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No más diputaciones sin mujeres

Una de las noticias que nos ha dejado estas últimas tres elecciones celebradas en los últimos meses, fue la de un Congreso con la más alta representación de mujeres de la historia de nuestra democracia, con un 47%, convirtiéndolo en uno de los más igualitarios de la Unión Europea.

Por el contrario, también nos ha dejado a una Clara Luquero como única alcaldesa de capital de provincia de Castilla y León, y unas diputaciones, a falta de la constitución de la de Segovia y León, con una clara ausencia de mujeres, tanto en puestos de gobierno, como en representantes en el Pleno.

La Ley de Igualdad de Oportunidades intentó corregir la baja representación de mujeres en las instituciones públicas, obligando a una reforma de la Ley Electoral, para que existieran listas paritarias donde no se excediera la representación en un 60/40 en cada tramo de cinco para cada uno de los sexos e intentando mantener el equilibrio allí en donde las listas el número de puestos a cubrir fuera menor de cinco. Pero esta ley no afecta a las diputaciones, algo que habría que empezar a asumir en las próximas reformas que se quieran abordar en la Ley Electoral y Constitución, no solo hay que mirar el desbloqueo de gobiernos para ocupar sillones, sino también, preservar una representación que sea acorde con la realidad de los territorios.

Las diputaciones son antidemocráticas, pero lo son con respecto a los intereses que representan, la de los municipios, y por eso necesitan de una clara revisión de su funcionamiento. El sistema de asignación de diputados y diputadas por partidos judiciales, suponen una infrarrepreseentación de los municipios pequeños (cientos en nuestra Comunidad), ya que quien aporta el mayor número de diputados provinciales son aquellos partidos judiciales donde se incorpora la capital de provincia.

Son antidemocráticas, porque crean una sobrerrepresentación de los partidos mayoritarios , sobrerrepresentación que puede llegar hasta 20 puntos de diferencia con el número de votos obtenidos, como obtuvo el Partido Popular en la anterior legislatura.

Pero si hay algo que se dispara con el actual sistema de designación indirecta de escaños para las diputaciones es la desigualdad de representación entre hombres y mujeres. Y no estamos hablando ya de las presidencias, una sola mujer, a falta de constitución de dos diputaciones, sino que en la actualidad el 76% de los diputados provinciales son hombres, frente a un 24% de mujeres. Llamativos son los casos de las diputaciones de Avila, Palencia y Zamora, con tan solo 5 mujeres entre todos los diputados, y Salamanca con 4 mujeres que hace que el 84% de los diputados sean hombres ¿Acaso alguien puede negar todavía que no es necesario regular leyes de igualdad entre hombres y mujeres?

Y esto ocurre porque todavía los núcleos de decisión de los partidos están compuestos en su mayoría por hombres, que deciden que sean otros hombres, los que ocupen determinados puestos de decisión. Por eso se necesita esa masa crítica de mujeres dentro de los centros de toma de decisión de los partidos políticos, pero con puestos de responsabilidad, y no como meros floreros para aparecer en una foto.

También ocurre, que cuando se dice que necesitamos políticas y partidos feministas, estamos hablando de esto de tomar decisiones con perspectiva de género. Que las decisiones se tomen desde la empatía y la solidaridad de a quién se representa y por quién se va a trabajar y no desde la competición “testosterónica” de ocupar un puesto de relevancia.

Aunque la realidad es que las diputaciones necesitan de una seria reforma, dejar de ser un sitio donde se coloca a amigos y leales al partido y que se conviertan en una auténtica institución de ayuda a nuestros municipios. Deben de dejar de ser tan opacas y propensas a las corrupciones, deben de ser más eficientes, deben de dejar de ser sitios donde se blindan los privilegios de los partidos de siempre, ya lo vimos en la legislatura pasada en Segovia, cuando en los últimos meses de mandato, el PP y PSOE realizaron un nuevo Reglamento para limitar la capacidad de control de los partidos minoritarios al gobierno de la Diputación. Y todo de la mano del flamante nuevo miembro de la Mesa de las Cortes, que en su primera medida junto con Ciudadanos, ha aprobado un aumento de las retribuciones a los grupos parlamentarios. Las diputaciones deben de dejar de ser sitios de campaña electoral, como ejemplo ocurre con los Planes de Ayuda e inversiones para nuestros pueblos que aumentan misteriosamente los años de elecciones municipales, como si el resto de años no necesitaran inversión.

