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Otra vez los turistas

Las previsiones no han fallado. Tampoco es fácil equivocarse: un puente festivo como el del 1 de noviembre y más con temperaturas agradables equivale en Segovia a calles repletas de peatones caminado a paso de procesión, las carreteras principales atestadas de coches –es lo malo de vivir en una ciudad con pocas alternativas: cuando Padre Claret se acatarra, Vía Roma tiene fiebre, Ezequiel González tose y las transversales Coronel Rexach y Juan Carlos I entran en coma– y la recomendación generalizada en las casas segovianas. “¿Vas a salir? Prepárate y ni se te ocurra coger el coche. Están los turistas”. Eso sí, los autobuses tienen horario reducido de fin de semana y sufren los retrasos derivados del exceso de tráfico. Buen día para pasear.

Turistas en el mirador de la muralla del Postigo del consuelo.

Ciertamente, los turistas estaban. A miles. Durante todo el puente, pero especialmente este sábado. Ya durante la mañana de este 3 de noviembre comenzaban a colapsarse las principales entradas de la ciudad pese a los intentos de los agentes de la Policía Local, apostados en los principales cruces, por hacer fluir la riada de coches en el perímetro del recinto amurallado, destino de la mayoría de los visitantes. Pronto, mucho antes de la hora de comer, San Millán quedó cerrado, también los accesos al casco y los aparcamientos subterráneos (y en superficie) colmatados. A partir de ahí, a dar vueltas y a buscar lugares de estacionamiento inverosímiles con la certeza de que en días así hay manga ancha ante coches en aceras y lineas amarillas o transbordos de personas en plena plaza Oriental. Lo de todos los puentes, en la misma ciudad en la que a diario, cuando no están los visitantes detenerse, por ejemplo, unos instantes ante los bolardos del Acueducto se paga con una multa casi automática.

Mientras tanto, las calles del centro, el entorno del monumento romano y la peatonal avenida del Acueducto se fueron llenando de gente, al igual que las terrazas de los bares y los restaurantes, donde se vivió otra jornada más en la que los camareros atendieron varias veces la misma mesa con distintos comensales y tomaron comandas de comida pasadas las cinco de la tarde. Lleno en los comedores y cerca del “completo” en los hoteles el jueves y el viernes y sin una cama libre el sábado.

Otro fin de semana turístico en Segovia, donde este tipo de jornadas se sucede con la naturalidad de lo inevitable prácticamente sin diferencias entre unas y otras. El principal motor de la economía local aparenta ir viento en popa, aunque, en la cara b, las estadísticas de trabajo no acaban de estar de acuerdo con la afirmación –el sector servicios perdió casi 5.000 empleos en Segovia en los últimos doce meses, según la EPA– y crecen las advertencias de los que dicen que de éxito también se puede sufrir e incluso morir. La próxima avalancha, el 9 de noviembre, fiesta en Madrid.

Author: Fernando Sanjosé

Segovia (1967). Periodista.

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10 Comments

  1. Encantados de que vengan turistas y como no es a veces un inconveniente para el ciudadano de a pie. Ya está bien que solo se beneficien unos pocos sin aportar repercutir en la Ciudad de Segovia con aportaciones a su ciudad y no solo invertir fuera del territorio

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  2. Sí. Encantados sobre todo con el caos de tráfico de ayer sábado. Medio Segovia atascada.

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  3. Menos mal que en breve, gracias a las muy ilustradas e inteligentísimas alcaldesa y concejala de turismo, nuestros visitantes subirán a pie por San Juan.

    Los ignorantes ciudadanos quedaremos absortos ante el milagro del maléfico.

    Quedamos a la espera.

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  4. La pésima gestión de la avalancha turística refleja la incompetencia del equipo de Gobierno de Clara Luquero.
    Pensar que Segovia puede vivir del turismo durante todo el año por los cuatro puentes que hay al año es engañarse a uno mismo. Las cifras de desempleo no mienten. No hay estrategia de industria turística porque el equpo de la concejalía tiene interés particular en que no exista.

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  5. Y sin remisión de ningún tipo. Segovia, aguanta lo que aguanta, hagamos lo que hagamos (sufren, principalmente los cuatro residentes y trabajadores de la zona alta). Salvo derribar y explanar la ciudad antigua (con carteles indicando donde se hallaban los monumentos, y hacer un gran mirador del Parque Nacional de Guadarrama, cara norte (eso sí con barandas de madera y dejando los comederos de tres y cuatro servicios por mesa) 😉 Por mucho que se empeñen en hacer mil agujeros, los calijosemochos de turno, para guardar coches. Los días de avalancha no se puede contener los miles de visitantes de paseo por este gran centro comercial al aire libre madrileño. Un área exterior de recepción (con un aceptable copago, digamos tasa de turismo),y buen servicio de vigilancia de vehículos y transporte (discrecional y urbano) a la ciudad para dejar visitantes y retorno con horarios continuos según necesidades del día.

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    • Calijosemochos?

      Anda y vete al redil majo, o maja, que el pastor ya te ha llamado el dornajo de pienso.

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    • Desde Fuera. Léete mi primer comentario sobre este tema antes de escribir tus opiniones.

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  6. El una botella de litro no caben dos, es evidente. Segovia por si es atractiva pero todos los equipos de gobierno, sean del partido que nsea, no piensan a largo plazo no vayan a venir otros y se lleven el merito

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  7. Esto es lo que vendemos de Segovia, el turismo… Pues toma turismo…

    Cada festivo es lo mismo en esta ciudad, caos circulatorio por doquier… Da igual quien gobierne… Siempre va a pasar lo mismo, a no ser que cambien las mentalidades añejas y retrógradas, de ir con el coche hasta la misma puerta, para no cansarse caminando, no sea que les entren agujetas!

    Spain is diferent! Y Segovia mucho más!

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