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Nueva noticia del pincho de oreja del bar Correos

A mediados de enero reabría sus puertas con nueva dirección el castizo bar Correos, en la plaza de San Facundo. Tras la barra, el hostelero de San Lorenzo Juan José de las Heras, “Giña“, que ya regenta dos establecimientos en el arrabal y pasa ahora al centro histórico.

Lo primero señalar que el nuevo local ha quedado sensacional. Mantiene el aire castizo del anterior con más calidez y color, si bien la colección de botellas se la llevó Alberto, el anterior propietario, de modo que ha sido sustituida por plafones ilustrativos de US Postal. Esto merece un comentario, porqué  ¿la US Postal y no Correos de España? Supongo que por una cuestión de mercado. El vintage está muy arraigado internacionalmente y ha generado ya su “plafonería” prêt à porter.  Por lo mismo, encontrarán mucho plafón del Moulin Rouge de Paris pero pocos de El Molino del Paralelo o el más bondage Bagdad.

Me pasa lo mismo pero peor con otro bar, el Tres Bes, o BBB, en la Plaza. Muy bonito y bien decorado… ¡pero con mapas de la Batalla de Gettysburg!… Un poco de sensibilidad. ¿Tan difícil es encontrar, yo que sé, reproducciones de Lepanto? Hay que ponerse en la piel del turista yanki, que entra en un bar supuestamente castizo castellano para darse de bruces con un mapa de los servicios postales de su país. No sé, imaginen que campan por Minessota, entran en un “salon” con andares de chulín y en la decoración topan con mercha de Chorizo de Cantimpalos… Ostras, la mente entrará en bucle buscando explicación. Iba a por un whisky y un perrito y terminé pidiendo torreznos con anís.

Más sensibilidad, señores hosteleros. No digo yo meterse en plan Santiago Abascal y exigir películas de las gestas imperiales (Alba de América II, pongo por caso), pero, rayos y truenos, si hay iconografía lugareña, usémosla. ¡Que parecemos de Andorra!

Pero a lo que importa. Los pinchos del Correos. Importantes, generosos y concienzudos. Gran variedad e insuperable relación calidad y precio. Pero falta el taco de oreja. Y eso que me juró Alberto que con el traspaso iba la receta del mejor pincho de oreja del mundo, y culpable en un 30% de mi actual -y razonable, diga lo que diga mi mujer- sobrepeso.

Yo soy un gran defensor del carácter de International Heritage Food del pincho de oreja del Correos. Como segoviano lo considero un factor de identidad local, amén de manjar insustituible. Y no soy el único. “Nos lo piden de continuo”, explica el amable encargado.

Al respecto me alegra informar que la idea es recuperarlo cuanto antes. Estamos en buenas manos. El problema estriba en que la anterior dirección no terminó de dar el truco final y  no sale el encapsulado tan prototípico, la oreja servida en un perfecto taco. “Se disgrega al freír”, me informan. Y sí, ese es el tema. No es fácil servir la fritura en dado perfecto. Aquí hay algo que se nos está escapando. Por eso hago este llamamiento al orejismo internacional para buscar una solución -que fijo que la hay- a este grave problema gastronómico. Ah… por cierto… También ha abierto el Lidl.

 

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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7 Comments

  1. Eso nos preguntamos, sin ánimo de ser ‘españolistas’. ¿No habrá material, en este caso postal, para decorar un bar? y bien decorado. Ya te digo, yo.

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  2. Como responsable técnico y en parte de la reapertura del local, estando totalmente de acuerdo con el comentario. He de decirte que al final. Mahou se encarga de decorar el local con sus decorados como bien indicas “pret a porter”. Apoya, ayuda en la reapertura, pero marca sus pautas.

    No obstante, como técnico autor de la reapertura, que como ya he comentado estoy totalmente de acuerdo con el comentario. Intentaremos que en cuanto sea posible y encontremos imágenes adecuadas y sin derechos de utilización. Modificaremos los paneles, haciéndolos mas nacionales, que por otra parte seguro serán además mas clásicos.
    Cuando los Reyes Católicos ya enviaban correos reales, los EEUU, aun no habían sido ni tan siquiera descubiertos.

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  3. A este bar iba mi abuelo (murió en 1972). Aunque apenas lo conocí, me gustaba ir de vez en cuando en plan homenaje sentimental-gastronómico. Me gustan los bares que conservan su sabor antiguo y original, este lo ha perdido en buena medida, una pena. En Segovia apenas quedan, la inmensa mayoría son neo-vintage barato. ¿Qué pintan las lamparas colgadas de sogas?

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  4. No muy lejos tienen un espacio cultural que realiza exposiciones con marcado ambiente segoviano 😉

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  5. Menudas tortillas me comia yo en el bar Domingo, tambien unos buenos callos en el Siboey, creo ambos cerrados.
    Y las gambas del chafa, que siguen igual
    Y los pedazos de pincho de Santi el de la
    Que tiempos, ahora, lo entiendo estan mas al negocio turistero y es diferente.

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  6. Pues es una pena pero se ha perdido el pincho de oreja y el resto han reducido su tamaño. Giña un poquito más de cantidad por favor… y si es posible que estén calentitos, que el microondas hace que pierdan el toque

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  7. En los bares de Segovia o ponen buen pincho o no funcionan. Así de sencillo.

    Pincho incluído en el precio de la consumición.

    Si no hay pincho nos vamos a otro bar.

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