Tras el estatuto del Alto Cargo

Posted By Fernando Sanjosé on 15, Nov, 2016

Andan revueltos en el PP regional donde, ya sabe, las batallas se libran en la Junta y allí se ha desatado una lucha por la sucesión de un Juan Vicente Herrera del que solo se espera que decida la fecha en la que cuelgue los trastos y deje vacantes sus presidencias. Está anunciado que dejará la presidencia del partido en el próximo congreso y se da por hecho desde antes de las elecciones —sólo la pérdida de la mayoría absoluta habría retrasado la decisión— que tampoco acabará la legislatura al frente del Gobierno regional.

Así qué la batalla por la sucesión se está librando hace meses y pese a los intentos de evitar una lucha abierta y pública el personal actúa cada vez con menos tapujos en sus movimientos a los que además no son ajenos los dos principales representantes segovianos, la Presidenta de las Cortes, Silvia Clemente, sin aparentes intereses directos en la sucesión, pero sí enconada rival del vicepresidente, y el portavoz del grupo popular, Juan José Sanz Vitorio, mucho más entregado en el servicio a las aspiraciones de Juan Antonio de Santiago Juárez, que esta semana casi logra sacudirse de un plumazo a dos rivales directos en esa carrera, el secretario autonómico, Alfonso Fernández Mañueco y Antonio Silván a cuenta del estatuto del Alto Cargo donde estaba escrita, aunque con letra deliberadamente pequeña, su salida obligada de las Cortes.

Así las cosas, no parece casual el sorprendente encargo por parte de Clemente de un informe jurídico para analizar la legalidad de la Ley Reguladora del Estatuto del Alto Cargo que a la postre acabó fuera del orden del día del último pleno en el que se pretendía la aprobación de una norma sobre la que el informe en cuestión dice que tiene multitud de agujeros legales, incluso a nivel constitucional en asuntos controvertidos, yo qué sé, que el vicepresidente pueda llegar a cesar desde una Comisión Ética incluso al mismísimo presidente, o se limiten a dos los mandatos presidenciales.

El extraño proceso de rechazo al documento —no es, ni mucho menos, habitual que la Presidencia de las Cortes reclame por su cuenta este tipo de estudios— pasaría por ser otra pelea más entre Clemente y los de Santiago Juárez representados por el portavoz, Sanz Vitorio, y su exceso de ímpetu en sus intentos para que el texto se aprobara de inmediato. El portavoz llegó incluso a votar a favor de hacerlo pese a la contundencia del informe jurídico, aunque solo logró el apoyo de Ciudadanos cuando necesitaba unanimidad. Los segovianos mantuvieron, de hecho, una agria discusión en público a cuenta del informe de marras.

Pero es que Ciudadanos presentó además, también a última hora y aparentemente en base a los acuerdos del pacto de investidura —en Valladolid se da por hecho que Sanz Vitorio animó su presentación— una enmienda para incluir en el texto la declaración de incompatibilidad de los cargos de procurador con los de alcalde o concejal de ayuntamientos de más de 20.000 habitantes que además se aplicaría, no en la próxima legislatura, sino inmediatamente, desde el mismo momento en el que la Ley entrara en vigor.

La prescripción, curiosamente, afectaría directamente al secretario autonómico del PP y alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco y al alcalde de León, Antonio Silván, que se verían en un delicado brete, obligados a elegir entre el sillón regional y sus respectivas responsabilidades municipales que ejercen sin mayoría absoluta por lo que su eventual marcha resultaría catastrófica e incluso podría llegar a comprometer, incluso, el mantenimiento de las siglas populares en esos consistorios. Parece claro cual debería ser su elección.

No le descubro nada nuevo si le digo que a Fernández Mañueco se le considera un más que probable candidato a suceder a Herrera para lo que contaría con apoyo de Génova de la mano del vicesecretario de Organización nacional, Fernando Martínez Maillo, y también a Antonio Silván perenne en las quinielas por su excelente relación con Herrera y su entorno.

Sin duda, una salida obligada de las Cortes debilitaría sensiblemente las opciones y la capacidad de maniobra de ambos en la carrera de la sucesión exactamente en la misma proporción que crecería la fortaleza de De Santiago Juárez, que se quedaría con el dominio casi absoluto del panorama desde la atalaya de la vicepresidencia y ya sin rivales directos cerca.

Recuerde que otra aspirante cierta, Rosa Valdeón, también quedó en fuera de juego tras ser pillada por la Guardia Civil conduciendo con exceso de alcohol en sangre truncando, quizá, una sucesión “tranquila” que cada vez aparece más lejana.

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