismo donde si salió el técnico de turno a enseñarles un plano con las líneas muy rectas y algunos colorines. Espere, que temo que el episodio de las ferias aún no ha terminado y estamos a tiempo de vivir la experiencia de fantasía a base de hinchables y bandas de música del famoso “plan B” de Cultura…

 

Lo que no hecho más que empezar es la carrera por la presidencia del PP de Segovia. Es abril, tiempo de anidamiento del mirlo, como les contaba en exclusiva este periódico este domingo. Enrique Jiménez Vaquerizo es un militante antiguo y concejal de Fuenterrebollo, además de preparador físico de un equipo de fútbol. Dispuesto a disputar el cargo con Miguel Angel de Vicente, que se perfila también como candidato y quien quiera concurrir. Bueno, pues se anima la elección. ¿O no? A ver qué dice el presidente saliente…

Ya que me metido en la provincia tengo que hacer referencia a la baja voluntaria que ha causado la alcaldesa, también popular, de Vallelado, Rebeca Cobos, que ha decidido dejar su puesto y me dicen que hasta el pueblo asistida por “razones personales”. En Santa María la Real de Nieva hay estabilidad política y además una nueva fábrica cartuchos biodegradables para los cazadores. Se acabaron las vainas esas eternas tiradas por el campo. Los promotores del negocio llevan un lustro por lo menos detrás de su puesta en marcha. Mucho éxito.

Y en Cantalejo andan pendientes de donde se le ocurra a un buey soltar la boñiga el próximo mes de mayo en ese juego escatológico que dice tanto de nosotros… ¿De verdad son necesarias estás cosas? Pues creo que no, como también creo que es absolutamente intolerable que un sanitario se vea agredido por un paciente en un centro de salud ocurrió en Cuéllar una vez más. De momento no conozco ninguna reacción, salvo el lamento improvisado, desde Sanidad. Pues nada, a esperar otro momento de nerviosismo.

Hombre, hablando de agresiones. Que no se me olvide lo que pasa en los montes de Valsaín donde la decisión municipal de retirar a varias decenas de caballos que pastaban allí libres sin tener que estarlo ha generado ciertas tensiones y la presunta agresión de un ganadero a un guardia forestal. Otra que nos gustaría que lo volviera a repetirse aunque tampoco conozco medidas adicionales…

Atraviesan buena parte de la provincia los autobuses que hacen el servicio de viajeros entre Madrid y Segovia. Hay 15 empresas pujando por el contrato y lo mejor de todo hasta el momento es que parece que los precios de los billetes van a bajar en cualquier caso. Hombre, no es que sea desconfiado pero lo quiero ver que ya sabe usted que estas cosas, cuando llega el momento…

Bueno, le dejo que quiero comprobar el funcionamiento de la cámara fija de la carretera de Navacerrada que vigila el uso del cinturón en los coches. Lo que me gusta es que durante dos meses la carta de Tráfico no será para comunicar una multa, sino de mera llamada de atención. No me diga que no le apetece tener una carta de esas. A mi sí, pero es que soy enrevesado.

Author: Justo Verdugo

Justo Verdugo, segoviano de cierta edad es un observador de su entorno y un ávido consumidor de las noticias que se publican en cualquier soporte y lugar. Con periodicidad semanal, el autor resume sus conclusiones en esta sección, en la que todos los ciudadanos están invitados a opinar a través de sus comentarios.

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