Posted By Natalia Del Barrio on 28, Jul, 2019

“No podeis tener Trabajo (el Ministerio) porque sois inquietantes para la CEOE”. Este mensaje, ha sido uno de los cientos que se han filtrado durante las negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos en las últimas semanas, aunque la noticia hubiese sido lo contrario. No en vano, en los últimos meses se ha conocido como aquellos que ganan más de 600.000 euros aumentaron en nuestra Comunidad en un 30%, mientras que a la vez el riesgo de pobreza lo hacía al 19,5% ¿Acaso no hay que ser inquietante?

Por supuesto que es triste no haber conseguido un gobierno progresista, y puede que haya que repartir culpas. La negociación vía medios de comunicación, notas de prensa, entrevistas, vídeos, etc…, no ha sido la más correcta. Aunque la realidad, es que en cierta manera, no es más que el síntoma de lo que se ha convertido la política, una especie de show mediático. Un ganar un “relato” y trabajar para éste , y aquí, quizá si es cierto que Unidas Podemos ha pecado de ingenua y ha sido atropellada por esa maquinaria mediática creada por los partidos “tradicionales”. Cuando se ha dado cuenta, y se ha puesto de verdad a trabajar  en el objetivo, ha sido demasiado tarde. , Aún así, esta batalla del “relato” puede acabar como un bomerang en una de las partes, el paso atrás de Pablo Iglesias fue un golpe de efecto poderoso, y creó nerviosismo en las filas socialistas, muestra de ello fue la filtración interesada desde la vicepresidencia del gobierno,  y que por cierto, ha supuesto una decepción para mucha gente, que como yo, había aplaudido muchas de las intervenciones de su titular, Carmen Calvo. Documentos que además, produjeron la reacción contraria de la que se esperaba, ya que según el termómetro de las redes sociales, así como de muchos periodistas, puso de manifiesto que las “exigencias” de Unidas Podemos, eran más que razonables.

No se trataba de una batalla por los sillones, sí así hubiese sido, Unidas Podemos estaría cuatro años con un título, sin competencias y sin presupuesto, una especie de título nobiliario, de esos que quedan muy bonitos colgados en el salón pero que no sirven para nada.

Para los que no estamos en las cúpulas y direcciones, tratamos de digerir, nos sentimos apenados, pero como votantes y militantes tampoco queremos que nos pasen por encima. Hay que recordar que desde el minuto 1 del resultado electoral del 28 de abril la intención del PSOE era la de gobernar en solitario, como si hubiesen obtenido una mayoría absoluta de las de antes. Es cierto que Unidas Podemos perdió miles de votos, pero tan importante es saber perder, cómo saber ganar. Pedro Sánchez ignoró los votos que arrastraba Podemos, que se mostró durante todo el debate como el nexo de unión, sin crispación, con los partidos independentistas y nacionalistas, como esa especie de “relator” que tanto dio que hablar en su momento. Y muestra de ello fueron los discursos de ERC, PNV y Bildu, que aunque paradigmático, fueron los que mostraron, ese famoso “sentido de Estado”.

Pero la decepción mayor, viene de aquellos que durante meses han estado callados, y de repente, sacan toda la artillería contra Pablo Iglesias, contra Unidas Podemos, olvidando que Unidas Podemos, que Podemos, rechazó hace dos años un gobierno de Pedro Sánchez, porque este había pactado con anterioridad con Ciudadanos, que la memoria no sea fragil, y recuerde que Podemos dijo no al partido que ahora pacta con la ultra derecha allí donde puede. Deslealtad de aquellos que dicen que Unidas Podemos ha preferido “guardar una esencia” que cambiar la vida de la gente, y que olvida, que lo que se ha peleado es mejorar la vida de gente, y no meros títulos que adornen las paredes.

El PSOE ha suspendido, su discurso nada más ganar la elecciones fue la “Crónica de una muerte anunciada”, parece que nunca tuvo voluntad de negociar, sino más bien de imponer, su gobierno queda para septiembre. Pero tiene que repasar, porque si no, es probable que nunca llega a sacar más de un cinco.

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