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Últimamente, la despoblación se ha convertido en un tema que llena los discursos de todas las formaciones políticas, en algunos casos, con una palabrería vacía de todo contenido. Como de costumbre, tenemos un excelente diagnóstico de la situación: nuestra tierra pierde población. Un diagnóstico para el que no se necesita ser un experto estadista, ya que basta un simple vistazo a la página del Instituto Nacional de Estadística, para ver que Castilla y León ha perdido más de 21.000 personas con respecto a 2016, y más de 45.000 con respecto a 2015. Este declive ha supuesto, en la provincia de Segovia, 3.300 personas menos con respecto a 2015 y 1.500 menos con respecto al anterior. Por lo tanto, la conclusión es obvia: perdemos población.
Y que se lo digan a nuestros pueblos. Segovia cuenta con más de 200 municipios, ninguno de ellos supera los 10.000 habitantes, tan solo 4 superan los 5.000 habitantes, en tanto 22 son los que superan los 1.000 habitantes. Puede que, en las ciudades, sea una cuestión que no se aprecie de manera muy clara, pero sí es evidente en los pueblos y municipios de la provincia. Porque la causa-efecto de la despoblación es también contundente: el desmantelamiento de los servicios.
Y, con un diagnóstico tan claro ¿qué hacemos? Pues es la hora de llevar propuestas, de buscar soluciones, pero sobre todo, es el momento de escuchar y hablar, de debatir sin banderas. Y debatir sin banderas significa apostar por el territorio y hacerlo en positivo.
Debatir sin banderas y en positivo es escuchar cómo, a lo largo y ancho de la provincia, han existido y existen ayuntamientos, vecinos y vecinas, que proponen modelos alternativos de gestión de recursos municipales, que, entre otros logros, contribuyen a fijar población. Y por lo tanto, tenemos el deber de escucharlos.
Debatir sin banderas y en positivo es escuchar a los vecinos y vecinas de Segovia que han resistido y ganado luchas contra la implantación de macroproyectos que amenazaban con el desmantelamiento de lo rural y, que al final, sólo buscaban una espantada generalizada. Por fortuna, esos vecinos y vecinas estaban allí. Y aquí surge una pregunta necesaria ¿Qué hubiera sucedido si ellos y ellas no hubieran estado?
Debatir sin banderas y en positivo, es escuchar a aquellos alcaldes y alcaldesas, sin importar el color político, que pelean porque el transporte público pueda pasar por su municipio y satisfacer así una necesidad básica de sus gentes.
Debatir sin banderas y en positivo, es apoyar a los vecinos y vecinas que se lo juegan todo y hacen frente a las prácticas caciquiles que, desgraciadamente, siguen existiendo como un Goliat en nuestra tierra.
En definitiva, hablar de municipalismo, del territorio y de nuestros pueblos, no es hacer grandes discursos, proponer “colosales proyectos” o hacer vastas reflexiones sobre lo importante que son nuestros pueblos. Hablar de municipalismo es hablar de todas la pequeñas y grandes cosas que ocurren en los pueblos, compartir experiencias, adaptar las que funcionen, aprender de los errores y facilitar los nuevos proyectos emergentes.
Por lo tanto: escuchemos, compartamos, y hablemos del territorio.
Artículo remitido por la mesa provincial de Podemos Segovia
Diputación
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26 enero, 2018
Que suerte que tenemos, que están los podemitas entre nosotros. Son como los de “Catalana Occidente”…. que “lo arreglan todo, todo, y todo”,…… y sin banderas,….. y en positivo. Ja, ja,.. ¿y la bandera republicana, tampoco?
Que pena no poder asistir al “evento”. Promete ser divertidísimo.
Por lo que veo en el programa y lo que nos cuentan los podemitas de la “mesa provincial” en su charla, no tienen ni idea de lo que hacer. ¿Qué hacemos?, dicen. Ja, ja, ja. O sea, que va a ser un “circulito” de esos pero en salón de actos, y acompañado por toda la troupe ecolo-jeta y demás, para tirarse flores de que bien que no han montado los aerogeneradores gigantes en Brieva, que no quieren que construyan la presa del ciguiñuela para que rieguen en Valladolid, y de que hay que cerrar las granjas porcinas por lo mal que huelen los purines. Y todo aliñado con docenas de proyectos serios y competentes “made in podemos” para llenar de gente los pueblos y con sueldecitos como el de Pablo Iglesias.
Pero me apuesto un par de euros, a que proyectos serios, CERO.
De momento, la primera conclusión ya es errónea. Eso de que “la causa-efecto de la despoblación es también contundente: el desmantelamiento de los servicios” es completamente al revés. Se “desmantelan los servicios” cuando la despoblación los hace de algún modo antieconómicos e inviables.
Espero que lo cuelguen en YouTube para poder pasar un buen rato.