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Político viejo, político nuevo

¿Políticos veteranos o nuevos fichajes? ¿Experiencia o nuevos bríos bisoños? Por delante, mi total admiración a todas esas personas que en estos días muestran su arrojo y ponen su nombre completo —si un tío abuelo se empeñó en que le inscribieran con un segundo o tercer nombre, feísimo, que se ha pasado toda la vida ocultando saldrá con todo detalle en la papeleta electoral— en el listado de una candidatura a cualquier administración. Más meritorio, si cabe, en una Segovia como esta en el que nos gusta tirar de genealogía y catalogar al personal a partir de juicios gruesos elevados a verdades absolutas forjadas en patios, escaleras y barras de bar. Ya sabe de qué hablo.

Pero en lo que me quiero centrar es en “el candidato”, en su perfil. Aparte de paracaidistas, esa figura que viene a colocarse por deseo del partido de turno, que es algo muy feo, pero una tradición inveterada en esta provincia en las sucesivas elecciones de nuestra democracia de la que no se salva ningún partido, hay dos tipos característicos. Está el resistente, el hombre (no nos liemos, soy castellano y viejo y uso el masculino como genérico tal como apuntan las normas de mi lengua) de partido que aparece elección tras elección en una u otra candidatura y acaba con cargo público. De esos a los que la sabiduría popular esa que decíamos le sitúa como alguien que “chupa del bote”, “vive de la sopa boba” que otorgan los escaños y hace poco o nada de trabajo. Con ese estigma, la coletilla habitual tras aparecer su su nombre elegido para las papeletas es la de “hay que echarlo”, como si el que venga detrás no fuera a disfrutar del mismo sueldo y prebendas que otorgan los escaños.

Pues hombre, me resisto a creerlo. Más bien entiendo que para este perfil la política es una carrera profesional, como cualquier otra. ¿Medran para subir en el escalafón y puesto? Por supuesto. Y con ahínco. Tampoco conozco a ningún peón de fábrica que no aspire a ser jefe de equipo, que a su vez no aspire a ser encargado, que a su vez no aspire a llegar a un despacho de la segunda planta… Y así ad infinitum con cualquier trabajo y sector que quiera usted platearme, incluido el suyo, lector.

Esta gente pasa varios exámenes cada poco tiempo, empezando por los de su partido, donde hay codazos por ocupar los cargos y por tanto la pugna es dura, para finalmente, resultar elegido como “el candidato” en función de los procesos que cada organización política, soberana, fije en sus estatutos y de acuerdo con sus militantes, muchos o pocos. El siguiente examen es el de las urnas. No se engañe: si un político, unas siglas o un partido se perpetúan en una o varias administraciones se debe a que recibe más votos que otros que compiten en esta carrera. Vamos que gana el concurso oposición una y otra vez. La única forma de cambiarlo es mediante papeletas. Este es el sistema con el que funcionamos y cada cuatro años deberíamos ser capaces de juzgar lo que ese “empleado” ha rendido en nuestra empresa. Rechazar nuestra cuota de responsabilidad como votantes es echar la culpa al empedrado.

Bueno, que me lío. A mi el político profesional lo que me produce es la sensación de que al entrar en un hemiciclo sabe lo que está haciendo, conoce el juego y los intríngulis de este gremio así como los problemas de la sociedad, que nunca son blancos o negros, sino llenos de escalas cromáticas e imbricados con otros problemas. Pues eso, profesionales a los que tengo que suponer que lograr llevar a buen término un proyecto les producirá alguna satisfacción y lo contrario, frustración. ¿O no? Cáscaras, no sé si me gustan.

Hay otro tipo de candidato que se lleva mucho en estos días. Es “el mediático”, cuyo mérito de partida es que es más o menos conocido por la sociedad, tiene alguna faceta profesional o artística en la que destaca, cae bien al personal, sobre todo porque todo lo que se conoce de él es la parte brillante y de momento nadie ha hurgado en su historial vital, pero tiene una absoluta falta de experiencia en política y gestión de la cosa pública que a ojos del votante partidario del cambio a cualquier precio se compensa con una buena voluntad de hacer el bien común que “se le supone” sólo por llevar el traje limpio, precisamente porque nunca ha chapoteado en la política. ¿Es un atleta de palmarés envidiable el mejor gestor de la cosa deportiva? ¿Un brillante escritor o filósofo el mejor gestor cultural? ¿Un vocal peleón de una asociación de vecinos con veinte miembros activos, en el mejor de los casos, el mejor administrador de los servicios sociales de una ciudad o una comunidad autónoma? Pues hombre, si me tira de la lengua y hago memoria reciente le diría que no. Al menos no necesariamente.

