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Navalcaz y los Cuchillos de Agua

Estamos acostumbrados a abrir un grifo y beber hasta saciarnos. Consumimos sobre 200 litros por segoviano y día. Si quieren desasosegarse sobre qué pasa cuando abres el grifo y no baja nada, les aconsejo leerse Cuchillo de Agua, del novelista americano Paolo Bacigalupi. En un futuro cercano el río Colorado se seca. La cuenca del Colorado es el principal recurso hidráulico que sostiene Arizona, parte de Texas y Nuevo México. En esta zona no suele llover más de 40 cm/m² año; para hacerse una idea, algo menos que la décima parte de lo que cae por aquí en un año normal. No llueve en la Aridoamérica y sin embargo, se gasta mucha agua, de manera que todo el entramado hidráulico para unas 20 millones de almas depende en esa zona de trasvases desde inmensos pantanos de Colorado y Utah. Cuchillo de Agua es una distopía, y refiere a lo rápido y hondo que cae una sociedad que se queda sin lo esencial: el agua.

No seamos alarmistas. El abastecimiento de agua en Segovia está lejos de peligrar. Según los datos del 7 de noviembre de agua embalsada nos quedan 31Hm³, un 38% de la capacidad total provincial, pero 14 puntos por debajo de noviembre de 1016, y un 12% por debajo de la media de los últimos 10 años. Sin embargo, en octubre ha llovido la mitad de lo normal, noviembre viene seco, han caído cuatro gotas, y la perspectiva apunta a un ciclo de sequía comparable al padecido entre los años 1991-1995.

Embalse de Maderuelo, el pasado mes de agosto.

Llueve poco, lo que cae lo hace sobre una tierra muy seca y no se regeneran los acuíferos ni los manantiales. Más que para los urbanitas, este cuadro apunta a problemas gordos en el campo y en alguna que otra industria muy vinculada al agua. No hay que olvidar que a la agricultura se destina el 85% del agua.

En lo tocante a abastecimiento, el problema más acuciante está en El Espinar. La sequía aunada a la falta de mantenimiento, con fugas de agua de 55 litros por segundo en su principal recurso, el embalse de El Tejo, hace que ahora mismo el pantano esté sobre el 15% de su capacidad. “Tenemos 170.000 m³, menos que en años anteriores por estas fechas, con un consumo diario de 3.500 m³, pero aún mantenemos la reserva del Vado de las Cabras”, explica la alcaldesa, Alicia Palomo. La situación es preocupante —lo suficiente como para mantener las restricciones desde julio— pero aún hay margen.

No es menester, de momento, sacar las cabezas de los santos mártires de Caballar. Pero es probable que estemos al inicio de un ciclo de sequía severa (recurrentes en la meseta). En cualquier caso, lo suficiente como para concienciar que no es posible que redes como la de Lastras de Cuéllar pierdan uno de cada tres litros del agua que transportan, que el Tejo esté como esté y que en la provincia se sigan gestionando estas cosas a la antigua, tirando de pozos cuando no mira el de la Confederación. Tiene todo el sentido del mundo montar un consorcio hidráulico provincial, tal como propuso el PSOE en el último pleno de la Diputación.

En el alfoz, y a propósito del agua, hay un tema colateral sobre el que vale la pena llamar la atención. La cacera de Navalcaz. Son 380 litros por segundo a repartir entre cinco partes, los “quintos”, dos están representados por la Diputación y Ayuntamiento de Palazuelos, otro es de una familia, y los otros dos son del Santo Cristo del Mercado y Hontoria, representados por el Ayuntamiento de Segovia. Son aguas para riego. Desde el alfoz, y para asegurar los crecimientos de Quitapesares y Carrascalejo, se pretende cambiar las ordenanzas y dar cabida a usos de abastecimiento. Desde los otros quintos, los beneficiarios (ganaderos, básicamente) se oponen. Así que la cosa está en lo que diga el Ayuntamiento, que en el último pleno se posicionaba con los segundos. Navalcaz para las vacas.

