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Sobre ruedas

Digo yo que más de un mayorista andará que echa las muelas tras comprobar que el Ayuntamiento, un mes antes de Navidad, suelta ese mensaje de advertencia sobre la prohibición tajante de uso de patinetes con motor en la ciudad. Bueno, en realidad no tanto, que la cosa empezó con una dura advertencia de prohibiciones, multas y vehículos inmovilizados si alguien osaba usar los aparatos –ya me dirá usted en nuestro empedrado y adoquinado quien se va a atrever– pero que al día siguiente, tras comprobarse la respuesta airada del personal en los foros de internet, trató de matizar la alcaldesa, Clara Luquero, diciendo que lo que se quería decir era que esos cacharros son peligrosos, que los policías ya no multarían sino que sólo advertirían y otros paños calientes. ¡Ay! Los comentarios de las redes sociales que pesan mucho en los políticos, quizá más de la cuenta.

Claro, que ese medio hay que saber manejarlo no sea que a uno le ocurra como a la propia regidora que le han vuelto a piratear, van dos veces seguidas, el perfil de Facebook, esta vez por unos vendedores de préstamos que le han suplantado la identidad para captar clientes en su nombre. La última vez que le ocurrió esto aseguró que había tomado medidas para que no volviera a ocurrir… Pues no sé a qué expertos habrá recurrido.

Ojo con esas cosas que viene la campaña electoral y no está el asunto para despistarse. Hombre, gente de edad como yo somos más del mitin tradicional, ese de discursos encendidos y música atronadora que me hicieron revivir el otro día los del PP cuando vino el presidente regional, Alfonso Fernández Mañueco, a intentar arengar a las tropas aunque a ese también deberían darle algún curso acelerado de oratoria mitinera que el discurso plano cansa al personal. Ve, por el contrario me quedé boquiabierto con la versión encendida del secretario, Francisco Vázquez, que parecía otro distinto del de las ruedas de prensa. ¡Chico! Ha nacido una estrella. (Bueno, lo mismo exagero). Lo que siento es que se lo perdiera la presidenta de las Cortes, Silvia Clemente, que esa tarde no acudió al toque de corneta. Estaría liada, digo yo, aunque lo cierto es que no vi ninguna silla vacía en la primera fila.

Aquello fue el primer aperitivo de lo que se nos viene encima, más después de las elecciones andaluzas que han dejado claro que el pescado está por vender y que en los partidos toca trabajar duro los próximos seis meses. Algo me dice que para las nacionales va a haber que esperar, que a Pedro Sánchez a estas horas no le deben de salir las cuentas, vamos, digo yo.

Me estoy marchando del ámbito doméstico y no quiero, que ardo en deseos de saber si los de Izquierda Unida y Podemos siguen pensando que es buena idea eso de la confluencia después del cacharrazo que ha supuesto la unión en Andalucía. Mire que en Segovia algo me dice que habrá lista de IU y otra de Podemos… Es un pálpito mío, no me haga mucho caso.

La unión que sí ha llamado la atención estos días es la que han logrado alcanzar los partidos para reclamar con una sola voz que se instale la radioterapia satélite en Segovia, un asunto por el que parece que los partidos han decidido dejar la pelea política para hacer algo práctico. Ocurrió en la Diputación y el Ayuntamiento capitalino, donde se acordaron mociones conjuntas cuando media hora antes se pensaba en iniciativas separadas. A ver si va a ser verdad que el demandado servicio está al caer.

¡Anda! Me acuerdo ahora de una iniciativa de los vecinos de Pedrajas de San Esteban (Valladolid) donde se han marcado un calendario en el que se ve mucha piel –erótico lo han llamado aunque quizá es exagerar un poco– en beneficio de la asociación contra el cáncer. Hombre, que 60 vecinos enseñen chicha en las fotos en un pueblo de 3.500 habitantes es un signo de valentía, que ya sabe que luego, en la cola de la carnicería, se habla todo… Una buena acción.

También es pequeño el pueblo de la Lastrilla, lo que no impide que las desavenencias entre el alcalde, Vicente Calle, y la concejala Carmen Horcajo, hagan saltar chispas en los plenos y, aunque no se llega a las manos, si al puesto de la Guardia Civil con las denuncias. La concejala no perdona que no le dieran el bastón de mando que le prometieron para el año pasado y anda sacando punta a todos los lápices que se encuentra mientras el resto de los concejales hace tiempo que decidieron usar bolígrafos y seguir escribiendo por su cuenta…

Los problemas en otros puntos de la provincia son más de andar por casa. Están por ejemplo los del entorno de San Cristobal de la Vega, donde está la antena repetidora de televisión de la que tiran media docena de pueblos pero nadie quiere pagar los gastos de electricidad que genera la instalación así que el alcalde, José Antonio Sáez, ha decidido cortar la señal dejando a 700 vecinos sin poder ver Gran Hermano y Operación Triunfo, entre otros grandes programas. La cosa se arreglaría si se pagaran dos euros por cabeza pero el acuerdo no llega… ¡A tirar de la radio!

Y si esos andan así para ver la tele, no esperará nadie que los polígonos industriales tengan internet veloz en pleno siglo XXI. He leído por ahí que lo de la fibra óptica es una cosa impensable hasta en media docena de polígonos de la provincia entre los que están algunos de los que hace una tres lustros se vendían como la panacea del desarrollismo provincial, yo qué sé, como el de Villacastín o el de Segovia 21 donde en los días buenos trabajan con 5 megas de velocidad. Vamos bien.

Ya, se, ya. Estoy llegando al final y no he hablado apenas de la capital… Es que tardo poco: sigue habiendo obras en San Juan y aledaños mientras se las echa algo más de presupuesto y plazos de entrega –dice la alcaldesa sólo es por si acaso lloviera mucho, mucho y no de tiempo para la fecha prometida–, se ha seleccionado a los voluntarios de protección civil –más gente que la prevista inicialmente porque “hemos visto que teníamos más dinero”, según el concejal Muñoz Torrero– y todo se prepara para prorrogar los presupuestos y usarlos como arma electoral. Tampoco hay mucho más, que el personal anda cansado y este fin de semana empieza el mes sabático que representa la Navidad para la administración donde ya es común a estas alturas oír en los despachos la frase “Eso hasta enero no va a poder ser”.

Pues nada, me voy a ver si compro el árbol y las bolitas. Miraré en el chino nuevo, que es donde se va ahora si quieres encontrarte con alguien, mientras espero la nota de lamento de las asociaciones de comerciantes, que debe estar a puntito de caer.

No olvide leerse la Constitución que es lo que toca estos días.

Author: Justo Verdugo

Justo Verdugo, segoviano de cierta edad es un observador de su entorno y un ávido consumidor de las noticias que se publican en cualquier soporte y lugar. Con periodicidad semanal, el autor resume sus conclusiones en esta sección, en la que todos los ciudadanos están invitados a opinar a través de sus comentarios.

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