Uno de los estrenos más esperados, el último trabajo del señor Amenábar, Regresión está actualmente en nuestras pantallas, repleta de loas que los admiradores del director proclamaban a los cuatro vientos recibiendo su llegada como agua de Mayo.
Al final y yendo al grano, porque el mojón que resulta Regresión no merece que uno se pare mucho a hablar de ella, es ni más ni menos que una nueva tomadura de peli de este Hitchcock de garrafón (y del malo). Realmente, tengo que decirlo nuevamente tras ver este nefasto vehículo de pseudo-suspense flojucho, Amenábar es un director que no merece la estima que se le tiene, ni la proclamación del talento supremo que muchos insisten en atribuirle.
Regresión presenta un guión absurdo, estúpido e ilógico. El film se inicia de forma no poco interesante, con un poli (Ethan Hawke) bastante correcto investigando el caso de una joven (Emma Watson, bastante desaprovechada y fría), que supuestamente es víctima del asedio de una secta satánica, entre la cual, se encuentran algunos miembros de la familia de la joven. La chica, por lo visto, ha sufrido de todo, violaciones, ha sido testigo de sacrificios humanos, vamos que tiene un trauma pistonudo. La cosa es que el poli va sacando punta al asunto y finalmente todo es una estafa. Tranquilos, no soltaré spoilers pero ya digo de antemano que el previsible y atontado libreto se corona de una manera que resulta una apología absoluta de la gilipollez más extrema.
Tanto rollo para nada, es una buena forma de resumirlo, dándote la sensación irremediable de que has desperdiciado tu tiempo en algo más de hora y media. La peli no sólo evidencia ridículo en cada tramo, sino que encima pretende ser tomada en serio, cuando es imposible. Afortunadamente, también se puede decir que ese grado de pretensión que va inherente a la mayoría de films de Amenábar, aquí se presenta menos y que por suerte ha habido algún crítico avispado que ha tenido las santas narices de por fin darle una colleja bien merecida a este esperpéntico ejercicio de cutrez fílmica y mayor atentado guionístico. En fin, que yo no la recomiendo para nada, pero que tampoco me ha sorprendido demasiado pues Amenábar nunca fue santo de mi devoción, más que nada porque tampoco considero que su obra sea merecedora de ser encumbrada a algo destacable dentro del Séptimo Arte, eso sí Regresión es para colmo, con diferencia, lo peorcito que ha hecho.
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