El 18 de octubre, el hotel San Antonio del Real acogía una interesante conferencia, a cargo de Pilar Esquinas, sobre los derechos históricos del agua. Es un tema apasionante. En 2021 y de la mano de la Directiva Marco del Agua de 1995, está previsto generar un gran mercado del agua. A medio plazo se prevé la interconexión de las principales redes, de manera que cuando una industria, un agricultor, o una ciudad requieran agua, la puedan comprar en el “mercado libre”. A su vez, esto ha supuesto una carrera para la consecución de “derechos históricos del agua”, detrás de la cual corren gabinetes jurídicos especializados.

Hacendera del quinto de Tabanera de la Comunidad de Aguas del Cambrones (2015).

Para hacerse una idea. Contaba Esquinas el caso de una comunidad de regantes histórica de Aranjuez. Como tantas, como el Cambrones o Navalcaz, la falta de ganaderos y agricultores ha dejado en un limbo la representatividad legal de estas concesiones históricas. El caso es que otra comunidad de regantes de Murcia ofrece a los que cortan el bacalao en Aranjuez comprar los sobrantes a razón de 3.000€ por hectárea, así de claro, cada regante de Aranjuez percibe anualmente 3.000€ por cada hectárea que deja de regar. Los de Murcia se derivan el agua por el trasvase Tajo-Segura, y una vez allí, atentos a la jugada, cambian  el uso de riego a abastecimiento, para venderla a alguna localidad a precio de agua de boca. Un negocio fastuoso.

En honor a la verdad, hay que decir que la situación de concesiones como la de Navalcaz es muy difusa. ¿Quién decide sobre el agua? En teoría son los propietarios de las tierras que tradicionalmente se irrigaban con la cacera, pero en la mayoría de los casos las tierras están en el limbo de los abintestatos, sin titularidad clara, o compartida por los descendientes de titulares de hace dos generaciones. Es así que la Confederación quiere convertir en modernas comunidades de regantes las viejas estructuras históricas. En eso están en el Cambrones o Navalcaz. Antes de que caigan los abogados a la caza de concesiones (de eso habla Cuchillo de Agua) es aconsejable que si el atento lector recuerda que el abuelo tenía un patatal que regaba con la cacera, estudie el caso. Ya le digo, 3.000€ por hectárea.

No va a ser nada fácil, claro está. Por un lado, los poquitos ganaderos que quedan se resisten comprensiblemente como gato panza arriba a ver fulminado su modus vivendi. No hay que ser muy largo para entender que, siendo el abastecimiento prioritario al riego, y viniendo la que viene, cambiar el uso es dejarles sin agua. Por otro, las caceras tienen un importante papel medioambiental, y si se quiere para abastecimiento hay que entubar y adiós cacera.

Lo suyo es que llueva. Termino con lo de las cabezas de san Valentín y santa Engracia. A propósito, un cura me cuenta la curiosa estructura de la tradición. Se procesionaban las santas cabezas de Caballar para la rogativa del agua —la última vez,  en tiempos del obispo Palenzuela, en 1992— empezando por un punto del pueblo concreto. Si no funcionaba, empezaba la procesión al cabo de una octava  (había que rezar más y mejor) en otro lado. Y si también fracasaba la cosa a otro. Y así hasta que se obraba el milagro y todos volvíamos a tener agua. Cuestión de tiempo.

Rogativa en Caballar, 1992. Foto. J.P. Velasco Sayago.

 

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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2 Comments

  1. ¡¡Hola a tod@s!! Quiero agradeceros este artículo que habeis redactado sobre el tema del agua. Pero sobre todo, quiero agradecer a la Asociación Cultural Hontanar, por la gran labor que están realizando por abrir este debate sobre la gestión del agua en Segovia y su comarca. Para defender los intereses legítimos de la población frente a los grandes “acuatenientes del agua”, la información es fundamental. Está en juego la dignidad y supervivencia de todos si al final se convierte el agua en un negocio de especulación. Ya sabeis donde me podeis encontrar y encantada de seguir en contacto. Un fuerte abrazo. Pilar Esquinas Rodrigo. pilaresquinas@yahoo.es Telf. 639280984

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  2. Ya que se ha documentado tan ampliamente sobre cómo gestionan en otras comunidades el agua sería de agradecer se documentara también de lo cercano.
    Los cráneos de S. Valentín y Santa Engracia se encuentran en la iglesia de Caballar y se mojan, después de rogativas realizadas en todos los pueblos del alrededor.
    “Las Mojadas de Caballar ” Tomás Calleja Guijarro

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