Como sea, tengo claro que los parlamentos y consistorios de toda España se van a llenar de gentes con este perfil y sería absurdo intentar poner puertas a este campo, aunque si me permitirá mostrarme un poco preocupado ante más que posibles salidas de pata de banco en tal o cual votación o expediente; cabreos con el partido de turno a mitad de la carrera que pueden convertir los grupos mixtos en mayoritarios a mitad de los mandatos; o resbalones de costalada y hueso roto por mero desconocimiento de reglamentos y reglas de funcionamiento. ¿Qué todo se aprende? Claro. El problema es que, volviendo a la fábrica de antes, esta fórmula llevará a muchos peones que desconocen siquiera como funciona el puesto de al lado en la cadena de montaje a ocupar directamente despachos directivos. Caramba ¿Serán estos la opción buena?

Total, que en estas me encuentro. Decidiendo entre siglas viejas y nuevas, entre los políticos “de siempre” o las nuevas ofertas de gentes simpáticas y aplaudidas en su vida “civil” que han decidido entrar en política con inciertos resultados prácticos. Y todo esto, a dos semanas para que comience la campaña.

Author: Fernando Sanjosé

Segovia (1967). Periodista.

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8 Comments

  1. Mire usted, para resolver cuantas dudas se le presentan en su debate permítanme una reflexión; es perceptivo, no solamente el que por parte del aspirante , hoy en día , pase satisfactoriamente, la prueba del algodón, sino que también y más importante detenga los conocimientos necesarios de la cosa pública . Al fin y al cabo nos va administrar nuestros recursos.
    Que donde se adquieren? Principalmente en la empresa privada o en el negocio de cada uno. El saber como se distribuyen los panes y los peces, o ante un mundo de recursos limitados, cuál es la mejor inversión , si mantequilla o maquinaria .y para eso es necesario el adquirir conocimiento en la otra empresa, la del fin de mes.
    Primer tema resuelto , cusntos de los políticos que eStan, pasaron? Muy pocos..
    Cuantos asumen la responsabilidad de gestionar el dinero de todos en aras del buen común ? Aún menos .
    Y a cuantos la divina providencia les otorgó los dones necesarios para ello? Muchos menos.
    Ni viejos , ni jóvenes. Experiencia demostrada para dejar en sus manos nuestro devenir .
    O acaso cuando usted necesita a un profesional de la sanidad para la resolución de un problema de salud , no acude usted al mejor?.
    Yo así lo hago.
    En la cosa pública deberá serlo igualmente .
    Mi consejo, investigue y analice y si encuentra alguien mejor elíjalo.
    No cualquier persona sirve para esto, sea joven o viejo, aunque el voto de todos sea igual.
    Ah! Como las comparaciones son odiosas, las aspiraciones de un peón son legítimas y si me apura necesarias y lfe oposición diaria, que para eso se gestó la reforma laboral. Las de los profesionales de la política y otros medradores permítame que las ponga en duda. Casos y escándalos hay todos días que así lo atestigua.
    Gracias por su tiempo.

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    • Pues acaba usted de liarme más ¿voto a los corruptos, a los nuevos aspirantes o…?

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      • los corruptos están en la cárcel….. Vote VD. a los que sepan de esto y sean honrados que los hay. Los experimentos se hacen con gaseosa.

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  2. Creo yo que lo que le puede sacar de dudas es , que han hecho los políticos profesionales por Segovia estos años?? Esa es la gran pregunta. Creo que los partidos nuevos deben tener una oportunidad y si es más de lo mismo, pues volveremos a lo anterior o dejaremos de ir a votar, pero … mi experiencia es que vote a UPyD por el tema de la Caja y su trabajo en el ayuntamiento y diputacion ha sido más que digno.. porque no darles un poco más de responsabilidad y gestión ahora con Centrados. al menos hasta que fallen…y sino a IU que está en las mismas condiciones

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    • Pues el problema de Centrados es que se les ha colado en puesto de campanillas el peor concejal que ha pasado por el Ayuntamiento de Segovia desde que tengo uso de razón. Hay personas muy capaces y que han dicho todo lo que tenían que decir con un tono moderado y sin faltar… pero que pensar ahora de un partido por el que se presenta en puestos de honor Javier Arranz? Pues lo peor de la vieja politica, en el fondo y en las formas.

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  3. Pues eso, Jamonete al senado y Arranz al congreso, personas que miren por Segovia y los segovianos, resto estan atados a politocas de partido, necesitamos que miren por nosotros!!!

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    • Arranz solo mira por su bien, le da igual todo lo demas, lo ha demostrado con creces.

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      • Carmela, después de las elecciones del 28 de abril veremos quien mira por el bien de los segovianos, y quien mira por su propio bien. Aceves en las cortes de castilla no ha luchado para traer nada a Segovia, Escudero tampoco, ¿de verdad me dice que Arranz no mira por Segovia, cuando en sus años de concejal hizo unos avances extraordinarios en la concejalía de deportes?

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