Y por supuesto tienen que someterse a la Ley de Igualdad, para que exista una representación equilibrada que represente la realidad demográfica de nuestra tierra, y a esas mujeres en el medio rural. Es que acaso ¿no existen mujeres concejales que puedan representar a nuestros municipios?

Author: Natalia Del Barrio

Natalia del Barrio. Licenciada en Ciencias de la Información. Ex-procuradora de Podemos por Segovia en las Cortes de Castilla y León.

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7 Comments

  1. No es cuestión de hombres o mujeres, sino de personas con valía, y de éstas cada vez hay menos. A día de hoy los políticos nos salen muy caros. No es gente profesionalmente preparada solo quieren vivir del cuento para obtener un sueldo que en la empresa privada nunca conseguirían. Y claro así nos va.

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  2. Natalia cuándo va a empezar usted a hablar de PERSONAS y no de hombres y mujeres?

    Estamos hartos de su marxismo cultural (Escuela de Frankfurt) que lo único que hace es fracturar, dividir y enfrentar a la ciudadanía. Los fines ustedes sabrán cuáles son (me imagino que los que llevan moviendo el mundo desde hace siglos.)

    Señora Natalia: tiene usted un discurso sexista y excluyente trasnochado. Olvídese de lo que cada uno de nosotros tenemos entre las piernas y empiece a mirarnos como personas a todos.

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    • Si señor José, pedazo comentario el suyo. Lo único malo es que aunque la señora Natalia lo lea le va a dar igual, está demasiado adoctrinada como para entrar en razones y expandir su mente

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  3. ¿y por qué será, que cuando voy al hospital, a la delegación de la Junta, o Ayuntamiento, no me preocupa que más del 80% de los funcionarios sean mujeres?
    ¿Será porque yo no tengo esa tontería podemita-feministoide?
    Parece ser, que “desgraciadamente” vamos a tener que estar unos años más con el pésimo sistema, con el que llevamos funcionando muchos años, hasta que los infalibles podemitas tomen, por fin, “el cielo por asalto”, y nos regalen el mejor-de-lo-mejor sistema de cualquier cosa que se pongan.
    Con ese sistema infalible podemita (SIP), el sistema de asignación de diputados y diputadas supondrá la “justi-representación” de todo. De los municipios pequeños (cientos en nuestra Comunidad), de los grandes, y de los medianos. Cada municipio, por muy pequeño que sea, estará “representado”. Pero además estará “representado” por su correspondiente mujer y hombre para que nadie se sienta “infrarrepresentado”. Será por “sillones”, ja, ja, ja,…… si hay que hacer un hemiciclo de 400 diputados provinciales en cada provincia, se hace. Lo importante es lo importante, y no nos vamos a quedar cortos en “representación”.
    Por supuesto, el puesto de Presidente/Presidenta será rotativo para cumplir la “perspectiva de género”. Los días pares Presidente, y los impares Presidenta, los días pares Vicepresidenta, y los impares Vicepresidente.
    Como no puede ser de otra manera, la asistencia de público a esos actos también será con “perspectiva de género”. Chico-chica-chico-chica-chico-chica.
    Chavezvivelaluchasigue-ja

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  4. Mejor eliminar la Diputación que es un nido de cuervos a 50.000 euros al año. Eso es Democracia.

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  5. Cuervos, cuervas, cuerves y cuerv@s.

    Toño que se nos enfada doña Natalia.

    Aunque pensándolo bien, si sólo anida ese ave se sentirán ofendidas las grajillas, las chovas, los gorriones y demás aves. Solución: montamos tantas diputaciones como especies voladoras haya en la provincia y así todas representadas y contentas.

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  6. Diría más, no más diputaciones directamente, su trabajo lo puede asumir perfectamente la Junta de Castilla y León

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