Comentaba Pedro Delgado que, como no podía ser de otro modo, tenía que acudir a la llamada de su tierra para presentar su nuevo libro. Ya presentado en Madrid y Barcelona. Un libro que quiere ser una primera recopilación de su nueva etapa en la vida tras el ciclismo, contando sus anécdotas ante un micrófono, como antes lo hizo con sus vivencias “a golpe de pedal”.
A Pedro, como el mismo confesó en la presentación, no se le daba bien la gramática en el Instituto, por ello acudió a un amigo que le conoce desde los quince años, cuando lo cito en Cándido y no sabía dónde estaba: José Miguel Ortega.
Con él ha pedaleado un Tourmalet lleno de experiencias que, leyendo el libro, podemos decir que tiene todos los ingredientes para mantenernos atentos a la pantalla durante toda la ascensión.
El emotivo prólogo de uno de sus maestros ante micrófono y cámara televisiva, Carlos de Andrés, nos introduce en la amena lectura de quince jugosos capítulos que, además de contar cotidianas situaciones, a veces rocambolescas, muestran la vida del día a día que soportan, como “reporteros de guerra”, los periodistas que siguen las vueltas ciclistas.
Una vida, la de los periodistas de las grandes boucles, que resumen en curiosa frase con cierto retintín: “si esto del ciclismo fuera tan bueno como dicen, Matías Prats estaría en todas las vueltas”.
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