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Segovia: La pelea es por las llaves

Las previsiones de que la próxima Corporación municipal será multicolor, quizá la que más grupos albergue en la historia democrática local, dispara las cábalas sobre las combinaciones posibles entre fuerzas para formar Gobierno y elegir alcalde para lo que se prevén pactos a dos e incluso a tres a ambos lados del espectro político. Los estudios previos, trasvases de datos de las Generales —que ganas de acabar con la discusión de los sociólogos sobre la importancia del recuerdo de voto en comicios tan seguidos— e incluso algunas encuestas (a ver quién se fía) apuntan, en general, a un descenso de concejales en el grupo socialista, aunque con un arco tan amplio como el que va de diez a ocho concejales. Once los más acérrimos.

Clara Luquero.

Clara Luquero sigue siendo la favorita entre los analistas y eso a pesar de un mandato en el que ha perdido hasta dos manos derechas —Alfonso Reguera, que tenía bajo su control toda la chicha del Ayuntamiento en el momento de su obligada dimisión y José Bayón, importante por su aportación de materia gris y carácter político al equipo de Gobierno— y el balance de logros no es precisamente brillante, eso sí, afrontando con resignación y cierta solvencia la “herencia” de pufos millonarios que su antecesor había esquivado o creado directamente durante doce años (y alguno fabricado con ella en la Alcaldía), que han marcado la ausencia casi total de inversiones en la ciudad. En el debe que ahora miran los votantes que barajan cambiar su papeleta quedan, entre otras, una más que cuestionable, además de eterna, renovación del servicio de transporte de autobuses; las improvisaciones en obras y actuaciones y la incertidumbre que rodea al futuro del edificio del Cat en la que la oposición se hace fuerte porque se lo han puesto muy fácil.

Pablo Pérez.

Pese a todo, ni los más optimistas del PP sueñan siquiera con que Pablo Pérez pueda batir a la socialista. Eso si, hay espacio para las cábalas en torno a pactos con terceras fuerzas que puedan convertir al aspirante en alcalde de la ciudad. Los mismos augures de antes proponen para los conservadores el mantenimiento, un edil arriba, un edil abajo, del número de escaños actual que, recordemos, con ocho concejales está en su suelo histórico. Los más optimistas del entorno de Pérez hasta suben la cifra a una decena de sillas aunque el cálculo se antoja un tanto inflado.

Cierto que el joven candidato ha experimentado un sensible crecimiento de imagen y conocimiento del medio desde aquella mañana en la que fue colocado por Madrid al frente de la lista y que está afrontando la campaña con una disciplina y seriedad espartana que parece dar frutos en cuanto a presencia en la mente de los votantes que puede hacer mejorar sus resultados o al menos reducir la fuga de votos populares que se presupone que se irán a otras fuerzas como ya pasó en abril.

Noemí Otero.

Y ahí entra Ciudadanos, un partido confiado en recoger, sin demasiado esfuerzo y por segunda vez consecutiva, los votos del electorado de centro derecha que “votaría al PP pero no quiere hacerlo”. Si con una campaña totalmente plana lograron colocar al desconocido, foráneo y un tanto plano Eduardo Calvo en el Congreso ¿Por qué no va a salir también en las municipales? Noemí Otero, tirando de manual, está haciendo una campaña en la que evita las estridencias, hace referencia a los problemas obvios de la ciudad sin complicarse mucho en concretar sus “soluciones” y repite hasta la saciedad eso de que “ya les toca” (porque si).

Lo cierto es que si los vaticinios se cumplen, Cs se situaría con un grupo de hasta cinco concejales que convertirían a la de Cuéllar en Capitán General con mando en plaza y en la llave decisiva —ese es su objetivo— para sentarse con los pies en la mesa de negociación con PP o PSOE. Y los dos parecen valer como socios a los naranjas. Puede ser un premio exagerado tras el papel jugado en el mandato en el que han salvado repetidamente a los socialistas sin demasiadas contraprestaciones ni incorporaciones de sus propias políticas a la acción municipal pero ya sabe que las decisiones del pueblo en las urnas son soberanas.

Cosme Aranguren.

