Según fuentes de la Guardia Civil, en torno a las 13.00 horas del 25 de diciembre L.G., un hombre de 44 años, conducía un vehículo que hizo saltar el radar instalado en la A-1 (carretera de Burgos) en el término municipal de Aranda de Duero por doblar la velocidad permitida en ese tramo (100 kilómetros por hora) hasta rebasar los 200 kilómetros por hora, según la lectura del aparato.
Los agentes decidieron comunicar a sus compañeros la marcha del vehículo en dirección a la provincia de Segovia donde se le dio el alto y se formuló la denuncia, cuyo atestado se ha trasladado al Juzgado de Aranda de Duero, que decidió su libertad con cargos. La investigación se centra en el presunto delito contra la seguridad vial mientras que el hecho de que viajara con una menor en el momento de los hechos no ha añadido, inicialmente, carga a las acusaciones.
Se da la circunstancia de que este es el segundo caso que se conoce en sólo unos días de vehículos detenidos por velocidades por encima de los 200 kilómetros por hora, muy por encima de los límites establecidos en cualquier carretera española. El 1 de diciembre fue el helicóptero de Tráfico el que detectó un Audi A-7 cuando circulaba a 235 kilómetros por hora, en esta ocasión por la autopista A-6, en término de Navas de San Antonio, lo que motivó la apertura de investigaciones contra el conductor.
La conducción por encima de 160 kilómetros por hora está considerada un delito castigado con multas económicas, penas de prisión y retirada del carnet hasta cuatro años.
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