En 2018 un centenar de pueblos de la provincia de Segovia verán actualizados los valores catastrales, por los que se rige no solo el Impuesto de Bienes Inmuebles, sino también las transmisiones patrimoniales, plusvalías y otras figuras fiscales. En la mayoría de los casos se trata de pequeñas localidades cuya última actualización data de 1994, por lo que sus vecinos verán incrementar la presión fiscal notablemente durante el próximo año. La actualización catastral es a demanda de los municipios, siempre que no hayan pasado cinco años desde la última revisión. Entre los municipios grandes afecta al Real Sitio de San Ildefonso (cuya última revisión data de 1996), Palazuelos de Eresma y San Cristóbal de Segovia (2001).
¿Cuánto afectará? Pues depende. El IBI, el de mayor impacto social, se computa sobre la base del valor catastral actualizado (que equivale a un 50% del valor de mercado) y que fija la Oficina del Catastro, multiplicado por un coeficiente, que aplica el ayuntamiento a partir de unos mínimos y máximos fijados por la ley (coeficiente que va del 0,40 al 0,82). En el caso del Real Sitio de San Ildefonso, como sea que se venía aplicando el coeficente máximo, la idea es rebajar este coeficiente. “Recaudaremos más, porque la revisión catastral hará que emerjan bienes inmuebles que no figuraban en el padrón, pero el impacto será menor en el ciudadano, ya que bajaremos los coeficientes”, explica el alcalde granjeño, José Luiz Vázquez.
En San Cristóbal y Palazuelos la estrategia pasa por acogerse a una ponderación gradual a lo largo de cinco años de la subida de los valores. “En San Cristóbal veníamos aplicando el coeficiente menor, así que no podemos jugar con bajar el coeficiente para igualar la recaudación, lo que hicimos fue acogernos a la posibilidad de una subida gradual. Es decir, cada año incrementamos una parte del valor catastral”, reconoce el alcalde Óscar Benito. En Palazuelos se ha seguido una estrategia si bien emplazan a recabar más información sobre la subida.
5 enero, 2018
Una vez más la actual corporación de San Cristóbal aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid para sablear al vecindario.
Esta vez nos da la buena nueva la víspera de Reyes por lo que entendemos que Sus Majestades nos han “recompensado” con negro carbón.
Qué hastío comprobar que el día que haya que volver a introducir el voto en la urna la mayoría habrá olvidado y/o justificado este nuevo atraco.