“Incrementar los niveles de investigación en zonas menos pobladas del medio rural, buscar una planificación que nos permita tener más patrullas en la zona y más capacidad investigadora, manteniendo y partiendo de unos niveles de seguridad que son ya muy altos”. Este es el objetivo que se pone el nuevo jefe de la comandancia de la Guardia Civil de Segovia, el teniente coronel, José Luis Ramírez Gómez.
El teniente coronel recibió el 22 de septiembre y de las manos del general José Manuel Díez Cubelos, jefe de la Benemérita en Castilla y León, el mando de Segovia en una ceremonia castrense en el patio de la comandancia. En el acto estuvo la delegada del Gobierno en la región, María José Salgueiro, así como una nutrida representación política (básicamente, faltaron Clara Luquero, con Junta de Gobierno, y el delegado de la Junta, Javier López-Escobar), intercalados con los responsables de los otros cuerpos militares y de seguridad que operan en Segovia. Entre los invitados, familiares y compañeros de promoción del nuevo comandante, así como su predecesor, el coronel Fernándo Gil, hoy al frente de aspectos de la gestión logística del cuerpo. Al otro lado, medio centenar de oficiales destinados en Segovia, en representación de un colectivo que en Segovia agrupa a 577 efectivos.
A ellos fueron dedicadas las palabras del teniente coronel, exhortándoles a perseverar en las divisas del cuerpo, Honor, Sacrificio y Lealtad, recordando que en la benémerita trabajar equivale a “estar de servicio, pues nuestro servicio es dar servicio a la sociedad”, con referencias a la situación económica y “a trabajar con menos para dar lo mismo”. Un discurso “políticamente correcto”. Tras recordar a familia y compañeros de promoción, Ramírez destacó las bajos niveles de delincuencia en Segovia, recordó a su antecesor, y pidió seguir colaborando codo con codo con Policía Nacional y Local así como con la delegación de Gobierno. Mención también a las asociaciones profesionales de la Guardia Civil e, incluso, a los periodistas.
Ramírez, catalán de nacimiento aunque con familia en Segovia (en concreto, en Cuéllar), acredita una laureada hoja de servicios, en las que destaca su trabajo contra el terrorismo. Su primer destino, en 1994, fue en la comandancia de Vizcaya, en Santurce, y poco después estaba al cargo de un grupo operativo de información. De 1999 hasta 2005 fue el responsable de analizar la documentación intervenida a la banda terrorista ETA, para pasar a la Academia de Oficiales de la Guardia Civil como profesor de investigación criminal, entre otras materias. En 2008 es nombrado asesor del Gobierno en política antiterrorista contra ETA. Sin duda, esta especialización en bandas armadas fue clave en su penúltimo destino, agregado de la consejería de interior en la embajada española en Estados Unidos, prestando servicio de enlace entre la Guardia Civil y las agencias de seguridad americanas. De hecho, entre los presentes, destacaba la presencia de un oficial de infantería americano. Posee 16 cruces al mérito de la Guardia Civil.
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