Hay otras variables, que está por ver el papel que otorgan las urnas a Centrados, la formación que lidera Cosme Aranguren, donde piensan en tres ediles como un buen resultado final —no todos los estudios son tan optimistas— que dependiendo de “lo que saquen” otros partidos también pueden llegar a ser decisivos. Algunos mentideros señalan que la opción favorita en ese caso sería la socialista, Luquero, (que tampoco vería con malos ojos esta sociedad) aunque lo cierto es que no hay pronunciamiento oficial o siquiera un desliz conocido de los líderes provincialistas que respalde esta teoría.

Eso si, en los últimos plenos del mandato ha habido varios asuntos que han salido adelante con el voto conjunto (no siempre necesario) de PSOE y Centrados, por si sirve de referencia. Además, el papel de Centrados, pese a que la oposición es ingrata y hay pocos instantes en los que estar bajo los focos, ha tratado de mantenerse en una línea recta, aunque contundente en momentos determinados, no sólo contra el Gobierno, que también ha azotado a la oposición. A ver qué dicen los votantes.

Ángel Galindo.

Si es por coherencia, mantenimiento de la línea ideológica y sensatez de planteamientos —no en vano se ha llevado en varios plenos el título honorífico de MVP otorgado por esta redacción— quizá Ángel Galindo, candidato de IU, lograría ampliar el número de concejales de su grupo en el próximo periodo. La diferencia entre lograr uno, como actualmente, o ampliar más o menos la cifra, puede marcar sus posibilidades de influencia en un eventual Gobierno de Luquero o dejarle, un mandato más, en tierra de nadie y con las mociones como única herramienta para promover sus políticas y que por cierto, ha sido el portavoz que más la ha utilizado en el mandato que expira ahora.

Guillermo San Juan.

Para eso está por ver con las papeletas en la mano cual será la consecuencia final de la concurrencia por separado de IU y Podemos-Equo por la falta de acuerdo en el proceso a seguir para ordenar las posiciones de los candidatos. Si bien en las pasadas elecciones Generales del 28 de abril la suma de siglas (Unidas Podemos) resultó desastrosa en términos de resultados, el temor ahora es que en las elecciones del próximo domingo la existencia de papeletas de estas dos opciones diferenciadas pueda traducirse en que los unos acaben restando votos a los otros y al final pueda perderse en el limbo de los “restos” un escaño más por culpa de la famosa Ley D’Hont. Desde hace meses se da por hecho que los de Guillermo San Juan lograrán un escaño también pese a que el cabeza de lista es uno de los siete  candidatos cuyo rostro resulta menos familiar para los electores segovianos y está por ver el resultado de la primera incursión de la formación morada en unas elecciones municipales en la capital segoviana.

Esther Núñez (Centro).

¿Qué si va a entrar Vox en el Ayuntamiento y convertirse además en decisivo en posibles pactos a tres por la derecha? Pues no está en absoluto claro aunque en el caso de lograr representación podría plantearse su presencia en un acuerdo a tres de centro derecha “a la andaluza”. Lo cierto es que, pese a que aparece en todas las quinielas, las científicas y las que no, con un representante, la formación verde aparenta estar perdiendo fuelle en estas elecciones respecto a las anteriores, sensación a la que contribuye el hecho de que la campaña de los de Esther Núñez está siendo enormemente plana, casi displicente. Como para hablar de pactos antes del domingo.

 

Resultados de las elecciones municipales en 2015.

 

Proyección de los resultados del 28A al Ayuntamiento de Segovia.

 

Author: Fernando Sanjosé

Segovia (1967). Periodista.

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1 Comment

  1. Ya sabe usted, que, como decía el otro, hay mucho voto “con precaución, asco y arrepentimiento anticipado”. Después de leer unas declaraciones de la cabeza visible de la posible lista ‘campeona’, diciendo que el mejor alcalde de Segovia (supongo que se refería a la ‘democracia’ actual’) ha sido el señor del ‘despertar segoviano’ y los pufos económicos a go go, de cuyo nombre no quiero acordar; pufos que aún pagamos y tardaremos en liquidar los segovianos, en ello estoy. El arrepentimiento, digo. El voto lo hice por correo (por lo de que no se me pasen las europeas; esas sí son importantes).

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